El lunes se cumplirán 15 años de las jornadas del 19 y 20 del 2001. Este hecho histórico todavía no fue bautizado con un nombre, pero marcó el punto de inflexión de la hegemonía neoliberal en la Argentina, al menos como única opción. Sobrevuela por estos días el fantasma de la protesta social «desbordada». Más allá de que alguien pueda organizar desmanes, cuando ocurren, no es posible hacerlos de modo masivo sin un mar de fondo social real. Y este año ese mar de fondo creció bastante.

Ante este escenario, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, avisó días atrás que investigará las páginas de Facebook que «inciten a saquear», en una nueva modalidad de «prevención».

Al igual que otros funcionarios de primera línea del presidente Mauricio Macri, Bullrich conoce muy de cerca el catastrófico final del gobierno de Fernando de la Rúa. Ella era ministra del expresidente cuando ocurrió el estallido.

La dirigente ingresó al Ejecutivo de la Alianza desde el primer día. Su función inicial fue en la secretaria de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia. Luego, saltó al lugar que la hizo más famosa, el Ministerio de Trabajo. Allí se dedicó a enfrentarse al entonces combativo Hugo Moyano, que conducía el gremio de Camionero y el MTA, que se había opuesto a las políticas del gobierno de Carlos Menem.

Otro actual funcionario que formaba parte de la primera línea en el momento del «estallido» de fines de 2001 es Hernán Lombardi. En ese momento ocupaba el Ministerio de Turismo.

Seis años después de la caída de la Alianza, Lombardi, que también es empresario hotelero, se incorporaría a la primera línea del PRO. Se transformó en ministro de Cultura porteño, absorbiendo el área de turismo. Mauricio Macri había ganado su primera elección a jefe de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy–se sabe– Lombardi conduce la cartera Medios Públicos que fue creada por el actual gobierno.

Pero quizás la figura más relevante de aquel momento sea el actual presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. No ocupaba un lugar en la primera línea, pero tenía un puesto clave en el sector del Ejecutivo en el que se tomaron las decisiones que le dieron el «tiro de gracia» a la Alianza y empujaron la protesta social masiva y desbordada, al impulsar medidas que golpearon fuerte a los sectores medios, que entonces se sumaron masivamente a los reclamos de los desocupados (el desempleo era mayor al 20 por ciento). Sturzenegger, el 19 de diciembre de 2001, era secretario de Política Económica del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, que había decido el «corralito» el 3 de diciembre del mismo año. Fue esta medida, se sabe, la que funcionó como acelerador del final de De la Rúa. De hecho, 15 días después de anunciarla, el entonces presidente presentaba su denuncia tras haber ordenado la represión de la protesta social y haber dejado al menos 30 muertos.

Otro actual funcioario que formó parte de aquel gobierno, aunque se fue antes del final, es el actual ministro de Comunicación, Oscar Aguad. Tuvo el triste rol de interventor de Corrientes capital y terminó acusado por corrupción. «