En las primeras horas del sábado, volvió a encenderse la alerta en los penales bonaerenses. El primero fue en la cárcel de Florencio Varela en la que presos en la unidad penitenciaria 31 comenzaron con un motín en reclamo por el levantamiento de las visitas que estaban previstas para este sábado. A esa revuelta se le sumaron los internos de la unidad 42 y luego fueron adhiriéndose otros penales.

Desde la noche del viernes se extendía el rumor y los mensajes de que hoy sucederían las protestas.

Cerca del mediodía, los presos del penal 48 de San Martín también se amonitaron para exigir que vuelvan a las visitas familiares. “Con nuestra familia no se juega”, habían escrito horas antes en sus redes sociales. También allí pedían mejores condiciones de higiene, sobre todo. Ese conflicto durante la tarde era el que revestía mayor gravedad, dado que había tomado de rehenes a dos guardiacárceles, uno de los cuales había resultado bastante golpeado.


La cárcel de Melchor Romero fue otra de las que se levantó también en las primeras horas del sábado. De acuerdo a lo informado por el Servicio de Penitenciaría de Buenos Aires, tanto en Melchor Romero como en Florencio Varela, las manifestaciones las realizaron alrededor de cincuenta presos y fueron pacíficas.

En Campana, los presos subieron a los techos y desde ahí arrojaban objetivos contundentes a los policías.En todos los casos, la protesta principal tiene que ver con el regreso de las visitas familiares, pero a eso se suma el hacinamiento en el que viven y la falta de elementos para higiene.

Desde Campana, el columnista de Tribuna de Periodistas, Pablo Sebastián Giles registró situaciones delicadas en ese penal. «Están prendiendo fuego alrededor de control y los pibes están adentro y no pueden respirar», le contaron al periodista desde adentro del lugar en un audio. «Hay uno que lo tienen desnudo y arrodillado en el techo», dice otro audio. En las primeras horas de la tarde, no podían controlar la situación del penal. 

Para destrabar la protesta, estaba interviniendo la mesa de diálogo que se conformó desde el inicio del aislamiento preventivo y obligatorio. Según detallo un vocero del organismo provincial, a Télam,  “desde el Servicio Penitenciario bonaerense se evaluaba restablecer la presencialidad de las visitas a los penales” y ante esta posibilidad los internos visibilizaron su reclamo.

La Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia habían conformado una delegación de este organismo para intervenir en cada penal. También se hizo presente el equipo de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).

Desde el SPB plantearon que los reclusos tienen habilitados sus celulares para el contacto con la familia y que se están poniendo en marcha protocolos para el regreso de las visitas.