“Nos incendiaron el espacio”. Con esas cuatro palabras la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH) La Matanza informó que las llamas consumieron las dos casillas y el baño del espacio que el organismo de posee en la localidad de San Justo, donde reciben denuncias de violaciones a los derechos humanos. El sitio ya había sido violentado en julio pasado y junto a otra serie de ataques motivó una conferencia de prensa de la entidad para denunciar ataques y reclamar seguridad para sus integrantes.

“Se está incendiando la Asamblea”, avisó una vecina del barrio por teléfono y cuando los primeros integrantes de la APDH llegaron al lugar, las dos casitas de madera que habían sido donadas por la ONG Un Techo, estaban reducidas a cenizas.

“No quedó nada de las casillas. Estamos haciendo la denuncia correspondiente, pero estamos en estado de alerta”, advirtieron desde la APDH La Matanza. Radicaron la denuncia en la Comisaría N°1 de San Justo. Según lograron reconstruir por testigos, las llamas se iniciaron de forma intencional y el saldo fue grave. “Perdimos todo: las mesas y sillas de los pequeños palomeros que vienen los miércoles. Los libros. Cuadros que para nosostros tienen mucho valor simbólico y afectivo. También las herramientas de construcción. El baño ya no existe”, enumeraron.

El incendio no es el primer episodio que sufre el espacio instalado en un terreno ubicado junto a las vías del ferrocarril en la calle Esnaola, a tres cuadras de Ruta 3. Solo sobrevivió el SUM, que es de material y se encuentra a medio construir. El resto de las instalaciones eran dos construcciones de madera que estaban instaladas sobre un viejo basural recuperado. Allí recibían denuncias por vulneraciones de derechos, principalmente, de violencia institucional.

“Venimos viviendo estos hechos desde hace muchos años, hicimos una conferencia de prensa en julio después de que a los militantes nos rompieron los autos, lo que pedíamos era un poco de seguridad”, explicó Martina Ferreri, integrante de la APDH La Matanza.

Luego de este episodio –por el momento el más grave- piden reunirse con el municipio “para ver cómo seguirnos”. EL pedido de seguridad alcanza también a la Provincia. “Hace cinco años que estábamos en este lugar. Es una situación muy dolorosa, triste, indignante e injusta”, siguió Ferreri.  

La difusión del incendio que consumió el espacio fue también un pedido de solidaridad a los espacios e militancia de derechos humanos para reconstruirlo. La integrante del espacio explicó que ya habían recibido la solidaridad de organismos de derechos nacionales y locales, y que esperaban el acompañamiento de la sociedad.

El 2 de julio pasado desconocidos provocaron destrozos y robaron materiales de construcción que guardaban para continuar con la obra del SUM. “Nos encontramos con las dos casas abiertas y las cadenas cortadas. Adentro todo revuelto y roto. Se llevaron material de construcción, 2 palas, 4 bolsas de cemento, 2 rejas y 3 ventanas listas para colocar con sus respectivas rejas y libros de niños”, denunció la APDH La Matanza ese martes de invierno.

Poco después, en una conferencia de prensa que encabezó Pablo Pimentel, el organismo denunció una serie de atentados, agresiones, robos y amenazas sufridos por sus integrantes, que vincularon a su tarea de acompañamiento a familiares y víctimas de violencia institucional. Denunciaron que esos episodios comenzaron en 2015 con la causa Gabriel Blanco, pero que continuaron en 2017 y retornaron en 2019. En uno de esos episodios dejaron balas de FAL en la casita de calle Esnaola, que el domingo quedó reducida a cenizas.