“Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. El canto que es tradicional, ayer se cantó durante toda la marcha por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Se coreó a lo largo de la avenida de Mayo y en la plaza. Fluyó de una multitud de gargantas de militantes de organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles, sociales y ciudadanos y familias sueltas. Y compitió con otra canción: el hit del verano, ese de las siete palabras dedicadas al presidente. Es que el repudio a las prisiones domiciliarias que beneficiaron a los genocidas y el rechazo a las políticas de ajuste del gobierno de Mauricio Macri, fueron ejes de los reclamos de la multitudinaria movilización que los organismos de Derechos Humanos realizaron a 42 años del golpe de Estado que implantó la dictadura cívico-militar. “No podemos vivir en un país con hambre y con genocidas sueltos. No vamos a permitirlo”, dijeron los organismos en un duro documento que leyeron en el escenario montado delante de la Pirámide de Mayo. También denunciaron el retroceso en las políticas de Derechos Humanos, exigieron justicia por los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y su jefe de Gabinete Pablo Noceti. Le reclamaron a la Corte Suprema que se pronuncie sobre el 2×1 y exigieron celeridad en los juicios a los genocidas y la investigación de las complicidades empresariales con la dictadura, pidieron el fin de la violencia institucional y denunciaron los despidos y la represión a la protesta social. La movilización también fue para exigir la libertad de Milagro Sala y todas las presas y presos políticos. Ese reclamo tuvo, además, una fuerte carga simbólica: en bambalinas del escenario estaban Carlos Zannini y Luis D’Elía, ambos liberados esa madrugada (ver página 6). 

Como todos los años la marcha fue multitudinaria. Los organismos de Derechos Humanos encabezaron portando la clásica bandera con las imágenes de los desaparecidos y marcharon detrás de la consigna: “Contra el ajuste, la represión y la impunidad”. Ahí estaba la Madre de Plaza de Mayo -Línea Fundadora- Taty Almeida, junto a Lita Boitano de Familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas, ubicadas una a cada lado del español Pablo Iglesias, secretario general del partido Podemos. “Esta marcha es un ejemplo de dignidad”, dijo el dirigente europeo, invitado por los organismos para acompañar la movilización. 

Completaban la escena otras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, referentes de la APDH, la LADH, los familiares de los 12 de la Santa Cruz, y los nietos restituidos Horacio Pietragalla, Victoria Montenegro y Juan Cabandié, estaban los H.I.J.O.S. y la Madre Nora Cortiñas. Sobre el cordón derecho de la avenida, junto a la cabecera, marchó la combi de Madres de Plaza de Mayo que preside Hebe de Bonafini.   

La peregrinación partió a las 14 desde 9 de Julio y Avenida de Mayo y contó con la presencia de distintos sectores y figuras que se movilizaron individualmente o de modo orgánico.  Había carteles que pedían justicia por Santiago Maldonado. Su hermano, Sergio Maldonado, marchó junto a los organismos.

“Hace un año en esta misma plaza alertamos sobre el negacionismo impulsado por funcionarios de este gobierno. Venimos a decirles a los negacionistas, una vez más, que los desaparecidos son 30.000 y nos faltan a todos”, comenzó el documento que cerró la marcha. En el escenario, la cifra de desaparecidos en color rojo, sobresalía sobre los pañuelos de las Madres y Abuelas, delante de la pantalla que proyectaba la consigna de repudio a la represión, el hambre y la impunidad. “Hoy nos convocan a esta plaza los despidos masivos, la miseria planificada, la entrega del país a los buitres, la persecución de los pueblos originarios; la persecución a militantes; las presas y presos políticos; la impunidad para los genocidas, la violencia institucional, la represión a la protesta social, la censura a la prensa; y la defensa de todos los derechos de las mujeres, lesbianas, travestis y trans”, resumió el documento.  

El segmento más duro hacia el gobierno nacional apuntó al ajuste: “Vivimos un plan económico que aumenta la riqueza de pocos y la pobreza de muchos”, dijeron. “Este gobierno impulsa una reforma laboral en contra de los derechos del pueblo, cuyo modelo ya vivimos en la década del 90 basado en los preceptos de Martínez de Hoz. Su resultado es flexibilización laboral, explotación, desocupación y más desigualdad. Mauricio Macri queremos decirte: ¡basta de ajuste, represión e impunidad!”. 

También apuntaron al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, en cuya gestión “se vaciaron áreas vinculadas a políticas de Memoria, Verdad y Justicia, y se despidió a parte de las trabajadoras y trabajadores que las sostenían” y se desmantelaron áreas de derechos humanos en Seguridad y el Banco Central. Al ministro de Justicia, Germán Garavano también le dedicaron un párrafo por intentar, a través del Servicio Penitenciario, de ampliar el número de genocidas con domiciliaria: “Quieren beneficiar a genocidas como Astiz, el Turco Julián y el Tigre Acosta”. 

“Cuando hay voluntad política, los Derechos Humanos pueden ser políticas de Estado”, dijo la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Y recordó que eso “quedó demostrado durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, donde muchas de nuestras banderas se hicieron realidad”. Por eso, apuntó al gobierno: “No permitiremos ni un retroceso en Memoria, Verdad y Justicia”.

Taty Almeida leyó el tramo final del discurso. “A 42 años del Golpe cívico-militar, denunciamos el mismo plan económico y sostenemos la misma lucha. Por eso, hoy marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos!”, dijo, y sentenció: «Detrás del negacionismo está el intento de olvido y detrás del intento de olvido está la intención de desmovilizarnos. No nos han vencido: estamos acá en unidad, con el pueblo, con la bandera de los 30 mil en alto».

Al finalizar la movilización, Estela de Carlotto fue clara respecto a la relación con el Gobierno Nacional: “Macri no nos quiere. Ya lo dijo en campaña que somos un curro, tramposos y mentirosos”.

Todos a la Plaza 

Cuando la cabecera de la marcha aún no había ingresado a la Plaza, desde el escenario leyeron un comunicado en repudio al asesinato de Marielle Franco en Río de Janeiro, y de la militarización de Brasil, que fue firmado en conjunto por los organismos de DD.HH que encabezaban la movilización y los del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que marchó desde el Congreso Nacional, y que también reclamó justicia por Maldonado y Nahuel, y por el desprocesamiento a los detenidos en las movilizaciones de fin de año contra la reforma previsional (ver aparte).   La marcha tuvo ese sentido unitario. “La consigna es juntarnos, hubiera sido bueno que marchemos todos juntos y el año que viene vamos a volver a insistir”, dijo Carlotto antes de subir al escenario. “El camino es la unidad y la lucha colectiva, sin odio ni venganza, pero implacable en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia”, completó. «