El centro cultural El Mordisquito fue agredido cuatro veces en una semana. Primero pintaron las paredes. “Viva Videla. Muerte a los zurdos”, escribieron en una pared. En la madrugada del lunes, prendieron fuego el interior. Los hechos fueron denunciados en la policía y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) brindó su apoyo y acompañamiento. “No nos atacaron a nosotros si no al espacio y a lo que significa, que es que la gente se organice en su barrio”, explicó Ignacio Fernández Camillo, integrante del espacio.

El incendio comenzó alrededor de las 4 de la mañana de este lunes en el garaje del centro cultural inspirado en Enrique Santos Discépolo, ubicado en 18 y 57 del barrio plaza Islas Malvinas de La Plata. Las llamas comenzaron en una pila de maderas que los miembros del espacio habían comprado para construir huertas en la terraza. Afectó bolsas de cal y cemento y la cañería de agua y luz. Fue rápidamente sofocado por policías de la Comisaría 5°, con el apoyo de los vecinos, y los bomberos. Y en esa seccional investigan el hecho.

El fuego fue el corolario de una serie de agresiones que comenzaron hace un año con la inauguración del centro y que se intensificó la semana pasada, cuando el centro abrió una “Biblioteca Popular Feminista”, la primera de la región que concentra unos doscientos títulos.

“El viernes 13 inauguramos la biblioteca feminista y el miércoles 18 pintaron con aerosol la cara de Micaela García que estaba pintada en la puerta del garaje, y escribieron abajo ‘puta’. El jueves, pintaron ‘Viva Videla. Muerte a los zurdos’”, contó Fernández Camillo.

El domingo anterior, cuando los integrantes del Centro cultural estaban en un encuentro de OLEADA, una confluencia de organizaciones del Movimiento Evita y Seamos Libres, sobre el mural que cubre la fachada escribieron en aerosol: “Rajen zurdos. Viva mi general”, junto a un garabateado emoji de militar.

La fachada de la casa está ilustrada con mural –resalta en un lado una gran imagen de Discépolo- realizado por el artista plástico Pablo Revollo. Hace un año estuvo tres meses pintándolo y apenas terminó, con aerosol azul, pintaron “rasta puto” (en alusión a los dreadlocks del artista), y tacharon todo el mural, incluida la mirada de dos niños dibujados en la ochava.

“Es la misma persona. Las profesoras de plástica me decían que por el trazo y por la reiteración de borrar la identidad de las imágenes, tiene que ser el mismo”, explicó el referente del espacio. Además creen que es alguien que conoce los movimientos del espacio, porque el incendio se produjo luego de que pasaran la tarde del domingo descargando maderas y bolsas de cemento.

En el centro cultural funcionan todos los días realizan talleres de teatro, ajedrez y tango, entre otras actividades sociales u culturales. También sirve como punto de encuentro entre productores frutihortícolas y consumidores, ya que se comercializan productos frescos y de estación a menor costo que en verdulerías e hipermercados. Tienen, además, cerca de dos mil libros en salas de lectura que utilizan para realizar talleres en merenderos y copas de leche en la ciudad. La rápida reacción de los vecinos logró que las llamas no alcancen esos materiales ni se extienda por la casa.