El día después de la derrota en las urnas, el presidente Mauricio Macri apostó a reforzar la denominada “campaña del miedo”, y culpó al kirchnerismo -la etiqueta que el Gobierno utiliza para referirse al opositor Frente de Todos- por la estampida récord que la cotización del dólar registró este lunes. Por propiedad transitiva, el mandatario responsabilizó a los votantes por las zozobras en la economía.

«El kirchnerismo no despierta confianza en el mundo. La confianza cuesta mucho conseguirla y ellos la dilapidaron durante todos sus años de gobierno y ahora tienen que recuperarla porque esto nos daña a todos los argentinos», argumentó durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada.

Macri habló con tono de candidato. Además, enfrentó a la prensa junto a su compañero de fórmula, el senador y precandidato Miguel Angel Pichetto. El legislador justicialista intervino en varias oportunidades para completar las explicaciones presidenciales. “El Presidente está en ejercicio pleno de sus funciones”, señaló.

El Presidente despejó dos de las numerosas versiones que corrieron en las últimas horas sobre el futuro inmediato de la gestión de Cambiemos: descartó cambios en el Gabinete para transitar los largos dos meses hastas las elecciones de octubre y también rechazó la posibilidad de un adelantamiento del cronograma electoral.

“Hoy estamos más pobres que antes de las PASO. La economía venía mejorando y hoy saltaron por el aire todas las variables”, juzgó.

Aunque el tono de su mensaje hizo eje en reclamarle una “autocrítica” a su espacio rival en las PASO, el mandatario aceptó que en los comicios de este domingo se registró un “voto bronca” y reconoció que su equipo está trabajando en “las medidas necesarias que protejan a los argentinos”. Pichetto intervino para identificar a los sectores descontentos con la clase media, los trabajadores.

“El dólar bajaba y se consolidaba el proceso de baja de la inflación. Por el voto al kirchnerismo, todo esto se revirtió. Eso demuestra que hay un problema grave entre el kirchnerismo y el mundo. El mundo no confía en lo que que quiere hacer con la Argentina” arriesgó.

«No me puedo hacer cargo» de la suba del dólar, balbuceó Macri. Y no anunció ninguna medida, por fuera de las recetas ya aplicadas sobre la tasa Leliq, el mercado dólar futuro y las ventas del BCRA, para contener a la divisa estadounidense. Sí admitió una inminente corrida a los precios, en especial los de los productos que conforman la canasta básica de los argentinos.

«Los cambios de gabinete no se hacen improvisadamente, y a pocas semanas de la elección», señaló Macri en un intento para acallar las versiones que corrieron durante toda la mañana de este lunes sobre inminente modificaciones en el elenco económico y político que lo acompaña.

Ese fue uno de los momentos en los que debió intervenir su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, quien afirmó que el Presidente «está en ejercidio pleno de sus funciones», que «la Argentina no se encuentra en etapa de transición politica» y que, «si bien las PASO marcan un dato y el Frente de Todos es la fuerza más votada, las elecciones que cuentan son las de octubre».

«El presidente está en control. Está con toda la responsabilidad frente a los acontecimientos economicos. Esto no terminó. Esto fue una eleccion primaria. El verdadero debate sobre los contenidos y el rumbo de la Argentina empieza ahora de cara al 27 de octubre», dijo Pichetto.

Macri confirmó que habló con Alberto Fernández y el resto de quienes ayer consiguieron el piso electoral y se convirtieron en candidatos a presidente. Pero enseguida volvió a cargar las tintas sobre el «kirchnerismo», al que responsabilizó por el impacto económico financiero de las PASO. «Tiene la responsabilidad de no dañar aún más a la economía», dijo.
Macri acusó a la principal fuerza opositora de «poner en duda a los compromisos» financieros que asumió su administración. 

En particular, el presidente se refirió a la promesa de Fernández de revisar su política en relación a las tasas de las Leliqs, a las que llamó «la plata de los depositantes».
«El kirchnerismo ya gobernó. Tiene que hacer un esfuerzo adicional que hará algo distinto (en caso de acceder al gobierno). Y ahí no podemos participar. No creo que si caemos en las mismas políticas del pasado pueda haber un buen futuro para la Argentina», puntualizó.

Tanto Macri como Pichetto, quien llamó a la ciudadanía a ejercer un voto útil, se mostraron confiados en revetir los resultados para llegar a una segunda vuelta y «darle una chance al cambio».
Macri agradeció a los 7,5 millones de personas «que nos acompañaron con su voto aún cuando su situación económica pueda no ser la mejor». Y agregó: “Los votos que no nos acompañaron representan una bronca acumulada por el proceso duro económico de estos tres años y medio, a partir de la herencia que recibimos, que fue realmente muy difícil».