Una semana después del informe de Tiempo que reveló las complicaciones judiciales del jefe de la Policía de la Ciudad, Jose Pedro Potocar, en una vieja causa por una red de corrupción, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, decidió anoche suspender al uniformado en forma provisoria. Horas antes de que Potocar regresara al país desde Nueva York, el alcalde porteño decidió evitar que el escándalo crezca ante la posibilidad de que el jefe policial sea detenido. La decisión adoptada a través del decreto 139/17 apunta a «preservar el principio de inocencia hasta tanto se resuelva su situación procesal» en la causa que investiga una trama de coimas en las comisarias de los barrios de Nuñez y Saavedra.

Según fuentes del gobierno porteño consultadas por este diario, Potocar fue informado de su apartamiento por el ministro de Seguridad, Martín Ocampo, durante una reunión apenas aterrizó en Buenos Aires.Será reemplazado por el secretario de la cartera, Marcelo D´Alessandro, un hombre del Frente Renovador (FR) que ocupará el cargo en forma transitoria hasta tanto se defina la situación judicial de Potocar.

«Potocar fue suspendio y no pasado a disponibilidad porque rige el principio de inocencia. Potocar no está procesado. Sin embargo, en la misma causa judicial se encuentran involucrados otros miembros provenientes de la Policía Federal que hoy están bajo el mando de la jefatura, situación que podría dar lugar a eventuales conflictos de intereses o afectar el normal desarrollo de la causa», argumentó Ocampo en el comunicado oficial que anoche confirmó el desplazamiento.

Según el decreto que oficializó la medida, Potocar deberá «dedicar tiempo y energía al ejercicio de su derecho de defensa con el consiguiente perjuicio que esto puede acarrear a su crítica tarea».

El suspendido jefe de la Policía de la Ciudad estuvo afuera del país por casi dos semanas. Mientras en Buenos Aires arreciaban los procesamientos y avanzaban las investigaciones en torno a una supuesta “asociación ilícita” integrada por uniformados que le cobraban “protección” a comerciantes y “trapitos” en el barrio porteño de Núñez, Potocar estuvo en Nueva York por razones personales.

De todos modos, siguió muy de cerca la evolución de los acontecimientos en la Capital Federal, e incluso contactó con un estudio de abogados para que asuma una eventual defensa en la causa que llevan adelante el fiscal José María Campagnoli y el juez Ricardo Farías. El titular de la fiscalía de Núñez y Saavedra evalúa solicitar la indagatoria de Potocar e, incluso, fuentes judiciales deslizaron que también incluiría un pedido de detención. Los funcionarios policiales, a diferencia de los políticos, no están protegidos por fueros contra el arresto.

En la semana presentaron sendas apelaciones los defensores de los últimos dos procesados, la comisaria inspectora Susana Aveni y el subcomisario Marcelo Stefanetti, ambos integrantes de la Comisaria 35, detenidos, y sobre quienes además pesan embargos por 350 mil pesos. En esos procesamientos y en la prueba colectada en el expediente aparecen los elementos que complican al máximo jefe policial porteño. Stefanetti está procesado como “miembro” de la asociación ilícita; por encima de él aparece el titular de la seccional, el comisario Norberto Federico Villarreal, todavía prófugo de la Justicia. Un escalón más arriba está Aveni, a quien el juez consideró “organizadora”. La asociación ilícita es un delito que contempla penas agravadas para los organizadores, pero también para los “jefes”. El superior jerárquico de Aveni es Potocar.

La causa pasó a estudio de la Sala Séptima de la Cámara del Crimen, que deberá resolver en las próximas semanas las situaciones procesales de todos. Entretanto, la investigación sigue. Los investigadores subrayan la prolijidad de cada paso que da el juzgado. Y prevén que habrá movimientos la semana próxima. «