Tal como pasó hace poco más de un mes en Chacarita, el Gobierno de la Ciudad amenazó con desalojar una huerta vecinal en el barrio Santa Rita. La movilización frenó el intento anterior. Una vez más, vecinos y vecinas se organizaron para defender el espacio de cultivo de alimento soberano que se instaló durante la pandemia en César Díaz al 3400, en la Comuna 11. Por ahora, la lucha vecinal volvió a poner un freno.

“Pasó una funcionaria del Ministerio de Espacio Público y dejó cartas de intimación a vecinos y vecinas que tienen cubiertas en sus frentes”, contó a Tiempo Matías Lockhart, miembro del colectivo El Reciclador y uno de los impulsores de la huerta de César Díaz. Las actas de intimación eran de la Dirección de Fiscalización Urbana de la Subsecretaría de Mantenimiento Urbano. Daban un plazo de 48 horas –que se cumplió este lunes- para sacar la huerta “bajo apercibimiento de multa y/o retiro”.

Al filo de ese plazo, otro vecino logró comunicarse con un asesor de Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana, y por el momento el desalojo parece estar frenado. Aunque no hay firma que lo garantice. “Todavía no tenemos la certeza que en algún momento sí tuvimos en Chacarita. Confío que va a ser una victoria pero todavía no lo puedo asegurar”, advirtió Lockhart.

La huerta vecinal de Santa Rita es “es una de las huertas de acción huerta urbana, una de las 18 nacidas en pandemia”, contó Carlos Briganti, referente del colectivo Reciclador Urbano. Matías Lockhart milita en ese espacio desde hace tres años. Hace uno comenzó a instalar sus primeras plantas en neumáticos frente a su casa en la calle César Díaz. El dueño de una casa vecina –que alquila el inmueble y no reside allí- le envió una carta documento y debió retirarlas. El conflicto terminó dándole visibilidad a la iniciativa, que creció a partir de entonces.

“Muchos se enteraron y me pidieron poner cubiertas y la huerta se multiplicó. Ahora hay cuatro o cinco sectores en esta cuadra. Vecinos y vecinas se van encargando de regar, cuidar la huerta”, contó Lockhart. El sábado, tras haber recibido las actas de intimación, hicieron una jornada de acondicionamiento de la huerta, en dos turnos: mejoramiento del sustrato y cambio de plantines por la mañana, intervención artística de cubiertas y colocación de carteles por la tarde.

“Al igual que en la huerta de Roseti al 1000, nos juntamos vecinos y vecinas a estar de vigilia, atentos. No entendemos por qué la saña con estos emprendimientos, con estas lindas huertas que empezaron en la pandemia y se siguen viralizando”, dijo Briganti a este diario. “Parece que las autoridades no entienden que esto vino para quedarse, que la gente está reclamando espacios verdes. Santa Rita es muy particular porque no cuenta con espacios verdes y encima se dan el lujo de que el poco que se genera con estas acciones lo quieren levantar”, cuestionó.

Y remarcó: “Entendemos que tenemos derecho los frentistas a ocupar estos espacios haciendo huertas. Buena falta nos hace en esta pandemia tener alimento fresco en la puerta de casa. Ya son como 24 emprendimientos dando vueltas por la CABA y vamos a seguir porque es un reclamo genuino de los vecinos, lo instalan ellos, con consenso, sin molestar a nadie. Esperemos que las autoridades revean una vez más este comportamiento de querer retirar algo tan lindo”.