Desde la última crisis interna del gobierno, que obligó al presidente Mauricio Macri a reducir su elenco de ministros a la mitad, Marcos Peña mantiene un bajo perfil, pero el silencio no es estricto, y lo realiza a medias.

El jefe de Gabinete sobrevivió a la «compactación» y desde entonces elige escenas que lo beneficien públicamente y se preserva de las más espinosas, quizás para no profundizar su desgaste. A diferencia de otros momentos críticos, esta vez el ministro coordinador no encabeza las conferencias o declaraciones de prensa que protagonizan otras figuras del Ejecutivo, pero sigue siendo el encargado de ejercer la ejecución de las decisiones más complejas de la administración de Cambiemos. La confirmación más reciente sucedió este lunes, en medio de la «minicrisis» desatada por la (ahora trunca) resolución que ordenaba pagar a los usuarios de gas una compensación a las empresas productoras de gas por la devaluación.

En medio de las críticas, y de la denuncia penal que presentó el fiscal federal Guillermo Marijuan contra el secretario de Energía, Javier Iguacel, el Ejecutivo desde el vamos buscó respaldar el aumento. Luego de la reunión de Gabinete que habitualmente se realiza los lunes, el presidente no mandó a Peña a atajar los penales, aunque era el único miembro del Ejecutivo que, según pudo saber Tiempo, siguió de cerca la redacción de la Resolución 20/18, firmada por Iguacel el viernes pasado, y presuntamente desconocida por los demás ministros, incluso por el titular de la cartera de Hacienda, Nicolás Dujovne, que tiene al área de Energía bajo su órbita. Aunque resulte difícil creer que los demás ministros no conocían el diseño de un reajuste que lleva meses de discusiones internas en Cambiemos sobre su aplicación, dentro de la Casa Rosada toman distancia de esa cocina definitoria.

Tras la publicación de la medida se desató la polémica. El tema fue analizado en la reunión de Gabinete del lunes. Pero en lugar de Peña, Macri envió a otros dos ministros para atender los temas de la jornada: el «cargo extra» y la cosecha del ex militar y candidato de ultra derecha, Jair Bolsonaro, en la primera vuelta presidencial de Brasil.

Los enigmas del futuro de la relación bilateral con el gigante amazónico corrieron por cuenta del canciller Jorge Faurie, pero el encargado de poner la cara sobre el aumento fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, posiblemente uno de los funcionarios que más buscó evitar un impacto de los aumentos. La designación del titular de la cartera política como vocero para defender la resolución firmada por Iguacel causó sorpresa dentro de algunos despachos de la Casa Rosada. Frigerio abrió una negociación con la oposición dentro del Congreso con el fin de «buscar alguna alternativa».

En Balcarce 50 justificaron la presencia de ambos funcionarios como parte del nuevo esquema de voceros múltiples que se aplica desde la reducción del Gabinete a la mitad y un segundo plano de Peña en ese rol. Ha pasado un mes desde la nueva conformación del Ejecutivo, y uno de los giros comunicacionales no tiene que ver con el silencio de Peña, sino con su lejanía de los temas negativos, aunque su rol para adoptar esas decisiones sigue siendo determinante.

En el caso de la Resolución 20/18, según insisten distintas fuentes oficiales, su firma fue monitoreada por Macri y Peña luego de seis meses de duras discusiones dentro de Cambiemos para «aplanar» y financiar los aumentos, un tema que originalmente fue resistido por el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren. Las primeras advertencias sobre el tema fueron planteados por el gobernador mendocino y titular de la UCR, Alfredo Cornejo, que presentó una contrapropuesta en nombre del radicalismo para evitar que los aumentos afectaran con más fuerza a las clases medias urbanas: los principales votantes del oficialismo en todo el país. Las críticas datan de abril y cosecharon la bronca de Macri, mantenida en silencio luego de la primera corrida cambiaria de mayo, en los inicios de una crisis económica que ya lleva seis meses. La salida de Aranguren, realizada un mes antes del achicamiento del Gabinete, fue leída como una concesión de Macri ante los reclamos de sus socios sobre el carácter impagable del aumento. La intención de Resolución 20/18 confirma que el esquema y la orientación de las decisiones del presidente no ha cambiado. También demuestra que los tironeos internos sobre los aumentos que el radicalismo y el ala política del Gabinete querían frenar, fueron aplicados y sin aviso previo.

Hoja de ruta del bajo perfil

Una semana después de los cambios, Peña volvió a encabezar eventos oficiales como la reunión que tuvo con el cuerpo diplomático el 10 de septiembre, junto al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a Faurie y al secretario de Asuntos Estratégicos de la jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo, un virtual canciller en las sombras que reporta al ministro coordinador. La cita estuvo concentrada en contener la inquietud diplomática por la crisis económica, pero fue la primera escala de una agenda pública que busca abrazarse a los presuntos «brotes verdes» que aguarda el gobierno, como resultado de la devaluación del peso.

Una semana después, el 18, fue al auditorio del Banco Nación como expositor invitado para la celebración del Día Nacional de la Competencia, antes de la realización de dos foros internacionales. En la misma jornada cerró el encuentro del T-20, el capítulo previo al G-20 integrado por Think’s Tank’s de todo el mundo.

El bajo perfil volvió a interrumpirse brevemente el 26, durante una reunión conjunta del Gabinete Nacional con el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta y su elenco de ministros. La foto buscó mostrar una cercanía con Peña, que no se condice con la realidad, ya que tanto el jefe comunal como la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, son los dos miembros más críticos sobre Peña de la mesa chica que rodea al presidente y dos de los principales impulsores del achicamiento del Gabinete, y de la intentona por correr al ministro coordinador de su puesto.

Dos días después fue uno de los principales oradores del encuentro de Cambiemos en Parque Norte, que reunió por primera vez en el año a los principales dirigentes del PRO, la Coalición Cívica y la UCR. Delante de muchos de sus principales críticos dentro del oficialismo, buscó mostrarse autocrítico y dijo que quizás habían sido «demasiado optimistas» respecto a sus interpretaciones públicas como principal vocero del gobierno para negar la existencia de la crisis.

Por esos mismos días, como explicó este medio, volvieron a circular versiones sobre una nueva etapa de cambios en el Gabinete, prevista para diciembre, con una posible designación de Peña, como ministro de Relaciones Exteriores, un cargo que ocupa Faurie, bajo el monitoreo del secretario de Asuntos Estratégicos de la jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo. Cerca del funcionario sostuvieron a Tiempo que «no es verdad» que se concrete ese cambio, aunque dentro del mismo gobierno otras fuentes insisten con esa posibilidad, mientras Peña multiplica su agenda de exposición internacional.

Tras el encuentro de Cambiemos, el ministro coordinador no abandonó el bajo perfil a medias, pero se lanzó a abrazarse al primer «brote verde» que aguarda Cambiemos como impacto de la devaluación: el turismo. Antes de guardarse por el impacto de la Resolución 20/18, el 2 de octubre Peña participó de la Feria Internacional de Turismo de América Latina y se mostró con el degradado secretario de Turismo, Gustavo Santos. Allí estrenó su chiche nuevo, la plataforma ViajAR (www.viajar.gob.ar), creada para promover las ofertas de servicios turísticos «a precios competitivos y con oportunidades para las temporadas bajas». Cuatro días después, un Peña exultante celebró el impacto del portal, y la Secretaría de Comunicación Pública informó que el sitio había acumulado 500 mil visitas y más de 245 mil usuarios registrados. Datos del clima que se respira en el primer piso de Balcarce 50 para interpretar la recesión y preservar a Peña del peor momento del gobierno.