Con la cuenta regresiva para las PASO en marcha, la apuesta de Consenso Federal es lograr que la mayor parte del electorado comprenda que en las Primarias se puede votar libremente porque «no definen nada» y en ese marco apostar marcar que son la fuerza política que aparece como alternativa para «no volver al fracaso del pasado ni seguir con el fracaso del presente».

La línea de comunicación para afrontar el último tramo de la campaña fue desplegada el último viernes ante más de 400 candidatos en un encuentro que se realizó en Pilar, provincia de Buenos Aires. En ese contexto también quedó en claro que el discurso irá sostenido en buena parte por la solución a  la crisis económica y con una consigna sencilla: «Lavagna no tiene que explicar que no va a hacer lo que hizo antes, simplemente tiene que decir que volverá hacer lo mismo que cuando le tocó sacar a la Argentina de la crisis».

Los ejes del discurso de Consenso Federal serán el empleo y el bienestar de los jubilados. Por eso a partir de este lunes los candidatos repetirán dos frases: «Vamos a ponerles plata en el bolsillo a los argentinos» y «Vamos devolverles a los trabajadores y jubilados el 16% de poder adquisitivo que perdieron».

Durante la jornada que se desarrolló en la zona norte del Conurbano bonaerense también se les pidió a todos los candidatos «militar la boleta completa». Desde el comando de campaña de Lavagna y Urtubey temen que dos tipos de corte afecten la performance general del espacio. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, ante la potencia electoral de los candidatos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos (FT), y la buena imagen de Lavagna en el distrito, es probable que la fórmula presidencial sume un porcentaje mucho mayor que el resto de los postulantes del espacio. En tanto, en la Ciudad se pude dar un resultado inverso que posicione mejor a la lista de diputados, encabezada por Marco Lavagna y la dirigente sindical Maia Volkovinsky, que a la fórmula presidencial. En este caso la incorporación de una dirigente del gremio de judiciales que conduce Julio Piumato serviría para aglutinar parte del voto peronistas que no está dispuesto acompañar el tramo porteño de la boleta del FT. Esto sumado a la buena imagen que tiene Marco Lavagna puede marcar una distancia entre los dos tramos de la boleta.

Por otra parte, y con la mira puesta en el interior del país, esta semana Lavagna viajará, luego de haber visitado hace unos días al gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, a otros dos distritos populosos: Santa Fe y Mendoza. En ambos la imagen de Lavagna es buena. En Santa Fe cuenta con el apoyo del socialismo que será oficialismo hasta el 10 de diciembre. En Mendoza intentará captar el voto radical desencantado con Macri y que no votará peronismo.

Más allá de sus presencias en el interior, Lavagna no descuidará el terruño bonaerense y en lo que resta de la campaña realizará varias actividades junto a su candidato a gobernador, Eduardo «Bali» Bucca, y la primera candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, Graciela Camaño.

Con la estrategia ya planteada, los armadores de Consenso Federal niegan los números que muestran las encuestas publicadas en los medios y ven que el espacio saldrá de las Primarias con un porcentaje que oscila entre el 12% y el 15% a nivel nacional. A partir de ese momento, si obtienen el porcentaje esperado, avanzarán en la geolocalización de la campaña con la mira puesta en algo que hoy parece imposible: ser parte de la segunda vuelta electoral.  «

En General Belgrano

Al igual que el resto de los precandidatos presidenciales, Roberto Lavagna divide las recorridas con algunas de sus principales figuras. Ayer, el precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, Alejandro «Topo» Rodríguez, visitó General Belgrano, provincia de Buenos Aires, junto a otros referentes de Consenso Federal.    

La elección en provincia de Buenos Aires es clave para el lavagnismo, al igual que para el resto de las fuerzas políticas, porque el candidato a gobernador Eduardo Balli Bucca todavía aparece con bastante menos intención de voto que Lavagna y hay temor al corte de boleta.