Dos conferencias de prensa, dos poderes ejecutivos anunciando medidas. Como durante todo el 2020, este 2021 nos encuentra con una pandemia que obliga a tomar medidas de cuidado que se expresan en restricciones a la movilidad y al desarrollo de diversas actividades.

El año pasado el gobierno nacional realizó una inversión importantísima en transferencias directas a trabajadores formales e informales mediante el ATP y el IFE. Cientos de miles de pesos que evitaron una mayor caída de la actividad y el consumo. A su vez, se implementó la Tarjeta Alimentar, fundamental para asistir a quienes no llegan a la alimentación básica. Muchas otras áreas del gobierno nacional pusieron en marcha políticas que priorizan la ejecución presupuestaria en transferencias directas a instituciones y personas. A modo de ejemplo, el Ministerio de Cultura de la Nación lleva invertidos en la ciudad de Buenos Aires más de 1.000 millones de pesos que fueron recibidos por trabajadores de la cultura, empresas y centros culturales. También, se implementó una importante suspensión en el pago de las cargas patronales.

Este 2021 el gobierno nacional ya invirtió en CABA mas de $6.000 millones en el REPRO 2 y en el programa Potenciar Trabajo. La suba del piso de ganancias, la ampliación de la Tarjeta Alimentar, el bono para quienes cobran AUH, la extensión del REPRO a todo el sector gastronómico, y una sucesión de medidas que se acrecientan todos los días.

La Ciudad de Buenos Aires, por su parte, ha mantenido su posicionamiento como un gobierno con agenda municipal que no se hace cargo de las responsabilidades que todas las demás provincias asumen en las áreas de trabajo y producción. Pese a disponer de un presupuesto de más de 600 mil millones de pesos, las únicas medidas adoptadas han sido rebajas temporales en el cobro de ABL o ingresos brutos para los sectores gastronómico y hotelero. Por otra parte, ha implementado un brutal impuestazo con subas muy superiores a la inflación, y la creación de un nuevo impuesto a los consumos de tarjetas de crédito con el que se recaudaran cerca de 10.000 millones de pesos.

En síntesis, mientras el gobierno nacional pone dinero en circulación priorizando a quienes más lo necesitan que, a su vez, destinan el 100% de lo recibido al consumo provocando un efecto multiplicador, el gobierno de Larreta extrae dinero frenando la incipiente recuperación económica.

El gobierno de la ciudad argumenta una supuesta falta de fondos que no le impide destinar más de $4.000 millones a construir infraestructura para la construcción de torres en Costa Salguero, $900 millones en encuestas, $2500 miles en pauta, $3500 millones en arreglo de veredas (generalmente en buen estado) y $1400 millones en el ex Tiro Federal, para mencionar algunos gastos evitables a modo de ejemplo.

En la Legislatura de la ciudad hemos presentado cientos de proyectos desde marzo del año pasado sin lograr, ni siquiera, que se pongan en tratamiento. En mi caso, presenté recientemente un IFE Y REPRO porteños para 600 mil trabajadores que cobrarían $18000 por mes durante tres meses. Financiado con el ahorro de los gastos innecesarios recién mencionados.

En definitiva, vemos dos modelos diferentes de entender el rol del estado y dos sensibilidades distintas a la hora de empatizar con un pueblo que la está pasando muy mal por esta circunstancia excepcional que nos toca vivir y que nos encuentra, como si fuera poco, saliendo de cuatro años terribles de gobierno macrista que, no solo destruyó el salario y nuestra economía, sino que nos dejó endeudados y en default con las restricciones que eso supone para nuestras decisiones soberanas.