Los argumentos en contra del derecho de las mujeres a interrumpir el embarazo que se expusieron hoy en Diputados fueron desde comparar el aborto con la “desaparición forzada de personas”, la certeza de que atenta contra la “seguridad demográfica” por ser un “país despoblado”, hasta asegurar que la educación sexual aumenta el embarazo adolescente y las enfermedades sexuales. Los expositores que desfilaron en el segundo bloque del plenario de comisiones, luego de que lo hicieran durante la mañana de los expositores a favor del derecho al aborto legal. Médicos, un ex ministro menemista, religiosos y juristas se sucedieron uno tras otro mientras afuera del anexo del Congreso se sucedían las actividades a favor del proyecto que legaliza el aborto. 

Úrsula Basset, doctora en Ciencias Jurídicas de la UCA, quien lamentó: “Pobres mujeres cuyo embarazo angustioso y doloroso se usa de bandera pero no se las acompaña”. “¿El aborto será libre si la mujer no sabe lo que está consintiendo? ¿Se le dirá que la vida que alberga es la de su propio hijo, de su propia sangre, cuyo corazón ya late? Porque si no se le dice todo eso, yo me pregunto si ese consentimiento realmente es pleno, informado y libre”, sugirió Basset.

Por su parte, Oscar Botta, director ejecutivo de Profamilia, eligió argumentar en función de la “importancia geopolítica”. “El crimen del aborto aumenta la violencia familiar”, sostuvo. “En un país despoblado como el nuestro con la tasa de natalidad decreciente, no hay política de población”, argumentó en favor de la continuidad de embarazos no deseados. “Hay tantos nacimientos en la India como en toda Europa”, sostuvo y concluyó que el derecho al aborto “atenta contra seguridad demográfica” y consiste en “una desaparición forzada de personas”. 

El titular de Profamilia además sostuvo: “Tenemos la falsa educación sexual en los colegios. La educación sexual aumenta la tasa de embarazo adolescente y enfermedades de transmisión sexual. Cuando se reduce la educación sexual baja la tasa de embarazo. Los violadores, los narcos y los grandes estafadores siguen libres. A los únicos que se les va a aplicar la pena de muerte es a los niños y niñas”, advirtió el especialista, y se preguntó: «¿Saben los legisladores que el crimen del aborto aumenta la tasa de violencia familiar y abuso infantil? ¿Qué somos uno de los países más despoblados de América Latina?”. Con ese argumento, sostuvo que “aparece en debate la promoción del crimen del aborto disfrazado de interrupción voluntaria del embarazo, que funcionará como otro sistema de control demográfico en un país sub-poblado”.

Rodolfo Barra, ex juez de la Corte Suprema y ex ministro de Memem, se centró en argumentos de tinte constitucionalistas y recordó la reforma de la Carta Magna del 94 al sostener que “de acuerdo a nuestra Constitución, todo ser humano es persona, y la vida humana comienza desde la concepción”, porque “así lo afirma la Convención de Derechos del Niño, con jerarquía constitucional. Los derechos no son para ser proclamados, sino para ser respetados. Si me matan no me pueden indemnizar, primero tiene que haber una protección penal”, sostuvo.

El argumento médico en contra del derecho de las mujeres lo sostuvo el jefe de Obstetricia del Hospital Austral, Ernesto Beruti, precisó que según el Ministerio de Salud, en 2009 hubo 87 muertes maternas por aborto, cifra que bajó a 55 en 2015 y a 43 en 2016. “Obviamente no debería morir ninguna madre. Pero la mortalidad materna por aborto está bajando y el aborto no está legalizado en Argentina aún”, dijo. Y concluyó que “no es necesario el aborto para disminuir la mortalidad materna”.

Beruti recurrió a la foto de un embrión de dos meses, que exhibió en la pantalla, y se dirigió a los legisladores: “Díganme, si esto no es un ser humano, ¿qué es? Fíjense los rasgos, se les pueden contar los dedos de las manos, de los pies, se le ve la cabeza, el tronco… este es un ser humano que comenzó el día cero, desde el momento que es célula cigoto”.

Otro de los expositores fue el pediatra mediático Diego Montes de Oca, que cuestionó algunos puntos del proyecto al sostener que “un médico jamás puede ser obligado a realizar una práctica que va en contra de lo que considera vida”, y que además “no se puede interrumpir un embarazo ante una malformación fetal grave”.

Montes de Oca mostró fotos personales en distintas etapas de su vida, para enumerar “todo lo que pudo hacer” por haber nacido. “Doy charlas en todo el país para embarazadas y me gusta ponerme del lado de ese bebé que está en la panza, que es mucho más inteligente de lo que nosotros pensamos”, acotó.

También expuso Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y referente de la Pastoral de Villas de Emergencia, y aseguró que “cuando se niega el derecho más elemental, el derecho a vivir, todos los derechos humanos quedan colgados de un hilo. Cualquier opción por la vida, necesita fundamentos que no queden objetados por cualquier circunstancia”.

Carrara subrayó que “si pretendemos valorar a la persona humana por el desarrollo que tiene, entramos en la lógica de que hay seres humanos de primera o de segunda”. “La lógica de los poderosos, que deciden sobre los que menos tienen, es definir sobre aquel que está por debajo, y eso también se traslada al niño o niña por nacer”, amplió.

Además, el obispo señaló que “hoy se desconoce la cultura de las mujeres pobres: se desconoce que para ellas un hijo es el mayor tesoro”.

Raquel Bolton médica experta en bioética se pronunció “a favor de la vida del no nacido” y sostuvo que la madre que aborta se pasa la vida preguntándose “cuántos añosestaría cumpliendo el hijo”. Además sostuvo que entre una mujer y el embrión hay “una relación molecular porque los antígenos que interactúan con las trompas intrauterina”. “Es una presencia que no tiene figura humana pero dice estoy aquí”, sostuvo. Y continuó, para sumar voluntades legislativas: “Es difícil hablar cuando te violan a una hija de doce años pero soy médica y defiendo las dos vidas”.