En la primer audiencia del nuevo juicio contra Milagro Sala, en el que la acusan de haber ordenado en 2009 la sustracción de un expediente judicial, el testigo Jorge Luis Ruiz, quien declaró bajo juramento, relató los ofrecimientos que le hicieron desde el Ministerio Público de la Acusación a cambio de denunciar a Alberto Bellido -imputado junto a la dirigente social- y cómo tras haberse negado fue víctima de ocho asaltos entre otras intimidaciones.

Ruiz es testigo de la fiscalía. Tenía que declarar que recibió el expediente en cuestión y nadie esperaba que hable por más de cinco minutos. Sin embargo terminó contando las ofertas de los secretarios de los fiscales Osinaga y Rondón, Juan Carlos Davalos y Joaquín Campos, todos a la orden de Sergio Lello Sanchez y los ofrecimientos que le hicieron en este último tiempo para recuperar su trabajo en el Poder Judicial. A eso le sumó el hostigamiento de la policía provincial.

Transcripción de la declaración de Ruíz

-En febrero de 2019 él va y me ofrece eso, salimos afuera y me dice: ¿Querés ser secretario? “Y si, me gustaría”, le digo.

– Pero hay que voltearlo a Alberto Bellido.

-Entonces, yo le dije: “coya, yo lo conozco al Dr. Dávalos, por eso fui a trabajar con el doctor Osinaga”. Él me llevó ahí, quería que sea yo el encargado del central. Eligió al personal auxiliar y al secretario, el doctor Juan Carlos Baca. Y él fue con esa proposición y yo le dije: “mira, metételo en el culo, yo voy a ser secretario por mi propio derecho y yo no soy secretario por orden de San Pedro”. A mí me iba a llevar de secretario Espinoza. Y como mi hijo estaba jugando en Gimnasia, mi hijo es ProSecretario, es Gerardo Ruiz, trabaja con el doctor y por eso no soy Secretario. Después me empezó a seguir, me han tendido una cama, varias veces me ha parado la policía. Decían que yo era gato, que estaba prendido con los gatos, me han asaltado 8 veces, estaba viviendo bajo el puente frente a Bajo La Viña, porque soy indigente, como en la CCC, como en Casa Pueblo, mucha gente me ayuda.

-Sr. Ruiz, retomando el interrogatorio, a que se refiere usted o que es lo que usted interpreta cuando el doctor Juan Carlos Dávalos le manifiesta que…

-Si, me han tendido una cama con el doctor, con fiscal general Sergio Lello Sánchez, porque no me prendí en la corrupción.

-¿Qué significa “prenderse en la corrupción”, si puede aclarar?

-Estar y hacer lo que él disponga, pero yo soy un hombre derecho, porque yo era lustra, vendía diarios y vendía flores. Mi mamá lavaba ropa, somos 12 hermanos.

-Y con relación a esta causa en concreto que se investiga, ¿se le efectuó alguna solicitud en particular, se le pidió algo? ¿Que haga, diga o deje de hacer algo?

-Yo soy indigente y siempre me dice igual que el fiscal Lemir. En pandemia yo vendía locro, vendía locro, vendía empanada, vendía anchi, vendía mazamorra. Yo quería trabajar, no soy gato, no soy corrupto, estoy formado así y agradecido a que me llevo al juzgado 13 y ahí me forme un año y medio, trabajaba tarde y mañana.

La causa

En este caso, la imputación consiste en la presunta sustracción de un expediente penal por parte del entonces abogado de Milagro Sala, Alberto Bellido, que luego habría sido destruido. La acusación añade que para sustraer el expediente un empleado del juzgado habría sido sobornado. A Sala se la señala como instigadora. La denuncia original data del 2009 y en ese entonces Sala ni siquiera estaba imputada. La causa se tramitó y, ante los nulos avances, se cerró en el año 2012 con un sobreseimiento definitivo.

Sin embargo, ya en pleno gobierno de Morales, un testigo se presentó espontáneamente en una fiscalía y acusó a Milagro Sala de la sustracción. Se trata de Pilo Mancilla, un ex miembro de la Tupac que en 2010 fundó su propia organización. Entre otras cosas, Mancilla está procesado y estuvo detenido dos años en una causa en trámite, por haber secuestrado, torturado y abusado sexualmente, mediante empalamiento, a dos jóvenes (causa Nº FSA 9984/2014).

En 2017, Mancilla fue liberado, comenzó a trabajar para la gobernación de Jujuy. Paralelamente, empezó a recorrer tribunales con acusaciones contra Sala. Fue en este mismo año en el que, sin motivos que lo expliquen, acudió a una fiscalía en el que había tramitado la causa por la sustracción del expediente. Declaró que Sala había instigado a Bellido a sobornar a un empleado del juzgado para que le facilite el expediente, en el que estaba acusado, para poder destruirlo. Mancilla dice haber estado el día en que se quemó el expediente.

Con este único testimonio, y sin que el fiscal que le recibió declaración a Mancilla lo solicite, el juez a cargo de la causa, Pullen Llermanos reabrió la causa que había estado cerrada seis años. Mientras tanto, Mancilla intervino en el juicio de la causa denominada “Pibes Villeros”. Durante su testimonio, Matías Duarte, abogado defensor de Sala, preguntó a Mancilla si era empleado de la Provincia de Jujuy, si la Provincia de Jujuy le paga aportes y si había recibido pagos mensuales de alguna suma dineraria de parte de la Provincia de Jujuy. Las tres respuestas fueron negativas.

Sin embargo, en abril de aquel año había prestado el servicio para la apertura de sesiones legislativas que encabezó el gobernador Morales, según él mismo les comentó a integrantes de ATE que lo vieron ese día en las inmediaciones de la Cámara de Diputados. Además, los registros oficiales confirman que Mancilla mantiene una relación de dependencia con la Contaduría de la Provincia desde febrero de 2016. También el 2018, Mancilla declaró contra Sala en la causa cuyo expediente habría sido sustraído. Sala fue absuelta por no existir ninguna prueba contra ella.