En la Argentina, el Covid-19 involucra diferentes desafíos en simultáneo, carreras contra el tiempo. Está la lucha contra el virus reflejada en la curva de contagios; está la urgencia de las vacunas, y hay otra que se acelera por estos días hasta su punto culminante, de aquí a poco más de un mes: la vuelta a clases. El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, sabe que es el tema crucial de su gestión en 2021, año de pandemia y elecciones. En ese marco inició su primera gira federal, para dialogar con gobernadores y actores del sistema educativo de cada región, consensuando lo que llama una “presencialidad cuidada”, no sin ciertos apuntamientos de los gremios y las familias, oscilando entre el temor, la necesidad de que los hijos vuelvan al colegio y el interrogante de quién los cuidará en casa los días que no vayan, ante la presión de sus empleadores.

Trotta ya visitó 13 provincias, especialmente de Cuyo y el Norte. En San Juan, incluso, le tocó vivir en primera persona el terremoto del lunes pasado. En el trayecto de Chaco a Formosa habló con Tiempo sobre varios temas centrales: qué docentes tendrán prioridad para vacunarse; qué opina del último anuncio de la Ciudad, que mantiene la fecha del 17 de febrero para el regreso al aula; cómo será el relanzamiento del plan Conectar Igualdad; por qué dice que el pedido de Macri de «abrir las escuelas» es «cinismo»; y qué pasará con los chicos y chicas que quedaron desvinculados de sus escuelas.

–¿Cómo prevén la vuelta a clases con las provincias?

–Planteamos el desafío, a partir de toda la experiencia que transitamos a lo largo de 2020 tanto en nuestro país como en otros países, de que con protocolos es posible el regreso a la presencialidad. Y a partir de allí tomamos la decisión en diálogo con cada una de las jurisdicciones: que la presencialidad vuelva a ser el ordenador del sistema educativo, una presencialidad cuidada, y que pretendemos se vaya intensificando a partir de dos aspectos. Por un lado, la mejora de los indicadores epidemiológicos a lo largo de estos meses y, por el otro, la decisión que tomó nuestro gobierno a partir de noviembre de priorizar la vacunación de los docentes. La vacuna no es condición indispensable para un regreso seguro a las aulas, porque confirmamos el año pasado que sin vacunas se podía dar este esquema, como sucedió en la mitad de las provincias, pero va a ser otra herramienta para intensificar la presencialidad. Y otro aspecto fundamental: hay que lograr que se priorice esa agenda en la mínima unidad geográfica de cada jurisdicción, que haya una decisión diferente según la situación de cada distrito, departamento o comuna, porque realidades diferentes implican abordajes distintos. No es lo mismo una escuela rural con 20 estudiantes que una en un gran centro urbano, donde deberían desplegarse otros protocolos, además del distanciamiento y el tapabocas.

–¿Cuáles son las perspectivas para la vacunación de la comunidad docente?

–Proyectamos el inicio del proceso de vacunación en febrero, con desafíos concretos. Uno vinculado a la llegada de las dosis y la logística de aplicar 1.450.000 vacunas a docentes y no docentes, y ahí establecimos un esquema de prioridades con todos los ministros dentro del propio colectivo docente: comenzar con los de educación inicial, especial y primer ciclo de primaria, de primer a tercer grado, en total 360 mil maestros, que son quienes tienen mayor contacto físico con los estudiantes. Y al mismo tiempo planteamos otras alternativas. Por ejemplo, que quienes se movilizan a otra localidad, sobre todo rurales, que pueden hacer 30 kilómetros por día para dar clases, también sean los primeros vacunados. Y finalmente, priorizar a los de las grandes ciudades por sobre las pequeñas comunidades, más allá de que hay que vacunar a todos y todas.

–¿Se planea una presencialidad escalonada?

