«Vamos a terminar todos juntos», suelen repetir en la conducción del Partido Justicialista (PJ). La promesa, sin embargo, no alcanza a responder el enigma central: ¿detrás de quién o quiénes se sellará la unidad? 

Quienes abrevan en el partido en su versión tradicional quieren prescindir del kirchnerismo (léase Cristina Kirchner). A este grupo le falta encontrar la figura que asuma el perfil de líder, un lugar vacante a pesar de que ese sector nuclea a gobernadores, intendentes y legisladores. El Frente para la Victoria (FPV), en cambio, tiene en la ex mandataria una líder indiscutida. No obstante, sus dirigentes reconocen que deben construir mayorías incluyendo al PJ. 

Sectores del peronismo se aferran con esperanza a la figura de Sergio Massa, quien ve con preocupación cómo crece CFK en las encuestas, aun sin haber expresado su deseo de ser candidata en 2017.

En ninguno de los campamentos hay una sola y única mirada sobre cómo enfrentar el futuro. En el PJ corren críticas hacia el presidente partidario, José Luis Gioja, porque no termina de romper el bloque de Diputados del FPV. El sanjuanino está convencido de la necesidad de diferenciarse del kirchnerismo, pero se resiste a una fractura que lo deje con las manos vacías. 

Quien no se detiene es el senador Miguel Pichetto. El rionegrino ya le arrancó la sigla FPV a la denominación de la bancada que conduce, y comenzó a desplegar un plan para desplazar a Gioja. El senador aparece como uno de los pocos dirigentes del partido con capacidad y cintura política para reunirse e incluso convocar a gobernadores e intendentes.

Los mandatarios provinciales se ven a sí mismos como la renovación. La semana pasada, con la excepción de Alicia Kirchner y el formoseño Gildo Insfrán, todos los gobernadores se reunieron en la Capital Federal para lanzar el grupo renovador. Pretenden volver a encontrarse el 6 de septiembre, una fecha de fuerte peso simbólico para el PJ porque conmemora un nuevo aniversario de la creación de la Renovación Peronista que lideró Antonio Cafiero junto a José Manuel de la Sota, entre otros. Su objetivo es hacer valer su condición de exitosos aunque sólo tengan para mostrar el resultado electoral del pasado año. 

Los líderes provinciales reclaman una autocrítica de los derrotados en 2015 e incluyen a CFK. «Fue quien validó la fórmula presidencial y la de gobernador de Buenos Aires», argumentan. Si bien no reniegan de su pasado kirchenrista –algunos, incluso, lo reivindican– también señalan la necesidad de «mirar para adelante». Y en ese «mirar hacia adelante» quieren estar ellos. Sin embargo, deben aún salvar varios escollos. No son muy conocidos y buena parte está caminando los primeros meses de su primer mandato.

Pichetto –quien ya les dijo a viejos amigos del FPV: «Nunca más voy a volver a ese sector»– tiene puestas sus fichas en Massa como futuro líder del peronismo. Tanto es así que se reúne con el diputado tigrense para coordinar la actividad parlamentaria y no atiende llamados de los diputados del FPV. Al jefe del FR no le disgusta la idea, pero prefiere no anticiparse. Las respuestas que surgen de los focus group que realizan las consultoras que contrata suelen arrojar frases como la siguiente: «No sé si Cristina robó, pero mientras ella era presidenta yo llegaba a fin de mes y me iba de vacaciones.»
Esa lectura también se expresa en las encuestas que muestran a la ex presidenta creciendo y sin ser candidata. Atento a esos indicadores del humor social, Massa endureció un poco su discurso contra el presidente Mauricio Macri y el gobierno de Cambiemos. Eso incluyó que su diputado Raúl Pérez vote con el FPV el rechazo al DNU que le transfería 76 mil millonres de pesos para financiar obras públicas en Capital Federal. Con todo, el ex intendente de Tigre transita la construcción de su ¿nuevo? plan político por “la ancha avenida del medio” que incluye un diálogo fluido con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y una sólida relación con dirigentes como Margarita Stolbizer, Roberto Lavagna y De la Sota. «

El dilema de construir mayorías

Mientras el PJ neo renovador busca un líder que lo aglutine, en el FPV se debate la estrategia para construir las mayorías que reclama Cristina Fernández. Hay sectores que insisten en la necesidad de aflojar con la rápida caracterización de traidores que predominó en los últimos tiempos para referirse a los críticos de la ex presidenta. Otros prefieren andar solos como prueba de lealtad al proyecto. El diagnóstico que trazan es que Cambiemos quiere romper el FPV. “El kirchernismo es la expresión peronista de los últimos 50 años, hay que volver a tener políticas de derechos, alinearnos bajo la conducción de Cristina y caminar juntos”, opinó el diputado Carlos Castagneto. Más allá de estas diferencias Cristina está desarrollando su propia estrategia. Desde que regresó del Sur mantuvo reuniones con un amplio universo de representantes del peronismo. Incluso se encontró en su oficina del Instituto Patria con un emisario de la CGT unificada. Hubo fotos, pero se decidió no hacerlas trascender. Una señal de apertura en esta etapa política.