El peronismo cordobés tendrá su cumbre este jueves y definirá, según adelantaron fuentes partidarias a Tiempo, ir con boleta corta en las elecciones de octubre. Por esto es que dará libertad de acción a la hora de militar y votar una fórmula presidencial, cada intendente jugará a su manera.

Es que luego de la reelección de Juan Schiaretti al frente de la provincia estalló la interna. “El Gringo” intentó contener a los dirigentes de la fenecida Alternativa Federal hasta que vio que los caminos llegaban a su fin. Sergio Massa acordó con la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, Juan Manuel Urtubey selló una alianza con Roberto Lavagna y Miguel Pichetto ganó el concurso de garrocha al volverse el segundo de Mauricio Macri en la boleta del oficialismo nacional.

El senador Carlos Caserio y la flamante legisladora Natalia de la Sota nunca vieron con buenos ojos el acercamiento de Schiaretti a Macri. El presidente le había ofrecido al gobernador que lo acompañara en la fórmula en octubre, pero el cordobés no quiso y se fue diez días de vacaciones en medio del cierre de frentes electorales, frustrado por la inviabilidad de Alternativa Federal. Luego Macri le ofreció el puesto a Urtubey, que también declinó la invitación, y terminó con Pichetto.

El peronismo cordobés quedó huérfano de referencia nacional. Pero la relación entre Caserio y Alberto Fernández nunca se cortó. Y ahora que el bloque del PJ en el Senado quedó acéfalo hasta próximo aviso, Caserio volvió a ser un interlocutor válido entre el peronismo mediterráneo, profundamente anticristinista, y el nacional.

Si el jueves se acuerda esta iniciativa de ir con boleta corta de diputados nacionales, sin adherir a ninguna fórmula presidencial, el PJ cordobés confirmará la libertad de acción para que sus partidarios y militantes, y en especial los intendentes, acompañen a quien deseen y no al candidato elegido por la dirigencia local.