–Planteamos un sistema bimodal: presencialidad y no presencialidad, salvo en algunas modalidades particulares, como los plurigrados de escuelas rurales donde pueden asistir unos 12 chicos; en el resto, con el correspondiente distanciamiento, este es el sistema sugerido. Hay jurisdicciones que plantean un esquema con días intermedios: un grupo va el día lunes, otro el martes y así sucesivamente; y otras plantean, con diferencias entre primaria y secundaria, que se organicen bloques semanales. Buscamos que haya cierta simplificación. Es muy difícil encontrar un modelo que satisfaga la realidad de todos. Ya de por sí está la propia problemática de cómo se organiza cada familia en este marco de alternancia de la presencialidad, porque un adulto se va a tener que quedar en el hogar y muchas veces no hay otro que pueda quedarse con los chicos.

–¿Se sabe cuántos alumnos perdieron el vínculo con sus escuelas el año pasado?

–Veníamos de una realidad de enorme complejidad con la disminución de la inversión educativa a lo largo de los cuatro años de la gestión de Macri, que termina impactando doblemente: una situación económica y social que se agrava y la retracción de las responsabilidades del Estado en desplegar sus políticas socioeducativas. En este contexto comenzamos nuestra gestión y la pandemia profundizó la desigualdad. Planteamos como primer desafío la continuidad pedagógica, con los 54 millones de cuadernillos y los contenidos multimedia de Seguimos Educando, más allá de lo irreemplazable de la escuela y sabiendo que nadie aprende en casa de la misma forma que en el colegio. Es ahí donde la Evaluación Nacional de Continuidad Pedagógica nos confirma que existió en nueve de cada diez hogares una instancia de continuidad pedagógica, con diferentes niveles de intensidad. Eso nos debe dar las bases del desafío que tenemos en 2021 de garantizar aprendizajes pendientes, y alcanzar al 10% que tuvo bajo o nulo nivel de vinculación con la escuela. Para eso desarrollamos el programa Acompañar. La desigualdad no nace con el Covid pero se complejiza, y el desafío principal que tenemos, junto con la presencialidad segura, es la búsqueda y la convocatoria a aquellos estudiantes que no proyectan el regreso a las aulas. Ahí es donde debemos depositar nuestros mayores esfuerzos.

–¿Cómo vio la presentación de la vuelta a clases que hizo el gobierno de la Ciudad?

–En todo el sistema educativo tenemos que priorizar la presencialidad responsable, en el marco de la realidad de cada jurisdicción. Acompañaremos a todas las jurisdicciones bajo esos preceptos. Pero también me resulta difícil comprender por qué la Ciudad parece priorizar su voluntad de ocupar espacios en los medios de comunicación en vez de dar debates y construir agenda en el marco del Consejo Federal, porque lo venimos trabajando desde 2020 con todas las jurisdicciones. Pero siempre el gobierno de la Ciudad pretende adelantarse para demostrar su voluntad de “priorización” de la escuela y la educación. Pone el foco mucho más en tener una iniciativa comunicacional que en la responsabilidad de construir una respuesta en común de todo el sistema educativo.

–Los gremios también criticaron que desde el año pasado no hubo mejoras en las escuelas porteñas para adaptar la vuelta a clases en pandemia.

–Nuestro planteo es una agenda prioritaria con una mirada distinta a la que tienen otras fuerzas políticas como Juntos por el Cambio. Vinimos a consolidar la inversión educativa, en consenso y diálogo con todos los actores del sistema. En el marco de la pandemia llevamos adelante medidas como el Fondo Covid, que implicó transferencias por más de 2300 millones de pesos a las escuelas, para refacciones vinculadas a sanitarios e insumos de limpieza, y ahora lo ampliamos a un millón por escuela. Además de las reformas y construcción de nuevos establecimientos, que implicarán 52 mil millones de pesos solo en 2021. La realidad es que la Ciudad, en las gestiones de Macri y Larreta, hubo una pérdida de protagonismo de la educación en el presupuesto general. Nosotros creemos en priorizar la inversión educativa.

...
(Foto: Claudio Esses)

–¿Cómo tienen pensado tratar la pandemia en la currícula?

