La supuesta maniobra de «forum shopping», el mecanismo irregular para adjudicarse una investigación eludiendo el sorteo y alterando la garantía del juez natural en la causa de las fotocopias de los cuadernos, está documentada. En el propio expediente.

Tiempo accedió a los papeles que originaron la investigación y a los documentos firmados por el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio que inicialmente vincularon la denuncia de Hilda Horovitz, la exmujer del chofer Oscar Centeno, con un expediente abierto en 2014 por, entre otros, la hoy titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso y el senador Federico Pinedo. Los papeles muestran cómo, so pretexto de una causa, se abrió otra diferente y se eludió la designación de un juez y un fiscal por sorteo.

En abril pasado, el periodista Diego Cabot declaró ante el fiscal Stornelli sobre la existencia de esos escritos. Pero para entonces ambos sabían sobre los cuadernos y habían mandado la causa a otro tribunal.

El 10 de abril Stornelli firmó un proveído mediante el cual mandó «la totalidad de lo actuado con motivo de la comparecencia del nombrado (Cabot, quien había pedido que su nombre permaneciera en secreto), junto con toda la documentación y el pendrive que fuera aportado (con el escaneo de los cuadernos, NDR), ello para su consideración en el marco de la causa 10.456/14».

¿De qué se trata ese expediente? Es la primera causa por la que Bonadio ordenó la detención del exministro de Planificación Federal Julio De Vido por supuestas irregularidades en la importación de gas licuado. En la declaración de Cabot sólo hay una alusión marginal al gas: «Pude establecer que en esos domicilios hay al menos alguna empresa que se dedica a la construcción, a la obra pública en energía o gas y que tuvieron algún tipo de relación con lo que fue el Ministerio de Planificación».

Sin embargo Stornelli entendió que ese testimonio aportaba elementos de prueba para la causa por la importación de gas, y el 10 de mayo Bonadio lo avaló: «Atento el contenido de la declaración que antecede y la documentación acompañada por el Sr. fiscal y valorando los hechos que surgen de la misma, devuélvanse las presentes a la fiscalía federal número 4».

Un día más tarde, el 11 de mayo, Stornelli resolvió formar «actuaciones complementarias a la causa 10.456/14» (la del gas) y dispuso «diligencias tendientes a corroborar los extremos mínimos que permitan analizar la verosimilitud de la documentación reservada en secretaría para luego, con sus resultados, devolver las actuaciones a consideración del magistrado».

Más aun: «Advirtiendo que en las copias de los que serían los cuadernos de anotaciones de Oscar Bernardo Centeno se hace alusión a la ocurrencia de distintos actos de gobierno y/o viajes oficiales de distintos funcionarios en fechas que allí se consignan, procédase a recabar información sobre tales supuestos eventos vía Internet y a través de sitios de acceso público». El 16 de mayo, Stornelli le notificó la novedad al fiscal de Cámara, Germán Moldes, «en virtud de lo expresamente ordenado» por Bonadio. «Se han formado actuaciones complementarias en el marco de la causa 10.456/14. El 30 de mayo, Bonadio firmó un largo escrito en cuyo encabezado dispuso «fórmese legajo de investigación en el marco de la causa 10456/14». ¿Qué significa eso? Una suerte de investigación dentro de la investigación. Por una conducta similar, el juez de instrucción Manuel De Campos fue cuestionado en su actuación en la causa en la que investigaba a los barrabravas y dirigentes de Boca Juniors. Finalmente, por una decisión con impronta política –además de judicial– el juez fue apartado del expediente. Y hoy afronta un pedido de juicio político ante el Consejo de la Magistratura.

Terminaba mayo; del análisis de las fotocopias de los cuadernos no surgía la vinculación con la importación de gas y la causa en la que comenzaba a arder la información nueva aún conservaba el mismo número.

Como si se tratara de un flashback, la película retrocede hasta el 1 de noviembre de 2017. Después de una declaración de Hilda Horovitz en el marco de un incidente de embargo sobre los bienes del exfuncionario Roberto Baratta, en la que por primera vez habló de los cuadernos de su marido Centeno, el juez Bonadio entendió que ante esa novedad debía «extraer testimonios» por la posible comisión de un delito de acción pública y mandó la causa a sorteo. Recayó en el juzgado federal número 12, a cargo de Sergio Torres, y quedó caratulada como «enriquecimiento ilícito» con Baratta como principal imputado.

Cabot en abril ratificó que los cuadernos existían. Pero Stornelli y Bonadio no mandaron esa declaración a Torres sino que la enmarcaron en una causa vieja. El 12 de junio de 2018, esa causa vieja se transformó en una nueva, con un nuevo número, 9608/2018, y otros imputados, entre ellos la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

«Desprendiéndose de las presentes actuaciones la presunta comisión de diferentes ilícitos que excederían el marco de lo investigado en la causa nº 10456/2014 (la del gas, NdR), aunque participarían de los mismos por lo menos tres de las personas imputadas en dicha causa por lo que guardaría algunos puntos de conexión, es que corresponde ordenar la formación de una nueva causa …  registrándose en el sistema informático de la Corte Suprema, ello con la finalidad de brindarle autonomía a esta nueva investigación».

Si se trata de «diferentes ilícitos» y una «nueva causa» con «autonomía» en la investigación, lo lógico hubiera sido enviar todo a sorteo, como ocurrió ante la primera noticia sobre los cuadernos por parte de Horovitz.

Si De Vido hubiera asesinado a una persona no lo estaría investigando Bonadio sino otro juez, por más que el exministro ya estuviera investigado desde antes en otro expediente.

¿Qué pasó con Horovitz? Volvió a declarar, convocada por Bonadio, casi dos meses después, el 31 de julio. Al día siguiente detuvieron a Baratta y al resto de los primeros acusados en el expediente.

La causa nunca fue a sorteo. «