Un grupo de intendentes de la provincia de Buenos Aires apeló al corte de boleta para despegarse de sus candidatos a gobernador y presidente y lograr así retener el poder en sus territorios. Esta estrategia fue protagonizada en la mayoría de los casos por dirigentes macristas, pero también se registraron peronistas del interior.

Lo que ocurrió en Tres de Febrero, Lanús y La Plata fue paradigmático: los intendentes Diego Valenzuela, Néstor Grindetti y Julio Garro, respectivamente, desplegaron una agresiva campaña electoral como si estuvieran al frente de partidos políticos vecinales. Además, la maniobra incluyó el ataque directo a los candidatos opositores.

Estos jefes comunales hicieron foco en las gestiones locales y en los supuestos logros de gobierno. Los tres llegaron a repartir casa por casa las boletas de los diferentes espacios políticos sin la parte local, para que fuera completada con sus candidaturas.

En Tres de Febrero, Alberto Fernández alcanzó un 48,59% de los votos frente al 37,68% cosechado por Mauricio Macri; a gobernador, el Frente de Todos mantuvo ese guarismo (48,27%) mientras que María Eugenia Vidal achicó la diferencia y obtuvo el 41,47%. Contra todos los pronósticos, Valenzuela dio vuelta su derrota de las PASO y se impuso por menos de tres puntos ante camporista Juan Debandi (46,89% contra 44,04%). En agosto, las cinco listas locales del Frente de Todos habían recibido el 46% de los votos y Juntos por el Cambio, el 34%. Las diferencias internas no fueron saldadas en las elecciones generales y el diputado bonaerense kirchnerista se quedó sin nada.

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(Foto: Télam)

En Lanús, a nivel nacional también se impuso el Frente de Todos con el 53,56% de los votos ante el 34,22% de Juntos por el Cambio. A gobernador, Axel Kicillof consiguió el 53,03% mientras que Vidal casi obtuvo el 38%. A intendente, el escenario se dio vuelta: Grindetti logró el 49,38% frente al 43,90% de Edgardo Depetri. En las PASO, los cuatro precandidatos peronistas habían logrado el 51% de los votos, mientras que el intendente macrista apenas había llegado al 36%.

El corte de boleta en la capital bonaerense también impactó de manera negativa en los candidatos locales kirchneristas que se habían impuesto en las primarias. En las elecciones del domingo, el binomio Fernández se alzó con el triunfo por menos de dos puntos: 44,22% frente al 42,95%. A gobernador Vidal arañó un 45% ante un Kicillof que logró el 44,76%. En el plano local, el macrista Julio Garro se hizo del 48,72% de los votos frente el 40,76% cosechado por la kirchnerista Florencia Saintout. En agosto, las cinco listas peronistas se alzaron con el 47,24% de los votos, mientras que Garro había obtenido el 37,06%.

En San Miguel podría decirse que no hubo sorpresas. Jaime Méndez, de Juntos por el Cambio, volvió a imponerse al candidato del Frente de Todos, Franco La Porta. En las PASO la diferencia fue de 9 puntos. El domingo, la distancia se amplió aún más: 55,64% frente al 38,88%. El sucesor del entonces dirigente massista, Joaquín de la Torre, fue el impulsor de la tijera y no en vano se lo apodó como “El rey del corte”. En este distrito, el domingo volvió a imponerse el binomio Fernández con el 51,23% frente al 37,23% del macrismo. Kicillof, en tanto, alcanzó el 50,71% y Vidal el 40,98%.

En Mercedes, la situación se dio a la inversa: a nivel nacional se impuso claramente Macri con el 48,43% de los votos frente al 41% del dúo Fernández. A nivel bonaerense, Vidal logró el 50,37%, ante el 41,76% de Kicillof. Finalmente, en el ámbito local, el intendente peronista Juan Ignacio Ustarroz se alzó con el 57,22% frente el 36,77% que cosechó Julia De Paola de Juntos por el Cambio. En este caso, el dirigente del Frente de Todos apostó por el corte de boleta desde un primer momento: en las PASO había conseguido el mismo caudal de votos, mientras que De Paola, de raigambre radical, había ostentado el 30,36%.