El presidente Mauricio Macri concluyó este viernes la penúltima ronda de reuniones políticas y visitas “de cercanía” que realiza desde el country privado Cumelén, en la localidad neuquina de Villa La Angostura, dentro del esquema vacacional que eligió para este verano. En esta oportunidad el encuentro fue dentro de la residencia patagónica, con la presencia del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales y su par mendocino, Alfredo Cornejo, titular del Comité Nacional de la UCR.

El líder del PRO aguardaba cerrar un acuerdo con los dos gobernadores radicales para que aceptaran unificar los comicios ejecutivos de sus provincias con las nacionales de octubre, pero tanto Morales como Cornejo se resistieron y mantuvieron su posición para desdoblar sus comicios, dentro de un cronograma para este primer semestre que podría llegar a 16 o 17 provincias con visitas desdobladas de las presidenciales de octubre.

Pero a contrapelo de sus deseos, la única buena noticia que escuchó el Presidente no vino de las negociaciones sobre los pretendidos desdoblamientos, sino de boca de Rodriguez Larreta. El alcalde porteño le confirmó la finalización del “Paseo del Bajo” para junio próximo, dentro de una batería de inauguraciones de viaductos y obras de movilidad que la Ciudad de Buenos Aires buscará concluir antes de las PASO nacionales, prevista para el 11 de agosto.

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Rodríguez Larreta es el único de los tres invitados de este viernes que está completamente dispuesto a unificar la elección para jefe de Gobierno porteño con las presidenciales, e hizo valer su “aventón” dentro del repaso de obras que hicieron los mandatarios “en cada provincia y cuya ejecución está a cargo de la Nación”.

En rigor, el poroteo de obras en tres de los cinco distritos provinciales que gobierna Cambiemos estuvo íntimamente vinculado a las elecciones, pero los cronogramas no pudieron ser retocados como quería el Presidente. En su lugar, para no comunicar la negativa de los dos gobernadores radicales, la Casa Rosada informó a Tiempo que “la cuestión electoral no fue el eje de la reunión, pero quedó acordado que hay tiempo para hablar hasta marzo, bajo el paraguas de que lo que se decida va a estar supeditado a lo que resulte más conveniente en el orden nacional”.

La preocupación de los mandatarios provinciales no está concentrada por ahora en la unificación sino en la marcha de la economía, y las consecuencias electorales de la recesión en marcha, cuya fecha de vencimiento se desconoce. Por esa razón, Macri hizo un breve informe sobre “la situación económica” y “puso especialmente de relieve que la economía está arrancando, porque en este momento el dólar está cerca de la banda inferior y los números de la economía están siendo positivos”, detalló el Gobierno, aunque ninguno de los interlocutores aportaron precisiones sobre la versión oficial.

La escena que encabezó Macri no incluyó a los cinco gobernadores de Cambiemos. Faltó la mandataria bonaerense María Eugenia Vidal, que protagoniza un tenso contrapunto interno con el jefe de Gabinete Marcos Peña respecto al desdoblamiento de los comicios provinciales de los nacionales. La controversia recién será resuelta en una reunión con Macri, pero el desenlace se conocerá entre marzo o abril, la misma fecha que eligieron los gobernadores radicales para resolver qué harán con sus terruños. El otro ausente fue el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés: su provincia no tiene comicios ejecutivos locales hasta dentro de dos años.