Residentes y concurrentes dependientes de Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires realizan un paro de 24 horas y una movilización a Plaza de Mayo por reclamos salariales y reivindicaciones laborales en medio de la pandemia del coronavirus. Denuncian que, en algunos casos, cobran 150 pesos la hora y que las personas que hacen concurrencias se exponen al COVID-19 sin cobrar un sueldo ni tener ART. “No somos reconocidos como trabajadores ni en Capital, ni en provincia ni en Nación. Se nos considera como personal en formación y somos los primeros en sostener el sistema de salud”, indicaron desde la asamblea interjurisdiccional.

La medida de este martes es motivada en rechazo a las paritarias pero también expone la situación de fondo que atraviesan desde años residentes y concurrentes, que se ve profundizada por la pandemia. En la Ciudad de Buenos Aires, la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta fue de un 15% en cuotas que se suma a un 5% otorgado por decreto. En la Nación, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) cerraron un 18% para el 2021, que se suma a un 7% otorgado en octubre de este año. En territorio bonaerense, la administración de Axel Kicilloff llegó a un acuerdo del 35,6% con la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP).

Sebastián Goin, residente del Hospital Argerich y miembro de la Asamblea de CABA, indicó que “es un salario recontra atrasado en un año de pandemia donde la exigencia y el desgaste mental y físico es tremendo”. “El fuego que se prendió tiene que ver con la paritaria pero tiene otros reclamos de fondo. En un año de pandemia la presión sobre el sistema de salud es grandísimo. Por un lado, tenemos un aumento del flujo de trabajo y, por otro, un salario que ya estaba totalmente atrasado y que este año con este aumento irrisorio es como que te descuentan el salario. Nosotros tenemos una paritaria que está vencida desde abril. Es como trabajar de manera prácticamente gratuita frente a un contexto donde la exigencia es altísima”, afirmó en diálogo con Tiempo Argentino.

El médico explicó que esto se suma a otras demandas históricas. “Seguimos siendo el último orejón del tarro, tenemos compañeros que tienen que cubrir jornadas de guardia interminables de 36 o 48 horas”, advirtió. “La ordenanza que nos rige en Capital plantea un máximo de 64 horas semanales. Esto no se cumple para nada, tenemos compañeros que están arriba de las 100 horas semanales. Son 400 horas al mes. Uno termina trabajando por 150 pesos la hora. Un residente de primer año está ganando más o menos 48.000 pesos. Esto varía, en provincia estarán ganando 44.000”, describió.

En ese sentido también se expresó Candela Fernández, residente de tercer año de Salud Mental del Hospital Laura Bonaparte, dependiente del Gobierno Nacional. “Nos unifica la precarización, todos tenemos cuestiones en común como el retraso en los cobros para los ingresantes, los bajos salarios y la falta de reconocimiento de nuestro trabajo en pandemia. Nos tienen como mano de obra precarizada en la pandemia, ya que a los residentes también nos extendieron el contrato para cubrir los faltantes que tenían. Se evidencia que finalmente nosotros somos los que sostenemos el sistema de salud. Por reglamento tenemos hasta un determinado tiempo de trabajo, en pandemia nos extendieron varios meses más es por eso los ingresantes entraron en octubre y no en junio”, le dijo Fernández a este diario.

La residente explicó que a nivel nacional, el salario no remunerativo en algunos casos está cerca del 30%. Una persona residente de tercer año cobra 42.000 pesos en promedio con un salario no remunerativo de 12.000 por 45 horas semanales. “Hacer una residencia parece ser una situación de privilegio, realmente los ingresantes están en una situación de alarma. Hay compañeros que tienen que recurrir a un pluriempleo para llegar a fin de mes. Estas no son excepciones, son casos que se dan en su mayoría. Muchos tienen varios trabajos, completan el fin de semana”, indicó Fernández.

La situación del personal de salud calificado como concurrente es más grave debido a que no percibe ninguna remuneración. Goin indicó que en la Ciudad de Buenos Aires hay alrededor de 1500 personas en esa condición, que trabajan en medio de la pandemia sin recibir ni siquiera viáticos. “Es un régimen donde se ve la precarización máxima. Exigir horas de trabajo, estar al frente en una pandemia y no cobrar ni un peso. Con el argumento de la formación no se les paga un salario y se les exige cumplir con 30 horas semanales, por lo menos. No tienen ART, obra social. No tienen ni la comida incluida y están poniendo en riesgo su vida. Si un concurrente hoy se enferma o pierde la vida por coronavirus no tiene una ART que le responda porque no son considerados trabajadores en relación de dependencia. Es de una gravedad total. Muchos han recibido intimidaciones porque no se han presentado a su trabajo sino que han hecho trabajo remoto por esto mismo”, detalló.

Además, residentes y concurrentes alertan que el aumento de casos de coronavirus y la posible llegada de la “segunda ola” de contagios los encuentra exhaustos y sin el reconocimiento salarial que merecen por poner el cuerpo. “Estamos planteando un paro del equipo de salud un 22 de diciembre, ni siquiera podemos pensar en las fiestas, en tener un momento con nuestras familias, sino que tenemos que estar en la calle exigiendo por algo básico. En una año de pandemia, donde uno cree que se va a escuchar un poquito más a los profesionales de la salud, y no podemos creer que en Capital se nos esté ofreciendo un 15% en cuotas con una inflación del 30%, es un golpe al salario. Parece una cargada, que nos están tomando el pelo. No puede estar permitido jugar con la salud mental del equipo, a estas alturas tener que ver si uno pone una guardia como para llegar a fin de mes nos parece inaceptable”, indicó Goin.