Se dice liberal, pero está en contra del aborto. Quiere eliminar al Estado, dinamitarlo, pero trabaja para una empresa que forma parte de “la patria contratista”. Jura que “esto”, la política, es para personas “que las tienen bien puestas”, pero solo debate a los gritos con gente menos formada que él. Es Javier Milei, el economista y líder de La Libertad Avanza que buscará plasmar sus cientos de miles de seguidores en Twitter y millones de vistas en YouTube en votos para ingresar al Congreso.

“Milei genera el show mediático, lo mismo que Guido Suller. Genera rating”, le dijo meses atrás a Tiempo Pablo Stefanoni, el autor de ¿La rebeldía se volvió de derecha?. Su debut electoral pondrá blanco sobre negro hasta dónde esa construcción es capaz de superar la liquidez de las que la precedieron. José Luis Espert su antecedente inmediato, superó la barrera del 1,5% de los votos en las PASO de 2019 y se convirtió en candidato presidencial para las elecciones presidenciales. Pero el 27 de octubre de 2019, obtuvo apenas el 1,47 por ciento. En esta oportunidad, Espert disputará la candidatura por la provincia de Buenos Aires, en un armado en espejo bautizado Avanza la Libertad, por lo que se descuenta un crecimiento de este sector en términos de votos.

En 2018 Milei participó de 235 entrevistas en radio y TV. Fueron 193.547 segundos de aire, más de doble que Martín Redrado y más del triple que su socio Espert. Esas casi 54 horas o dos días y cuarto en medios masivos de comunicación le dieron una exposición que cualquier candidato envidiaría. El dato fue publicado hace pocos días en Twitter por la periodista Mariana Carabajal y corresponde a un relevamiento de la consultora Ejes.

La crisis económica le permitió crecer y transformó al economista en uno de los abanderados del “voto bronca”. Cada vez que puede, expresa su desprecio por la “casta” política.

Fue arquero en las divisiones inferiores de Chacarita, cantó covers de los Stones y también ofició de asesor del genocida Antonio Domingo Bussi en el Congreso. Sus modos violentos parecen copiados de Donald Trump o Jair Bolsonaro. Su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, es una negacionista del terrorismo de Estado.

Todo lo que alborote al progresismo es bueno para él. Nada lo escandaliza, como tampoco la acusación de haber plagiado a sus admirados autores de la Escuela Austríaca de Economía en sus columnas de El Cronista. Es un divulgador, un divulgador que no cita.

Deplora al kirchnerismo, pero su relación con el gobierno nacional parece vidriosa. “Olvidate, la campaña a Milei se la está bancando el gobierno para sacarle votos al Pelado”, acusa un viejo lobo de la política nacional. El “Pelado” es Horacio Rodríguez Larreta, al que caracterizó como «peor que un comunista». El mundo de Milei es así, por fuera de su núcleo todos los demás son «comunistas» o «colectivistas». Son «zurdos» o «zurdos de mierda». Hay excepciones, claro. Como Patricia Bullrich: «Dentro de la línea del PRO no tendría ningún problema de hablar con el ala de los halcones», dice. «