El resultado de la elección por la gobernación de Córdoba marca este domingo un amplio e histórico triunfo para el peronismo, al mismo tiempo que eleva el número de derrotas y guarismos adversos que el Gobierno nacional acumula desde el inicio del calendario electoral 2019.

Aunque la Casa Rosada insiste en leer el mapa político en construcción como expresiones de estricto orden local, la victoria del peronismo en Córdoba eleva a ocho la lista de caídas de la oferta del oficialismo.

Ese listado de derrotas arrancó con las internas de La Pampa y siguió con las PASO de las provincias de Chubut, Entre Ríos y San Juan. Luego se sumaron las malas performances en las elecciones por la gobernación de Río Negro y Neuquén, respectivamente.

Hace apenas quince días, en Santa Fe, el candidato de Cambiemos, el radical José Corral, quedó tercero en las PASO del distrito, detrás de la sumatoria de los precandidatos peronistas -Omar Perotti y María Eugenia Bielsa- y el socialista Antonio Bonfatti.

El triunfo de Schiaretti enciende además otras alarmas en la Casa Rosada: el flamante reelecto gobernador será señalado desde este domingo como el gran ordenador de Alternativa Federal, el espacio político que integra junto a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y el senador Miguel Angel Pichetto.

Ese espacio pugna por un ordenamiento que podría incluir al exministro Roberto Lavagna con el objetivo de fortalecer una “tercera vía” de competencia frente al frente del peronismo que lidera Cristina Fernández de Kirchner y el oficialista Cambiemos.

El presidente Mauricio Macri deberá mirar también el escenario que deja la elección en la provincia mediterránea, segundo distrito electoral del país, en clave doméstica. Su candidato, el radical Mario Negri, compitió contra Ramón Mestre, el dirigente que encarnó al sector del centenario partido que cuestiona la permanencia en la alianza Cambiemos.