Sin tensión, ni negociaciones palaciegas. Los detalles del traspaso de mando del presidente Mauricio Macri a su sucesor electo, Alberto Fernández, comenzaron a definirse en las últimas horas siguiendo la hoja de ruta que marca la letra constitucional.

Un intercambio entre el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Santiago Cafiero –señalado como candidato firme a ocupar sus oficinas en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre- selló la propuesta que Fernández tenía delineada tras el triunfo de octubre para su asunción.

“Alberto es un hombre de derecho. La ceremonia se hará en el Congreso, ante la Asamblea Legislativa”, descontaron a Tiempo fuentes vinculadas a la transición parlamentaria cuando el proceso de intercambio entre las administraciones saliente y entrante daba sus primeros pasos.

Ese esquema fue refrendado en las primeras conversaciones formales de esta semana.

Fernández recibirá los atributos -la banda y el bastón presidenciales- de manos de Macri en el Parlamento, pronunciará el mensaje fundacional de su gobierno ante la Asamblea Legislativa y luego se trasladará a la Casa Rosada para tomar juramento al nuevo Gabinete.

Tras esa ceremonia, está previsto que el nuevo mandatario hable desde el balcón a los simpatizantes y militantes que, descuentan en el Frente de Todos, se movilizarán a la Plaza de Mayo para festejar el inicio de una nueva era política.

Cambio de época

“Se respetará el deseo de la nueva gestión”, confirmaron a Tiempo desde el entorno de Peña para despejar las dudas sobre una posible reedición de la polémica que envolvió el traspaso entre Macri y Cristina Fernández en diciembre de 2015.

En aquella oportunidad, el Presidente se negó a recibir los atributos en el Congreso y propuso que la ceremonia se realizara en el Salón Blanco de la Casa Rosada, según los usos y costumbres que, desde la recuperación de la democracia, habían seguido Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

Ante la negativa de Macri a realizar el acto ante la Asamblea, CFK desistió de asistir a la ceremonia. “Aquel 10 de diciembre él se perdió algo que es esencial: la simbología de un acto de triunfo político expresado en su máximo grado institucional”, reconstruyó tiempo después la ex mandataria.  

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(Foto: Presidencia)


En rigor, la tradición se invirtió en 2003 cuando Eduardo Duhalde le cedió el mando a Néstor Kirchner en el Parlamento.

Kirchner y CFK mantuvieron esa lógica bajo el amparo del artículo 93 de la Carta Magna. “Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea”, señala el texto constitucional.

En 2011, tras obtener la reelección por el 54 por ciento de los votos, Cristina recibió los atributos en el Congreso de manos de su hija Florencia.

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(Foto: AFP)


Aunque la organización del acto protocolar de traspaso no estuvo en la agenda urgente del proceso de transición, el Gobierno había dejado trascender la idea de repetir el esquema de 2015 para evitar el escenario de un Congreso repleto de simpatizantes opositores.

Si bien en la Casa Rosada volvió a escucharse el argumento sobre el artículo 141 del reglamento de Ceremonial de Presidencia de la Nación que propone realizar el traspaso en la Rosada, el macrismo evitó agitar un reclamo que no tenía destino. Desde un principio, Fernández había hecho saber que la ceremonia central debía realizarse en el Congreso.