Este domingo se definirá quiénes ocuparán una banca en el Congreso de la Nación. La Cámara de Diputados renovará 127 escaños –que tendrán mandato de cuatro años– y el Senado 24, es decir, un tercio. El mandato, en este caso, tiene una duración de seis años y las provincias que eligen senadores son Chubut, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Tucumán, La Pampa y Catamarca.

Tras la experiencia de las PASO de septiembre – atravesadas por el contexto de cuidado de pandemia- donde hubo una participación del 67%, desde la Cámara Nacional Electoral se espera que el número de votantes crezca un 10 puntos porcentuales. Y es que las expectativas están vinculadas a la flexibilización de las medidas sanitarias que tomó el gobierno debido a la baja de casos de Covid 19, así como también a un gran porcentaje de la población que cuenta con el esquema completo de vacunas. 

La derrota del Frente de Todos en las elecciones primarias empujó al gobierno a una batería de distintas medidas económicas apuntando a los sectores más afectados por la pandemia. El oficialismo buscará en Diputados retener la primera minoría frente a la amenaza de que Juntos por el Cambio sume representantes que dejen al espacio opositor a la par o incluso con algún número mayor.

Es que en Juntos, luego del triunfo en las Paso, apuntaron para noviembre trabajar en sumar más votos para llegar al objetivo de 120 diputados. Es decir, lograr tres más que la proyección de septiembre, que era de 117. Los cambiemitas apuestan todo a impedir que el oficialismo logre mayoría en las dos Cámaras del Congreso.

Para lograr el quórum en la Cámara que lidera Sergio Massa, se necesitan 129 legisladores, y ambos espacios estarían lejos de alcanzar esa mayoría propia.

La oposición arriesgará más bancas. De las 127 que se renuevan, 60 escaños pertenecen a Juntos por el Cambio. El Frente de Todos pone en juego 51 lugares. El bloque que preside Máximo Kirchner tiene en la actualidad 120 representantes, mientras que el interbloque que lidera Mario Negri (PRO-UCR-Coalición Cívica) tiene una totalidad de 115. 

En el Senado, el bloque oficialista, que lidera José Mayans, corre el riesgo de dejar de tener la mayoría propia, ya que podría achicarse de 41 a 35 integrantes, perdiendo el quórum que es 37. De todas maneras, el oficialismo cuenta con dos aliados: Alberto Weretilceck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Misiones).

Por esta razón, tras los resultados de las PASO, el Gobierno apostó toda la campaña a revertir las derrotas en La Pampa y Chubut. Mientras que el espacio que preside Luis Naidenoff pasaría de 25 a 31 representantes, además de los aliados –actuales- del interbloque Parlamentario Federal, conformado por el salteño Juan Carlos Romero, la neuquina Lucila Crexell y la riojana Clara Vega.

Hasta el 10 de diciembre, dos interbloques políticos que brindaron equilibrio a las posturas del oficialismo y JXC fueron el Federal y Unidad para el Desarrollo.

Con los resultados del domingo, estas “terceras vías” pueden llegar a unificarse y conformar un espacio más grande, con peso propio alejado de la grieta y el centralismo porteño. Por el momento podrían ser unos 15 diputados, provenientes de los oficialismos provinciales de Córdoba, Río Negro, Misiones y Neuquén, a los que se le sumarían legisladores no kirchneristas.

Por otro lado, dos espacios políticos cobran peso en el Congreso que se viene. De repetirse los resultados de las PASO, tanto el Frente de Izquierda como los libertarios  sumarían cuatro diputados en cada bloque.

Lo que está en juego en lo que resta del año es si Argentina puede consolidar los números de la crisis económica que dejó la pandemia y el refinanciamiento de la deuda que tomó el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional.

Para esto, Massa anticipó una convocatoria de diálogo con todos los sectores para el día después de las elecciones.

Habrá que debatir el Presupuesto 2022, además de tres proyectos que buscan darle fuerza a la economía: ley de hidrocarburos, de agroindustria y de industria automotriz. En el Senado, el gobierno tiene pendiente la designación de Daniel Rafecas como Procurador General de la Nación y el reemplazo de la recientemente renunciada ministra de la Corte Suprema de Justicia Elena Highton de Nolasco.

Para ambas decisiones, el Ejecutivo necesita el voto de dos tercios de los senadores presentes, por lo tanto, precisa algún tipo de acuerdo con la oposición