–La escuela generalmente aborda de manera transversal las problemáticas que transita la sociedad, y mucho más en el marco de la pandemia, especialmente en el abordaje del impacto subjetivo que tuvo en los chicos. Eso implica hablar constantemente. Trabajamos con los docentes sobre cómo abordarlo, para analizar angustias y dificultades que tuvieron los alumnos en todo este tiempo. Tendrá un rol central el trabajo interdisciplinario en las escuelas. Por eso creemos que la presencialidad es importante. Más allá de que por momentos el debate se plantea con cuestiones falaces. Nadie dice “no a la presencialidad”, sino que abogamos por una presencialidad cuidada, sin banalizar debates, como intentó hacer el expresidente Macri, que antes de pedir que se abran las escuelas debería tener la responsabilidad de decirles a los estudiantes: ustedes no tienen computadoras porque interrumpí el Conectar Igualdad. «

Conectar igualdad: un millón de netbooks en 2021

Otro eje de la gestión en 2021 será el relanzamiento de Conectar Igualdad: «Es necesario remarcar el enorme costo social que implicó la interrupción del programa en la gestión anterior, situación que se agravó en el marco de la pandemia y la brecha digital. Si la gestión de Macri hubiese continuado el proyecto de la presidenta Kirchner, debería haber distribuido 4 millones de computadoras en cuatro años. No lo hizo. El año pasado recuperamos 130 mil soportes tecnológicos que el gobierno anterior no distribuyó, arrumbados en el Correo Argentino. Como hoy no contamos con un Estado lo suficientemente robusto, tenemos que establecer una prioridad de adónde llegar primero. Estamos en pleno proceso de adquisición de 500 mil netbooks, con licitación pública, que implicó una inversión de más de 12 mil millones de pesos, y la creación de más de 1200 puestos de trabajo. Las distribuiremos antes de que finalice el primer semestre priorizando la educación intercultural bilingüe y la rural, dos modalidades que presentan los mayores niveles de desigualdad. Luego seguirá, con los mismos criterios, priorizando las zonas de mayor vulnerabilidad. Y en el segundo semestre haremos una nueva adquisición de computadoras por un número similar. Ese es nuestro objetivo. En el Presupuesto 2021 triplicamos la inversión del Programa Juana Manso, aumentamos un 550% la infraestructura escolar, un 150% la educación técnica, y se duplican las becas Progresar. No es una meta, sino un primer paso», augura Trotta.

Cómo llegar a la escuela

«En el marco de la pandemia, el miedo y el temor son algo absolutamente legítimo», asegura el ministro al ser consultado por la reacción que puedan tener las familias ante la vuelta al aula. «Eso nos debe permitir desplegar todas las medidas para disminuir la posibilidad de cualquier contagio. No es la presencialidad, es la presencialidad cuidada. La experiencia en 2020 marca que cuando la realidad epidemiológica lo permite, podemos avanzar con protocolos y una agenda concreta, y es importante la construcción de la información. Ahí los medios tiene un rol central: el de llevar tranquilidad a las familias. No es un regreso a la escuela en marzo del año pasado. No es la misma situación».

El otro foco de riesgo es el transporte: «Hay una diversidad de realidades en nuestro país, entre las grandes urbes y las pequeñas localidades. Lo que estamos planteando no es solo un escalonamiento en los días en los que concurre cada grupo, sino también los horarios de ingreso y egreso, para no sobrecongestionar el sistema de transporte».

Gremios y debates nacionalizados

En las últimas semanas, la presencialidad generó cruces con algunos gremios, que plantearon sus reparos ante la ausencia, por ahora, de las vacunas y de infraestructura suficiente: «En las 13 provincias que visité hasta ahora –menciona Trotta– me reuní con todos los sindicatos, y manifestaron su voluntad de priorizar la presencialidad, cada uno con su mirada particular en su jurisdicción. Tenemos que ser conscientes de que muchas veces el debate que se da en la Ciudad de Buenos Aires termina nacionalizándose, y no necesariamente es la mirada que se observa siempre. Por supuesto, mantenemos diálogo con todos, y lo seguiremos haciendo en el marco de la paritaria. Somos promotores de un regreso responsable y seguro, pero tenemos que priorizar la presencialidad. El impacto que tuvo la no presencialidad en 2020 implica esta nueva hoja de ruta y de prioridades».