Al DNU 241/2021, que suspende las clases presenciales en el Área Metropolitana, le queda una semana de vigencia. El tironeo entre el gobierno porteño y la Casa Rosada tendrá un desenlace final en los próximos días, cuando la Corte Suprema se expida. El alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no descarta que el máximo tribunal confirme la constitucionalidad de la medida ejecutiva. También podría decirle a la Nación que la próxima vez no tome medidas de ese tipo sin hacer una consulta previa con las jurisdicciones provinciales involucradas, es decir, con Rodríguez Larreta.

El pronóstico porteño le da un 95% de probabilidad a un posible revés judicial, pero es menos preocupante que el escenario sanitario. El incremento de contagios y la posible saturación del sistema de salud porteño está a un paso de poner la batalla por la presencialidad en segundo plano y exponer al alcalde ante una situación crítica que transforme su apuesta política en un búmeran. Aun así, los principales dirigentes del PRO buscarán construir una agenda alternativa, con encuentros inesperados, como las visitas de Rodríguez Larreta a zonas del Conurbano, como si fuera un candidato, o el asado que compartieron hace dos semanas la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el exministro radical Ricardo López Murphy, actual líder del ultraliberal espacio Republicanos Unidos.

Si hay un revés judicial, Rodríguez Larreta habrá dejado en claro que hizo «todo lo posible» para mantener las escuelas abiertas. En la comuna admiten que está concentrado en cumplir con la expectativa de los votantes propios. La primera semana del desconocimiento del DNU cerró con una profunda sensación de zozobra en la comunidad educativa porteña: la reivindicación de la presencialidad, que tiene muchos adherentes en la clase media capitalina, contrasta con el temor ante el inminente colapso del sistema sanitario porteño, que ya comenzó a derivar pacientes al Conurbano, en otro punto de tensión con el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Su gabinete está alarmado por la evolución de la situación en los próximos 20 días y cómo impactará la saturación porteña en su distrito.

Con ese mar de fondo se expedirá el máximo tribunal. El lunes vencen los cinco días que tiene el gobierno nacional para contestar los planteos porteños y luego queda que la Procuración General emita un dictamen que no es vinculante. En la Ciudad calculan que los cortesanos darán sentencia durante la semana y que será la foto previa de un posible endurecimiento de las restricciones a partir del 30 de abril, cuando vence el DNU 241.

Nada de eso impedirá la agenda proselitista que planifica el alcalde porteño. La semana pasada estuvo en el partido de Tres de Febrero y se mostró con su intendente, Diego Valenzuela. El periodista es el que mejor mide de los caciques comunales del macrismo y el alcalde aprovechó el encuentro para continuar con su proyección electoral en el Conurbano. Esta semana podría continuar en La Matanza. Buscará seguir levantando el perfil nacional, aunque eso implique compartir cartel con la jefa del PRO, Patricia Bullrich, en la pelea con la Rosada.

La exministra de Seguridad ahora habla en nombre del gobierno porteño para atajar las denuncias de la titular del Pami, Luana Volnovich, por la arbitrariedad en la distribución de turnos de vacunación. Cerca del alcalde están seguros de que lo hace con el empuje del expresidente Mauricio Macri, que la quiere en primer lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales por la Ciudad de este año.

Detrás de ese fuego graneado, en el arco de derecha siguen los sondeos internos para ahondar la unidad y polarizar a fondo con el oficialismo en las legislativas de este año. Para eso se reunieron el pasado lunes 12 Vidal y López Murphy, en un asado al aire libre, donde participaron legisladores bonaerenses de JxC y los integrantes de la mesa de Republicanos Unidos, uno de los socios del frente ultraliberal Vamos. Este año buscarán recapitalizar el 6% de votos que reunieron en las presidenciales de 2019.

Según pudo saber ese diario, el exministro de la Alianza le confirmó a Vidal que este año será candidato por fuera de Juntos por el Cambio, pero que en 2023 quiere formar parte de un frente de unidad para enfrentar al peronismo en las urnas. La prédica que se escuchó en el encuentro es la misma que López Murphy ya les planteó a Rodríguez Larreta, a Bullrich, al titular de la UCR, Alfredo Cornejo, al jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados, Mario Negri, y al exministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Los comensales ultraliberales destacaron el entusiasmo de Vidal cuando le mencionaron la posibilidad de jugar como candidata presidencial en 2023. La exgobernadora no descarta reclamar una candidatura para este año como parte de esa estrategia, pero hay dudas del distrito que podría elegir. Las chances de que abandone la Provincia y juegue en la Capital son ciertas y preocupan a Bullrich, que podría quedar encerrada si Vidal quiere calzarse el traje de candidata porteña. La idea que le encanta a Rodríguez Larreta, aunque sabe que deberá medirse con su aliada dentro de dos años.

A la hora del postre, el economista radical planteó su interés de jugar por separado, pero tratar de unificar las listas para el Senado. Lopez Muphy anticipó que será demoledor en sus críticas contra el gobierno, pero que también lo será con la gestión de Macri. La trastienda confirma que detrás de la batalla por las clases presenciales, la alianza opositora trabaja a contrarreloj para capitalizar cualquier eventual debilidad del oficialismo, aunque eso implique soslayar el escenario sanitario que se avecina.