El peronismo bonaerense le suma suspenso al debate por el presupuesto y, a horas de la sesión en ambas cámaras de la Legislatura, aún no se sabe si la gobernadora María Eugenia Vidal logrará este miércoles que aprueben el endeudamiento y la ley impositiva para 2017. 

El martes fue día de reuniones frenéticas entre los intendentes, legisladores y referentes de los distintos sectores que componen el peronismo y de los dirigentes de Cambiemos. Hubo propuestas y contrapropuestas para intentar acordar los cambios al proyecto de presupuesto -que estarían cerrados- pero trabas y final abierto en la discusión política por el reparto de cargos. El debate seguirá este miércoles al mediodía en un hotel céntrico de la capital provincial.

El oficialismo busca sancionar los proyectos en las sesiones convocadas tanto en el Senado (a las 12) como en Diputados (a las 16). Será el segundo intento de Cambiemos; el primero fue el miércoles pasado sin éxito. Claro que para esto necesita de los votos de al menos un sector del peronismo: con los votos de sus aliados del Frente Renovador, el FAP y otros necesita de dos votos en el Senado y seis en Diputados para aprobar el endeudamiento, que requiere de dos tercios de los votos. 

El peronismo está encerrado en su propio laberinto. Las diferencias que atraviesan hoy a los dirigentes y legisladores del PJ, FpV, Movimiento Evita e intendentes de los grupos Esmeralda, Fénix y El Establo, entre otros, pasan por la postura frente a la vicepresidencia de Diputados, un cargo que Vidal ya acordó darle al Frente Renovador, aunque son más profundas y tienen como telón de fondo las elecciones legislativas de 2017. 

El pedido de la vicepresidencia con poder de firma -una estategia que puso en marcha el ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien busca liderar la unidad- divide las aguas hacia adentro y eso complica la posibilidad de mantener la unidad que vienen ensayando desde que la gobernadora envió ambos proyectos a la Legislatura. La de este miércoles no aparece como una votación más ya que mostrará si el PJ es capaz de tejer una estrategia común y contener a todos pese a las diferencias. 

En tren de acercar posiciones y cerrar un acuerdo, el oficialismo ofreció el martes la subprocuración bonaerense, aunque ese cargo está hoy ocupado, y la vocalía vacante en el Tribunal de Cuentas. Además, el espacio se llevaría la Defensoría del Pueblo que, desde un primer momento, Vidal le ofreció a los intendentes del Esmeralda. El candidato a ocupar ese cargo es el ex diputado Guido Lorenzino. 

Algunos intendentes que participaron ayer de las múltiples reuniones que se dieron en el Senado coincidieron en señalar que los pedidos que ellos habían cursado a Cambiemos estaban casi cerrados: la reedición de un fondo de ayuda por 8500 millones de pesos para las comunas en 2017 que no estaba en el proyecto original y la baja de la toma de deuda a cerca de 50 mil millones de los 60 mil originales. Lo que quedaba es la discusión más difícil: cómo bajar al recinto y votar manteniendo la unidad, pese a las diferencias que separan a los sectores más duros como La Cámpora y el grupo Fénix de los peronistas más dialoguistas. 

Mientras esperan la definición del peronismo, desde el Ejecutivo igual aseguran que el presupuesto se vota y que, si se rompe la unidad, cuentan de todos modos con el apoyo de los legisladores que responden al Movimiento Evita y del grupo Esmeralda. Si se da esta situación, los votos llegarían del Bloque Peronista en el Senado, que comanda el senador Patricio García, y de los bloques Peronismo para la Victoria-FpV, que tiene mayoría de legisladores del Evita, y del FpV-PJ -la mayoría enrolados con el grupo del intendente Martín Insaurralde- en el caso de Diputados.