El ministro de Educación Nicolás Trotta encabezó este miércoles por la tarde un conversatorio junto a especialistas del área de salud en donde procuró dar respuestas a varias inquietudes por parte de la comunidad educativa en medio de la segunda ola de contagios, y volvió a asegurar que las escuelas son, con protocolos, un espacio seguro.

El encuentro fue realizado de manera virtual y participaron además de Trotta la jefa de Salud perinatal y niñez del Ministerio de Salud, Gabriela Bauer; la jefa de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan, Rosa Bologna; la asesora e integrante del Comité de la Sociedad Argentina de Pediatría, Ángela Gentile; el presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría, Omar Tabacco; y la secretaria de Acceso a la Salud del ministerio de Salud de la Nación, Sandra Tirado.

Casi en su totalidad, los participantes se inclinaron por considerar la escuela como un lugar donde el Covid no se propaga, en franca contradicción con el parece de los gremios docentes y, de manera creciente, de los padres de los alumnos.

“Cada decisión que adoptamos en el campo educativo se ha llevado a partir del diálogo, del consenso, del análisis de la evidencia y de la escucha de los especialistas para lograr conjugar como planteó nuestro presidente (Alberto Fernández) en la Asamblea del Consejo Federal en el mes de febrero: el derecho a la educación y el cuidado de la salud, esos son los dos conceptos rectores que han permitido que hoy nuestro país esté transitando un proceso de presencialidad administrada, cuidada, con una evidencia que nos permite confirmar que la escuela con protocolos estrictos es un espacio seguro”, aseveró en la introducción del evento el ministro de Educación.

Tirado, quien es doctora en Medicina y pediatra, analizó que “en relación al año pasado hemos aprendido de ciertas actividades que son las de mayor riesgo de contagio que son las que tenemos que disminuir, más en esta situación de aumento de casos. Tiene que ver con lo relacionado a lo social, que muchas veces está después de la escuela o de algunas actividades productivas o comerciales, pero cuando se respetan los protocolos, cuando son claros y estamos en ambientes que a su vez tienen normas de seguridad, están ventilados, se mantiene la distancia social, el uso de barbijos, sabemos que la probabilidad de contagios es mucho menor”.

La especialista precisó que “no se han identificado a las escuelas como entornos de alta propagación mientras se cumplan los protocolos. La idea es que cumplamos con estas medidas, sepamos cuales son, cuidemos estos espacios y cuidemos esta presencialidad. No solo por el aprendizaje sino por la salud mental de los niños, niñas y adolescentes”.

Por su parte, Bauer añadió que “los niños y las niñas han sabido cuidarse el año pasado y han cuidado a las personas adultas para que no hagan cuadros graves y se mueran, llevando adelante el confinamiento con un muy buen nivel de conciencia y mucho aprendizaje. Hoy como sociedad, si algo se merecen esos niños, niñas y adolescentes es que los cuidemos”.

“Entendemos la presencialidad como una forma de cuidarlos”, destacó Bauer, quien advirtió que se debe “bajar todo lo que sea una actividad social innecesaria. La escuela es un entorno necesario para que las niñas y niños socialicen al igual que los adultos socializamos en los trabajos”.

A su turno, Bologna subrayó que “en los niños, lo que se ha observado es que en un porcentaje alto son asintomáticos y tienen enfermedades leves en su mayoría”. En esa misma línea, Omar Tabacco agregó que “si se generan las condiciones adecuadas de seguridad como estamos hablando de transitar la escuela con protocolos, podemos decir que son lugares seguros, probablemente más seguros que otros donde pueden circular los chicos”.

El presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría detalló que “hoy hay evidencias claras de que los chicos no son especiales trasmisores del virus, ni tampoco especiales receptores del virus. Es decir que el índice de contagio dentro del colegio no es elevado. Es un lugar seguro trabajar con chicos, en tanto y en cuanto se manejen con protocolos dentro de la escuela. Estamos convencidos de que la presencialidad controlada, cuidada, permite ir al colegio”.

Tabacco aseguró que junto al Ministerio de Salud elaboraron un documento en cual está plasmado que la mayor parte de aquellos chicos con problemas de salud crónicos puede ir al colegio, aunque aclaró que previamente debería ser evaluado por su médico de cabecera. “El riesgo de los adultos no es asemejable a lo que pasa con los niños. La mayor parte de los chicos con diabetes, asma, problemas respiratorios crónicos, alérgicos, enfermedades digestivas. Si todos ellos estando clínicamente controlados pueden ir”.

“Los pocos a quienes está indicada la virtualidad absoluta, son aquellos que tienen problemas de defensas, trastornos inmunológicos ya sea hereditarios o adquiridos, por ejemplo, por HIV o tratamiento inmunosupresores por enfermedades oncohematológicas. Para esos niños se aconseja la virtualidad absoluta, pero pasaba lo mismo en épocas fuera de pandemia. En resumen, yo no dejaría de mandar a mis hijos al colegio en tanto y en cuanto sepa que se están manejando bien los protocolo, sean sanos o padezcan alguno de esto padecimientos crónicos”, concluyó el especialista.

Trotta repitió, en el final, lo que había dicho el martes. Que una eventual restricción de la movilidad podría impactar sobre las clases presenciales, pero no se apartó un ápice de la idea de que la presencialidad no ha impactado en el alza de los contagios. “Creemos que la escuela, como se planteó en cada una de las intervenciones, es un espacio central para poder transitar de la mejor forma este momento de tanta dificultad -cerró el ministro–. Ahora, si llega a tener que transitarse como plantean en algunas jurisdicciones la necesidad de restringir, disminuir la circulación, eso puede terminar impactando en la escuela. Lo que sí somos claros con los distintos equipos educativos es que esa restricción no puede comenzar por la escuela”.