Luego del escándalo por los lugares de favoritismo para recibir la vacunación, Carla Vizzotti asumió como nueva ministra de Salud en reemplazo de Ginés González García, en una breve ceremonia en la que prestó juramento ante el presidente Alberto Fernández en la Residencia de Olivos. «Fortaleceremos los dispositivos y acciones que garanticen la equidad en el acceso a las vacunas, monitoreando el cumplimiento de la planificación prevista», dijo, luego de la asunción, a través de Twitter. 


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En el acto estuvieron presentes la primera dama, Fabiola Yañez; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; la vicejefa, Cecilia Todesca, y los ministros de Educación, Nicolás Trotta; de Seguridad, Sabina Frederic; y de Turismo Y Deportes, Matías Lammens; entre otros funcionarios. También participaron del acto, en el que no hubo declaraciones, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; y la titular del PAMI, Luana Volnovich.

La designación de Vizzotti, quien se desempeñaba como Secretaria de Acceso a la Salud del ministerio, fue oficializada en el Boletín Oficial, donde también se publicó la renuncia de González García. El cambio de ministros se decidió ayer luego de una polémica generada cuando el periodista Horacio Verbitsky admitió públicamente que se le aplicó una vacuna contra el coronavirus en dependencias de esa cartera.

Vizzotti, de 48 años, recibida de médica en la Universidad del Salvador y especializada en el control de enfermedades inmunoprevenibles e infecciosas, en medicina interna, y en sistemas y seguridad social, se desempeño hasta este viernes en el cargo de secretaria de Acceso a la Salud cultivando un perfil bajo. Especialista en inmunización, lideró la Sociedad Argentina de Inmunología y estuvo a cargo del Plan Nacional de Inmunizaciones, hasta que el gobierno de Mauricio Macri la echó en diciembre de 2016.

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(Foto: Presidencia)

En esa área había incorporado 12 vacunas gratuitas y obligatorias en el calendario desde 2005, llegando a un total de 20. A tal punto que la OMS recomendó a otros países la política vacunatoria de nuestro país. Tres meses pasaron en su nuevo cargo ahora bajo la gestión de Alberto Fernández, cuando llegó la pandemia. Sus conocimientos en tema vacunación fueron claves para la negociación con la Federación Rusa y Gamaleya para la adquisición de la Sputnik V. Argentina fue el primer país en cerrar contrato con los rusos. A pesar de las críticas, la vacuna demostró ser altamente efectiva para mayores de 60 años, y también en cepas como la británica, la sudafricana y la de Río, y su eficacia fue publicada en The Lancet.

Más allá de la Sputnik, una de sus recomendaciones fue, precisamente, que el gobierno no acuerde con un solo fabricante. El país luego adquirió 22,5 millones de AstraZeneca, y unas 9 millones de COVAX de la OMS. Pero la gestión no es sólo vacunas. Se la suele ver cada semana en recorridas, desde charlas y capacitaciones en prevención en barrios vulnerables (forjó una gran relación con los curas villeros y movimientos sociales), hasta viajes a cada provincia para relevar cómo se arma el operativo logístico de imnunización en esos distritos. Su rol también fue clave en la concreción del Plan Detectar, replicado en las principales urbes.

Su participación en las reuniones claves de la mesa chica del gobierno fue in crescendo, igual que la confianza del presidente hacia ella, aún después de la operación de medios opositores cuando se refirió a analizar los plazos de la segunda dosis para priorizar vacunar a la mayor cantidad de gente con la primera. Fue la encargada de dar los partes matutinos desde el inicio de la pandemia, con la idea de llevar siempre algún o alguna profesional de diferentes áreas que eran afectadas por el coronavirus, desde pediatría hasta salud mental.

Vizzotti, quien fue presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y trabajó en la Fundación Huésped, concibe a la salud de manera integral, con su faceta social ineludible de la biológica, y promueve el desarrollo nacional en áreas claves como los productos y medicamentos. Y también la relación público-privada. El año pasado celebró el acuerdo de mAbxience como algo “histórico, no sólo mostrar interés en que Argentina sea parte de la cadena productiva sino también unir las partes y los actores, buscar socios estratégicos como México, buscar industria privada nacional en Argentina de primera línea y un inversor como la Fundación Slim”, declaraba a Cenital. Desde marzo se encargó de afirmar que el objetivo prioritario era que el sistema de salud pudiese dar respuesta a todos, y que se enfermara la menor cantidad de gente posible, aunque admitía que muchísimas personas ya estaban “angustiadas, preocupadas y agotadas”.

Quizás un buen resumen de cómo piensa a la salud pública lo podemos encontrar en septiembre de 2018, cuando participó de una entrevista colectiva de Tiempo junto a Horacio González y Alberto Kornblihtt. En ese momento el gobierno de Mauricio Macri había resuelto rebajar el rango de Ministerio a Salud, Cultura y Ciencia. “Calendario Nacional de Vacunación es un modelo en el mundo, con sus 20 vacunas con cada lógica y fundamento científico, y había planes para seguir trabajando en analizar otras nuevas vacunas, como la de meningococo B. Realmente impacta en la disminución de las enfermedades y la mortalidad. Ya no tenemos trasplantes de hígado por hepatitis A en niños vacunados desde 2007. Bajó 62% la meningitis por neumococo, 57% la internación por neumonía en niños menores de 5 años, 82% la mortalidad en bebés con tos convulsa vacunando a las embarazadas. No podemos pensar que es un lujo que no merecemos. Es trascendental el rol social que tiene, el signo de equidad que significa, y es un indicador económico: invirtiendo en prevención, se ahorran costos en atender gente enferma”, declaró en ese momento, cuando aún no era funcionaria.

Y agregaba: “El retiro del Estado genera en la población muchísima angustia. Es muy difícil expresar una preocupación genuina en la política de la salud y no llevar alarma a quien es el receptor de esa política y que necesita del Estado. Si una persona interrumpe un tratamiento antirretroviral o si la población deja de vacunarse en forma sostenida… Estamos viendo lo que pasa con enfermedades en otros países, no con cosas utópicas, sino reales, y muy concretas en relativo corto plazo. La globalización hace que muy rápido enfermedades que están en otros países puedan reingresar”.