La exfiscal Viviana Fein encontró un inesperado aliado para defenderse de la acusación que le formuló su excolega federal Eduardo Taiano por la presunta contaminación adrede de la escena en la que apareció muerto Alberto Nisman, en el tórrido enero de 2015. Se trata del excomisario bonaerense y experto en criminalística Jorge Salcedo, perito de parte convocado por la querellante exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, y firme sostenedor de la hipótesis del homicidio contra el extitular de la UFI AMIA.

En julio de 2015, cuando Fein estaba aún al frente de la investigación, los expertos convocados por Arroyo Salgado defendieron la hipótesis del homicidio, que la propia jueza de San Isidro había proclamado en una conferencia de prensa televisada en cadena nacional espontánea. Salcedo brindó una extensa explicación sobre cómo habría sido asesinado Nisman, que quedó plasmada en 18 páginas del expediente. El experto afirmó que “es absolutamente posible que una persona (el asesino) haya salido del lugar (el baño en el que apareció muerto Nisman) teniendo en cuenta que el lago (de sangre) que se observa en la fotografía del día del hecho no fue pisado ni siquiera por los peritos”. Tácitamente, Salcedo reconoció que cuando los expertos de la Policía Federal ingresaron al baño en el que yacía muerto Nisman se cuidaron de no alterar ese escenario. Las escenas de gente chapoteando sobre la sangre que fueron exhibidas por TV son posteriores al momento en que dos expertos de la Federal ingresaron, tomando recaudos, al baño.

El propio Salcedo lo ratificó, sin que nadie se lo preguntara: “Quiere también señalar que al momento en que arribó el personal policial, como también la fiscal, tampoco se afectaron los patrones de manchas”, se lee en la página 6341 del expediente.

Dicho de otro modo: la querella que representa Arroyo Salgado, a través de sus expertos, asegura que Nisman fue asesinado y lo fundamenta en la escena en la que fue hallado el cadáver, que según la acusación del fiscal Taiano fue deliberadamente alterada pero que, para construir la hipótesis del homicidio, los expertos de la querella subrayan que no lo fue. Fein tiene esa carta guardada para hacerla valer en el momento oportuno.

Pero todo lo que ocurre en Tribunales debe evaluarse antes política que jurídicamente. Es imprevisible pronosticar qué efectividad tendrá en la investigación el dato sobre el baño del departamento de Torres Le Parc que ocupaba Nisman. En el Poder Judicial es cada vez más frecuente que primero haya una decisión sobre si una persona es culpable o inocente, y luego se construya (o destruya) el cuadro probatorio en función de ello. El caso de Milagro Sala es el más notorio, pero no el único. El “fenómeno” (que virtualmente coloca a todos los habitantes del país en libertad condicional) no solo es achacable a los tiempos actuales. Desde el menemismo hasta aquí pasó en todas las administraciones. Solo cambiaron algunos actores. «