El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz abogó este miércoles por una suspensión del servicio de la deuda más amplia de la que ha beneficiado a los países pobres por la pandemia de coronavirus, y advirtió que será necesaria una gran «reestructuración» de deuda que alcance a muchas naciones.

Stiglitz – que prestó un contundente apoyo simbólico a Argentina en la negociación para reestructurar su deuda con acreedores privados – habló en un coloquio virtual organizado en el marco de la 24ª conferencia anual del banco de desarrollo de América Latina CAF. 

El economista, que es uno de los teóricos de la desigualdad, advirtió que «muchos países no van a ser capaces de pagar sus deudas». Por eso «necesitamos no solamente una suspensión temporal de la deuda más amplia: va a ser necesaria una gran reestructuración» que abarcará a muchos Estados. 

El acuerdo de suspensión temporal del servicio de la deuda incluye mayoritariamente a países africanos pero también a Honduras, Haití y Nicaragua. El mecanismo fue forjado en abril a instancias del Banco Mundial y el G20, cuando recién se vislumbraba el impacto de la pandemia en la economía global.  

«Esta suspensión fue sólo para los países menos desarrollados», indicó Stiglitz. «Desafortunadamente, en los últimos años, ha habido mucho endeudamiento (con el sector de prestamistas) privado y los acreedores privados no han sido muy cooperadores». 

Stiglitz, del cual es discípulo el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, defendió a Buenos Aires en la dura pulseada con los bonistas y dijo que algunos acreedores «no tienen vergüenza» y quieren cobrar de una forma que «no es sostenible». 

El economista habló en un panel moderado por Luis Felipe López-Calva, director regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, que señaló que al igual que la pandemia afecta más a las personas con enfermedades «preexistentes», la crisis por la Covid-19 también golpea con más intensidad a países donde hay factores agravantes. 

«En nuestra región, es la baja productividad, los altos niveles de desigualdad, los altos niveles de exclusión y la baja confianza en los gobiernos» que contextualizan el impacto, afirmó López-Calva.