El sociólogo graduado en la École des Hautes Études de la Universidad de París y director de FLACSO, Luis Alberto Quevedo cree que es necesaria una reconstitución del Frente de Todos. Al analizar los acontecimientos políticos de los últimos días advirtió que no es suficiente con una recomposición del gabinete sino que es necesaria una reorientación de las políticas públicas. Tiempo Argentino habló con el académico para conocer cómo se reconfiguran la identidad de la coalición de gobierno y las figuras de Cristina Kirchner y Alberto Fernández después de la primera crisis política del Frente de Todos.

-¿Cómo se lee el resultado de las PASO?

-Una de las cosas que están en debate todavía es por qué perdió el Frente de Todos. El presidente dijo que había escuchado a las urnas y la pregunta es: ¿Qué escuchó el presidente?, pero también la dirigencia y la oposición. Hay una disputa de dos interpretaciones que quedaron expuestas. Una es la que circula en el Gobierno, pero que no hace explícito el presidente, que es que el resultado no fue tan negativo, que hubo una baja participación. Es una lectura optimista. Después está la lectura de Cristina Kirchner en la carta, que es muy distinta. Ella interpreta que la pérdida de los votos tiene que ver con la situación económica, una especie de gran advertencia. En ese punto hay una necesidad de que el Frente encuentre un espacio donde discutir qué fue lo que pasó porque si no es muy difícil avanzar hacia noviembre y los dos años que quedan.

-¿Cómo se administra un impacto político de este tamaño dentro de un frente?

-El peronismo por primera vez desde 1983 está gobernando sin un liderazgo claro en un país presidencialista, con una estructura de decisión que está muy centrada en el presidente. Cuando gobernó Menem, estaba muy claro quién mandaba. Cuando gobernó Néstor fue igual y con Cristina también. Ahora, estamos en un frente que es una primera experiencia para el peronismo de gobernar, no de manera colegiada, porque el presidente es Alberto Fernández. Hay que sostener para el frente esa figura. Lo que no hay en el peronismo es un ejercicio de discusión colectiva de una crisis como ésta. El FDT tiene que encontrar un espacio político e institucional para poder procesar los resultados electorales. Hay dos problemas después del domingo: el primero es que no hubo una mesa de discusión o diálogo de un frente que incluye a Cristina y a Alberto como principales figuras, pero que tiene también a Sergio Massa y otras. La segunda cuestión es que tampoco se puso arriba de la mesa cuál es la lectura diferente que se hace del resultado. La carta de Cristina y el tweet de Alberto rellenan un vacío que debió darse de otro modo, dentro del FDT, en una mesa de diálogo que no se construyó y con una discusión política que no sea a cielo abierto sino que sea con toda la dirigencia incluída. Donde se evalúe también cómo se va a trabajar a futuro. El gran dilema que le queda al FDT es qué hacemos de acá a noviembre, hoy los candidatos están huérfanos de construcción de campaña.

-¿Cuánto afecta el debate a cielo abierto?

-Primero la oposición política hizo algo que Napoleón recomendaba: cuando veas equivocarse a tu enemigo, no lo distraigas. La verdadera oposición, que es la mediática y que trabaja todos los días para desgastar al gobierno, está haciendo un trabajo fino de mostrar todas las inconsistencias de la coalición. En el otro lado, hay una coalición con muchas inconsistencias, pero que no las manejó a cielo abierto. Hay un costo frente a la opinión pública. Pero yo creo que el peor costo es que el Frente de Todos requiere una reconstitución para seguir adelante con la parte de la sociedad que lo sigue apoyando. Si aparece solo la pelea hay una angustia del votante que quiere que le vaya bien a este gobierno. Hoy la responsabilidad está en manos del presidente: la recomposición del gabinete, pero sobretodo de políticas. Hay que relanzar al gobierno a partir de otras políticas. eso podría revitalizar al frente.

-¿Cómo se deben administrar las diferencias?

-El que tiene que convocar es Alberto Fernández porque hay que mantener la figura del presidente y su liderazgo. Segundo, que convoque a todos los integrantes FDT para poder tener una discusión y un análisis del futuro. Tercero, hay que armar una agenda distinta a la que se venía trabajando. No se trata de una o dos medidas, no se va a resolver esto con subir el mínimo no imponible o el salario mínimo. No son dos números, es una mirada sobre la economía, sobre cómo se va a trabajar con el FMI, cuánto vamos a estar dispuestos a aceptar el ajuste fiscal. Ese tipo de cosas más estructurales son las que hay que discutir, yo creo que hay que debatirlas dentro del FDT, pero eso solo puede convocar el presidente.

-¿Cómo queda la figura de Cristina Kirchner?

-Cristina ha hecho algunos movimientos que la colocaron muy en primer plano, no sé si es lo mejor para la coalición de gobierno el protagonismo que ella tomó. Es inevitable ahora que Cristina puso la vara alta de qué es lo que hay que discutir: de política, de economía, cómo se va a renegociar con el FMI, cómo se va a hacer el resto de la campaña. Puso todos los temas arriba de la mesa. Lo que Cristina no tiene hoy por su lugar institucional y por su lugar dentro del Frente de Todos es que sea ella la que va a dar las respuestas a esto. Creo que no, que eso le corresponde aún hoy, con todo lo que pasó, al presidente que es el que puede organizar este debate. No me parece que Cristina pueda sustituir al presidente y mucho menos que en el otro extremo se la vea desapareciendo del mapa político. Sigue siendo la política mas importante

-¿Se puede revertir el resultado de las PASO?

-Si se toman medidas que no son solo de cambio de nombre sino que son cambio de política, que tengan que ver con el bolsillo de la gente, si eso se hace en el corto plazo, creo que el FDT tiene mucho para recuperar. Eso lo tiene que conducir el presidente porque si se debilita su figura, el frente va a seguir como una etapa de continuidad de la crisis y no de revertir. Es un tema de reordenamiento y relanzamiento de la coalición política, no de una persona. El problema sigue siendo cómo el frente se reconstituye y se relanza en su conjunto. Insisto en la importancia de figuras como Massa y otros dirigentes.