La Cámara Federal de Casación Penal confirmó la libertad para un condenado por delitos de lesa humanidad que había recibido una condena leve pero que ahora afronta la posibilidad de un nuevo fallo con una pena mucho mayor. Se trata del ex general Eduardo Alfonso, quien se fugó de la Argentina en 2012, horas antes de conocerse un fallo en su contra del que parecía estar avisado.

Alfonso era teniente y agente de inteligencia cuando el 12 de enero de 1977 una patota realizó un operativo en la calle Independencia al 1900, en Villa Adelina. Allí fue asesinado Domingo Antonio García y secuestradas su mujer, Beatriz Recchia, quien se encontraba embarazada de cinco meses, y su hija de tres años de edad, Juliana Inés García. El represor fue condenado por el allanamiento ilegal a la vivienda de la familia García-Recchia, pero quedó al margen del homicidio de Domingo Antonio García. La pena fue de cuatro años de prisión y después de cumplir dos tercios obtuvo la libertad. Pero la misma sala de Casación, con otra integración, anuló el fallo y ordenó que se reprochara también el homicidio de García y los tormentos contra Recchia.

Tras permanecer prófugo durante cuatro años, fue detenido en Paraguay, donde vivía con documentos falsos.

A fines del año pasado, los jueces Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma, con la disidencia de Alejandro Slokar, le concedieron la libertad. Pero el fiscal Mario Villar apeló la medida.

Los mismos jueces, Ledesma y Yacobucci, rechazaron el planteo por cuestiones formales: “El impugnante no ha cumplido con los recaudos para la interposición del recurso extraordinario”, por lo que corresponde declarar inadmisible la vía intentada”.

El juez Slokar, nuevamente en disidencia, se había inclinado por estudiar el planteo del fiscal general para, eventualmente, revocar la libertad de Alfonso. Pero su postura quedó en minoría y el represor continuará excarcelado.