En los pasillos de la Cámara Baja comienza a tomar fuerza una idea que el titular del Partido Justicialista y senador nacional por San Juan, José Luís Gioja, había aportado hace ya más de un año: dividir al peronismo en tres bloques, para que puedan tener libertad para negociar, pero articular como interbloque para dar la discusión política dentro del recinto.

El final de una semana agitada en el Parlamento sirve para ver los andariveles que puede recorrer el difícil camino de la unidad. El Peronismo unido votó en el Senado y rechazó un DNU mientras en Diputados la decisión de no bajar al recinto por parte del FpV aflojó tensiones.


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El Peronismo está en plena ebullición. La unidad es objetivo anhelado de cara al próximo proceso electoral. El camino es sinuoso y resbaladizo. El Justicialismo, después de la derrota en las elecciones legislativas de una semana atrás, parece finalmente haber metabolizado lo sucedido 2015.


En el Senado, el Peronismo dio muestras de que aún le puede complicar la vida parlamentaria al oficialismo. Tan sólo 48 horas habían pasado del triunfo electoral de Cambiemos cuando mostró sus dientes en el Senado y rechazó en la Comisión de Trámite Legislativo el Decreto de Necesidad y Urgencia que creó, bajo la órbita de la vicepresidenta Gabriela Michetti, la Agencia Nacional de Discapacidad.

El dictamen fue firmado por representantes del massismo, el kirchnerismo y por miembros del bloque del PJ que conduce Miguel Pichetto. El gesto no es menor, si se tiene en cuenta la decisión política tomada solo con el fin de romper la paridad de fuerzas que mantenía empantanada la comisión.

Con el mismo ahínco que los senadores rubricaron el rechazo al DNU, también le reclamaron al Poder Ejecutivo que gire, para su tratamiento en la comisión, el decreto 794/17, que creó la empresa Corredores Viales SA.

El gesto, sin llegar a ser una demostración clara de fuerza, tendría que ser una luz de alerta para el oficialismo en la Cámara Alta y un faro para el resto de la oposición.

En tanto, en Diputados, la sesión que tuvo como eje central también dejó expuesta la realidad del peronismo en ese Cámara. El Frente para la Victoria logró evitar la fractura al adoptar la decisión de no bajar al recinto. El Movimiento Evita tampoco fue de la partida, y el gesto fue rápidamente leído de cara a futuro. El resto del Peronismo decidió acompañar el impulso oficialista pero dejó en claro sus matices.


En los pasillos de la Cámara Baja comienza a tomar fuerza una idea que el titular del Partido Justicialista y senador nacional por San Juan, José Luís Gioja, había aportado hace ya más de un año: dividir al peronismo en tres bloques, para que puedan tener libertad para negociar, pero articular como interbloque para dar la discusión política dentro del recinto.

El camino es largo y el recambio legislativo aun queda lejos. Sin embargo, en el Senado parecen haber encontrado el equilibrio.