“A ver si se dejan de romper las pelotas, che. Cada uno tiene su posición y hay que respetarlo”, bramó una treintañera desde un asiento de la línea D del subte un instante después de abandonar la pantalla de su celular. A su alrededor había una marea verde. Un grupo de mujeres que se manifestaban –y difundían- el apoyo al aborto seguro, legal y gratuito. A un costado del asiento estaba Miss Bolivia con los últimos arreglos técnicos para cantar unos temas arriba del vagón. No pudo llegar a tiempo. El recital, entonces, se trasladó al andén de Catedral. La treintañera también se había bajado después de un intenso debate desde Santa Fe hasta la última estación. Había escuchado otros argumentos, razones diferentes a las suyas. Tal vez la operación araña, el nombre de la movida artística organizada junto a las metrodelegadas, cambió su visión, modificó su voto.  “El patriarcado se va a caer”, escuchó antes de salir a la superficie.Junto a cientos de mujeres con algún símbolo verde, Miss  Bolivia se quedó bajo tierra, ubicó un enchufe para conectar el parlante y cantó dos temas.

La misma imagen se repitió con otras artistas, como Mimí Maura, en las demás líneas del subte de la Ciudad de Buenos Aires en lo que se denominó la Operación Araña, impulsado por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo Ni Una Menos y las metrodelegadas para “hacer temblar la tierra desde abajo” el día previo a que el Senado discuta el dictamen para que se trate en el recinto la interrupción voluntaria del embarazo.