Si el 27 de octubre se repiten los resultados de las PASO, el Frente de Todos quedará al borde del quórum propio en ambas Cámaras. En el Senado lo superará ampliamente y en Diputados quedará a poco más de una decena de voluntades. En ese contexto, la reconfiguración de la Cámara Baja será parte de una gran discusión.

Emilio Monzó, actual presidente de la Cámara de Diputados, dejará su banca el 10 de diciembre pero su alfil, Santiago García de Luca, desembarcará en el recinto como diputado por la provincia de Buenos Aires y le dará a una parte del PRO una impronta dialoguista. Así lo advirtió el propio Monzó: «No voy a formar parte de una oposición que tire piedras». En esa sintonía trabaja con el jefe de Gobierno Porteño Horacio Rodríguez Larreta, pensando el futuro del PRO sin Macri y sin Cambiemos.

García de Luca es un desconocido para la mayoría de la población, pero su nombre es respetado dentro de la política y en especial dentro del peronismo. Su trayectoria incluye un paso por la gestión bonaerense como secretario privado del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, uno de los hombres de la mesa chica del candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández.

Por estas horas, en el entorno de Monzó se piensa un bloque propio cuyas dimensiones aún están en duda. La única certeza por ahora es que el límite para la construcción de la oposición que viene es Elisa Carrió. Extramuros, Monzó volverá a desempeñarse como «armador», tal como se autodefine. En el camino a un espacio de oposición «moderada» almuerza una vez por semana con Martín Lousteau y habla casi a diario con Larreta. Monzó cree que ambos pueden pelear la conducción de la oposición con cualquier otro dirigente, pero también sabe que por ahora no tiene peso nacional.

El posmacrismo en la Cámara Baja incorporará varias figuras de peso, entre ellos Cristián Ritondo, un hombre que por ahora responde a María Eugenia Vidal, y el actual gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.

La UCR, la otra pata de Cambiemos, también pondrá sobre la mesa de discusión, luego del recambio legislativo, tanto su perfil como su unidad. Mario Negri, actual presidente del Interbloque Cambiemos, seguirá en la Cámara pero ahora deberá disputar liderazgo con Alfredo Cornejo.

El mendocino, según los operadores del PJ, «es un dirigente razonable con el que se puede dialogar». Pero Cornejo es además un dirigente con vocación real de poder y capacidad de construcción política. Lo que resulta un problema para Mario Negri y un desafío para la unidad de la UCR.

Cornejo fue capaz de articular entre 2005 y 2007 el denominado radicalismo K que terminó con un radical mendocino, Julio Cobos, como candidato a vicepresidente en la fórmula de Cristina Fernández. Por eso, desde el propio bloque de la UCR, advierten que tratar de anticipar los pasos de Cornejo sería arriesgado, pero también señalan que su capacidad de construcción estará condicionada por las herramientas que tenga a disposición. Eso en buena medida depende de el diálogo con el futuro gobierno. «

La elección se puede dar vuelta»


Desde un escenario montado frente a las barrancas de Belgrano y acompañado por el candidato a vice Miguel Ángel Pichetto, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, Mauricio Macri puso en marcha la campaña rumbo a los comicios del 27 de octubre y dijo que «se puede dar vuelta la elección».

«Si estoy acá y hace un tiempo decidí meterme en política es por ustedes y por las cosas que nos unen. Sé que ustedes, la clase media, es la que hizo el mayor esfuerzo. Nosotros decidimos ser parte de la solución», afirmó el líder de Juntos por el Cambio ante unas 30 mil personas. «Se puede dar vuelta la elección. Salgan a convencer a cada amigo, a cada vecino, y vamos a fiscalizar. Hay que participar de las marchas y proteger nuestras ideas y valores», señaló.


Antes Pichetto había reforzado el discurso más derechista de la fórmula que intenta revertir las PASO  bajo el concepto #SíSePuede. «Hay sectores de movimientos sociales que piden la reforma agraria y que hoy ocupan departamentos desocupados», afirmó el rionegrino. «Están en juego valores muy importantes, que sólo se valoran cuando se pierden: tenemos un ejemplo que es Venezuela», finalizó.