La tristeza y bronca por la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el portero Rubén Rodríguez calan hasta los huesos. Los testimonios de amigos y compañeros sobre el coraje diario con que enfrentaban su tarea y todas las trabas que la precariedad en que trabajaban. Entre ellos, Augusto Arias era profesor del Programa de Coros y Orquestas, desmantelado por el gobierno de María Eugenia Vidal. En dos posteos, Arias pinto «a una luchadora ejemplar como ella, pero también para mostrar lo grande y maravilloso que era el Programa de Coros y Orquestas, y el enorme daño social que implica su desmantelamiento y de toda la Educación Pública Argentina».

Recuerda Arias que «ese día marchábamos por la continuidad del Programa Coros y Orquestas frente al Ministerio de Educación de la Nacion. El Ministro Bullrich no nos atendió. Había una orquesta gigante de niños y niñas de todo el país que no alcanzaron para ser escuchados. Aquel día nos organizamos como pudimos. Como la mayoría de los profes vivíamos lejos, Sandra se congregó sola en la escuela y trajo a los que pudo en su auto. También había pintado con los chicos la bandera que se usó en esa marcha.»

En  un posteo anterior en su muro de la red Facebook, también retrató a Sandra

“Escribo esto con tristeza, enojo y en shock. La Escuela de Moreno donde funcionaba la orquesta en la que trabajaba explotó por una explosión de una garrafa. Murieron dos personas, dentro de las cuales estaba Sandra.

Sandra era la vicedirectora y la mama de una de las músicas de la orquesta. Cada sábado ella abría temprano la Escuela para la orquesta y para que los pibes jueguen a la pelota en el patio. También hacia el desayuno, arreglaba las cosas del colegio, limpiaba y nos aconsejaba de cómo manejarnos y protegernos de este sistema que acorrala a los docentes.

Sandra tambien pintó las banderas de nuestra orquesta para las marchas  «que sigan las orquestas». Ese dia, llevó en su auto a todos los chicos que pudo para la marcha y hasta dió un minidiscurso improvisado y notable frente a los miles de personas que marchamos al Ministerio de Educación de la Nación.

Sandra me aconsejó con mil llamados telefónicos a dejar los papeles en regla cuando nos dieron ayuda económica.

Sandra se quedaba con nosotros los profes a esperar a que todos los nenes sean recogidos por sus padres. Y a veces, cuando esa espera era muy larga, ella entendía que nosotros los profes teníamos dos (o más) horas de viaje y nos decía «vayan que yo me quedo a esperar o llevo a los nenes a su casa».

Pero también Sandra me contaba como tenían que «cortar» la lavandina para lavar los pisos por que el ministerio no mandaba nada. También me contaba como hacían para darle de comer a los pibes con la poca comida que la mandaban (y si esta, estaba en buen estado)

Atención gente, esto no fue un accidente. Es producto de la desidia de los gobiernos en la educación y demuestra la soledad e hidalguía en la que trabajan los docentes hoy en dia. Y para graficar esto, puedo decir que el lugar donde explotó la garrafa es donde dábamos clase de violín.

Sandra era un verdadero ejemplo de trabajo, lucha y docencia. La comunidad de San Carlos la va extrañar mucho y la vamos a recordar siempre.

Pienso en su familia y en su hija. Una gran cellista que, para variar, se quedó sin orquesta por que la  Orquesta San Carlos Dos Moreno fue cerrada por Hernán Sánchez Arteaga y el ministerio de educación provincial luego de un fenomenal proceso de desgaste que incluyó hasta 9 (si nueve!!) meses de no pago de sueldos pero que fueron sostenido por Sandra y todos los demás.

Por último una fe de erratas: viendo las fotos de la prensa observo que el lugar que voló en mil pedazos era el comedor. Ahí ensayábamos con toda la orquesta mientras Sandra preparaba el mate cocido. Imagine Ud. si eso pasaba con la escuela o la orquesta en funcionamiento. No fue una masacre masiva de pura casualidad.»

Augusto Arias