El presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, salió golpeando desde el rincón en el segundo round de su pelea contra la diputada de Cambiemos Elisa Carrió. “Su”, segundo round, en el ring que él propuso. Porque Carrió tiene su propia pelea, pero en otro escenario,
mediático y más estruendoso, en tiempos de la comunicación audiovisual por definición.

El próximo escenario, esta vez común, será Tribunales. Lorenzetti le envió hoy una nueva carta a Carrió en su calidad de “ciudadano obligado a defender su honor y el de las personas que lo rodean”. Y después de reprocharle sus declaraciones (sin nombrarlas, a todas las que pronunció con Mirtha Legrand el fin de semana), le anunció que la llevará ante un juez –civil en este caso- para que responda por los “daños” que sus expresiones le han causado.

Lorenzetti dice que se acabó el tiempo de las palabras fuera de los estrados judiciales. “Habiendo vencido el plazo otorgado en la carta anterior” y “no habiendo cesado su conducta”, pese a que “lamenta” la situación que lo involucra como jefe de uno de los poderes del Estado enfrentado con una legisladora oficialista, le iniciará “acción de responsabilidad civil por daños”.

El presidente de la Corte insiste en que Carrió cometió delitos que van más allá de la disputa personal. “Usted ha intentado modificar el sentido de sentencias del tribunal cuando una de las partes es persona de su amistad”, le marcó sin medias tintas. Pero además, le adjudicó una supuesta voluntad de entorpecer una investigación que la tiene a ella como eje central. Se trata de la causa iniciada por un denunciante desconocido en tribunales, quien le cuestionó nada menos que su situación patrimonial.

Carrió “pretende que los jueces no investiguen su patrimonio, ya que es evidente que su último ataque pretende que yo incida sobre la decisión de jueces de grado, lo que me está prohibido… no tengo ninguna relación con la denuncia penal que ha mencionado, ni conozco los hechos, ni pongo en duda su honradez ni su honor”, expresó el presidente de la Corte.

Desplazada al plano personal, la disputa no insinúa un final cercano en el horizonte. Hay, según Lorenzetti, “una guerra política”. Y, en la carta documento, aseguró: “no participaré”.

Error: ya está participando.