Marcos Peña, que hizo de la soberbia, las chicanas y las falacias su marca registrada, termina su mandato sin presentarse ante los legisladores nacionales para rendir cuentas sobre la gestión nacional que concluirá el próximo 10 de diciembre.

El jefe de Gabinete prefirió, como casi todo el año y como en cada momento de crisis, evitar la confrontación con la oposición y decidió que se último informe sea por escrito.

A lo largo de la gestión macrista Peña manejó los tiempos políticos y evitó presentarse en el Congreso en los peores momentos de las diversas crisis que sufrió la Argentina durante los últimos cuatro años. Si bien es cierto que Peña cumplió con el envío del informe escrito mes a mes de forma alternativa entre las cámaras, su nivel de asistencia al Congreso fue variando.

Durante el primer año de la gestión asistió cuatro veces, dos a cada Cámara. En tanto, en 2017, el mejor del periodo, el Jefe de Gabinete duplicó sus presentaciones y concluyó ese año con ocho informes presenciales.

En 2018, ya con la crisis final del macrismo desatada asistió seis veces, cuatro al Senado y dos a Diputados. Pero este año, el peor en términos económicos para la gestión Macri y de un calendario electoral inagotable, Peña vistió el Palacio legislativo en dos oportunidades.

Si bien no irá al Congreso, aprovechó sus últimos días en la Casa Rosada para visitar la Antártida y encabezar el acto por los 50 años de la creación de la Base Marambio, junto al  secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y los ministros de Defensa, Oscar Aguad, y de Transporte, Guillermo Dietrich.