A dos meses y tres días del intento de magnicidio, Cristina Fernández de Kirchner reapareció en el plenario de delegados de la Unión Obrera Metalúrgica con un discurso centrado en la economía y los trabajadores. Tras los dichos de la mandataria, Teresa García, senadora de la provincia de Buenos Aires por el Frente de Todos habló en exclusiva con Tiempo y analizó la primera aparición de su jefa política tras el ataque, que expresó muchas menos críticas hacia el Gobierno, además de prodigar guiños a Sergio Massa.

Durante todo el discurso, la militancia y funcionarios presentes calentaron el microestadio al grito de Cristina presidenta. «Voy a hacer lo que tenga que hacer» sostuvo la vice, abriéndole la puerta a un sinfín de posibilidades. García sumó matices a las palabras de CFK en un contexto sindical como el del viernes: los alcances del «enojo» con la CGT y el Movimiento Evita.

–¿Qué análisis hace de la reaparición de la vicepresidenta?

En esta primera aparición pública dejó claras varias cuestiones. Cristina decidió que su discurso sea en el marco de una convocatoria de trabajadores y trabajadores de la UOM, donde recalcó la importancia de una suma fija para recomponer los salarios. Esto deja en claro sus prioridades.

–CFK dijo que «va a hacer lo que tenga que hacer» para recuperar la alegría del pueblo, ¿qué implica para usted esta premisa?

Quiere decir que hay que pensar para adelante. El año que viene vamos a tener una contienda electoral en un marco muy complejo. La situación social y económica es grave. Si bien Cristina le dio su respaldo a Massa en su gestión, también dejó en claro que el bolsillo de los argentinos no resiste más. Esta fue una advertencia concreta al gobierno. No sé si esta frase quiere decir que será, o no, candidata, eso lo resolverá en su momento. Lo que sí resulta absolutamente claro es que será el fiel de la balanza de la decisión política del peronismo. 

–La vicepresidenta no se refirió al conflicto que generó la posible suspensión de las PASO, ¿por qué dejó pasar una oportunidad para sentar posición?

–Su investidura no la pone en lugar de discusión de un instrumento electoral, sin embargo todos sabemos que, como el yogurt, todo sistema tiene una fecha de vencimiento. Mi opinión respecto a las PASO es que no son el mejor mecanismo para definir dirigentes. En nuestra fuerza política tuvimos candidatos que se integraron por las Primarias y después saltaron a los brazos del vencedor del momento que fue Mauricio Macri. Estas elecciones no garantizan que el partido defina una línea de gestión y los representantes las cumplan.

–La vicepresidenta también se refirió a las «traiciones» dentro de su espacio. Aunque no hizo mención explícita, se refirió al faltazo de Héctor Daer en la votación de los fondos buitres, ¿hay enojo del cristinismo con la CGT?

–Yo era diputada en ese momento, y recuerdo perfectamente quiénes sí y quiénes no. No sé si hay enojo, pero sí hay ganas de mostrar que no hablan las palabras, sino las acciones. La verdad, entonces, es que la banca que representaba a la CGT en aquel momento votó a favor de los fondos y eso nos complicó rotundamente.

–En ese mismo sentido apuntó, sin nombrarlo, contra el Movimiento Evita, ¿esto puede motivar un rompimiento?

–Durante el gobierno de Macri las asistencias sociales aumentaron notablemente y eso se dio porque el Movimiento Evita acordó con María Eugenia Vidal y Carolina Stanley. Este espacio fue claramente beneficiado por esta relación. Si habrá rompimiento o no lo decidirán ellos. Pero cuando el 17 de octubre la mayoría de nuestro espacio político convocó a la Plaza de Mayo en reclamo de mejoras para los trabajadores, la CGT y el Movimiento Evita se reunieron para pedir cargos. Hay una apuesta política por parte de estos sectores de confrontar. Esperemos que esto termine en una discusión de mesa y no propicie un rompimiento. Hay que ser muy serios de cara a la etapa que se viene. El peronismo tiene una responsabilidad histórica en este país, no podemos mirarnos el ombligo ni los deseos que tiene cada uno. La política siempre es una cuestión superadora y el que no lo entienda así se debe poner una florería.

–Gabriela Cerruti dijo que Alberto, Cristina y Máximo eran como una gran familia.

–Primero hay que ver qué entendemos como familia. Los Campanelli se peleaban todos los fines de semana. Hay familias que se conforman con crisis y familias que se rompen.

–Volvió Lula, ¿debe volver Cristina?

–Lula asume en un escenario muy complejo, pero nos llena de alegría. A pesar de todo, demostró ser un presidente de primer nivel, le tengo toda la confianza del mundo. Como Lula volvió, corresponde que vuelva Cristina.   «