La relación de la administración Cambiemos con el gobierno británico se transformó en un tema que genera preocupaciones dentro de la Casa Rosada y duras acusaciones al interior de la Cancillería, que giran en torno al vicecanciller Carlos Foradori, el mismo que deberá presentarse ante la Comisión de Relaciones Exteriores el próximo miércoles. En menos de dos semanas, la cuestión Malvinas pasó de protagonizar una declaración conjunta entre ambos países, firmada en Buenos Aires por la canciller Susana Malcorra y el vicecanciller inglés Alan Duncan, a una inesperada desmentida desde Londres para corregir al presidente, Mauricio Macri, luego de su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU.

«Hay un clima apesadumbrado por lo que sucedió en Nueva York. El traspié del presidente empañó un giro importante, pero mal hecho», confiesa en tono autocrítico un embajador de carrera a Tiempo Argentino, para retratar el clima que se respira en el Palacio San Martín. «Ahora se la dejaron servida a Cristina. Macri estaba en el área chica para anotarse un tanto y, al final, metió un gol en contra», lamentó el funcionario diplomático en referencia a las consecuencias públicas del diálogo informal que tuvo el presidente con la primer ministro británica Theresa May. El mandatario dijo que acordaron «conversar sobre todos los temas, incluida la soberanía» de las islas y una hora después la canciller Malcorra tuvo que salir a relativizar el entusiasmo presidencial, especialmente para evitar lo que finalmente sucedió: una veloz desmentida desde el gobierno británico para remarcar que los dos mandatarios jamás hablaron de soberanía, tema que la corona británica se niega a mencionar hace tres décadas.

La desmentida contra Macri afectó tanto a Malcorra como a Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos de la presidencia. Ambos estaban junto al mandatario cuando ocurrió el traspié. Son dos protagonistas de una dura interna dentro de la Cancillería. Las grietas volvieron a recrudecer desde que la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, presidida por la diputada Elisa Carrió, citó al vicecanciller Carlos Foradori para que dé explicaciones el miércoles próximo.

Antes de la desmentida, Carrió ya había hecho tronar su malestar por la «declaración conjunta» firmada por Malcorra y Duncan dentro del Foro de Inversiones que el gobierno decidió llamar Mini Davos. Esta semana Carrió reunió a la comisión para cuestionar el texto que avanza en temas de explotación hidrocarburífera y para reafirmar el rol del Congreso en cualquier negociación con el Reino Unido. «Esto es para traer a los funcionarios a que den explicaciones. El que sabe leer entiende que por esta presidencia esos acuerdos no pasan», bramó la mujer en el recinto, donde también impulsa una nueva declaración para reafirmar la soberanía argentina sobre Malvinas.

Dentro de la Cancillería interpretan que la ofensiva de Lilita apunta contra Foradori, que ya tiene dos declaraciones en su bolsillo con Londres. La primera lleva su firma y, la segunda, ocurrió en el CCK, durante la visita de Duncan a Buenos Aires. «Foradori representa a parte de los embajadores de carrera, pero es quien le ofrece al gobierno este festival de la alegría sobre Malvinas, donde no existe ninguna mención al tema de soberanía y en un contexto donde distintas áreas del gobierno están transformando a la al Ministerio de Relaciones Exteriores en una secretaría», se quejó un diplomático que sigue de cerca el tema Malvinas y que considera la citación a Foradori como una forma de Carrió de proteger a Malcorra, cargándole todos los costos políticos a su segundo, que no oculta sus deseos de suceder a la ministra, si la funcionaria resulta electa como secretaria general de la ONU.

«Estamos proponiendo cambiar las restricciones legales que impulsó el kirchnerismo a cambio de nada, en un momento propicio para retomar al intercambio, especialmente porque Inglaterra ya no forma parte de la Unión Europea. Malvinas ya no forma parte de la UE, los kelpers ni siquiera votaron el Brexit y nosotros quedamos desgastados por una desmentida innecesaria», se lamentó otro funcionario del Palacio San Martín. «

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