La visita del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, a la CGT selló, como hecho simbólico, la paz social entre la central sindical y el gobierno nacional que se extenderá por lo menos hasta el comienzo de la próxima discusión paritaria.

La cúpula de la CGT contó con asistencia casi perfecta a la reunión con Triaca. El gran ausente fue Pablo Moyano que tampoco había participado de la reunión de mesa chica que se llevó a cabo el martes pasado. El dato es significativo y no sólo tiene que ver con la relación de los Moyano con el gobierno nacional, sino también con la pérdida de fuerza dentro de una CGT cuyo triunvirato recobró fuerzas  a partir de la reapertura del dialogo con el Poder Ejecutivo.

En la reunión que se extendió por casi dos horas se abordaron los temas que estaban previstos: El blanqueo labora, prácticas profesionales,  normalización de los gremios intervenidos y la supervisión de las obras sociales.  En ese marco de dialogo, consenso y paz social tanto el ministro como los sindicalistas negaron la posibilidad de una reforma laboral “a la brasileña”.

“Le dejamos muy claro a la dirigencia de la CGT que la reforma laboral brasileña no es un espejo para la realidad de los problemas del trabajo en Argentina”, disparó Triaca al termino de la reunión pero  agregó: “Tenemos muchos problemas para abordar, el tema de la informalidad y el tema de la capacitación”.

La reunión transcurrió sin sobresaltos, sin embargo algunos de los dirigentes, más allá de mostrarse proclives al dialogo, le platearon al ministro las dificultades que atraviesas algunos sectores productivos y la consecuente pérdida de puestos de trabajo y de poder adquisitivo.

En tanto, respecto al blanqueo laboral el funcionario señaló que se planto ante los dirigentes la necesidad de “darle una respuesta a la informalidad laboral”, y explicó: “Sobre esto se va a constituir una comisión de trabajo para construir el más amplio de los consensos y en el que se van a incluir otros sectores, como el sector el empresario y las fuerza políticas que integran el Congreso”.

En ese contexto según pudo saber Tiempo la mayoría de los dirigentes están dispuestos a acompañar sin embargo quedan algunas cuestiones por resolver. La principal duda es si la condonación de deuda que se plantea alcanza a los aportes a los sindicatos y las obras sociales y si el proyecto será solo para las PyMEs o abarcará  también a las grandes empresas.

Por su parte, Sergio Romero, secretario General de UDA, señaló la presencia del ministro y su equipo como “un hecho histórico” que sentó “los puentes para el dialogo”.

Romero pidió no “tergiversar los términos de la presencia del ministro” y señaló que “no tiene que ver con la política” sino con “la consolidación del dialogo y consenso en temas vertebrales”.

El dirigente, que fue el único que habló con la prensa al terminar la reunión, aseguró que “Todas las modificaciones que se hagan en el plano laboral no van a tener que ver con lo que se dio en Brasil, y sentenció: “Vamos a sostener y poner en valor los convenios colectivos y el modelos sindical argentino”.