«Estoy triste de ver lo que pasa. En el mundo se veían con admiración los logros de organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, esto es un retroceso preocupante». El que habla es el alcalde en funciones de la ciudad de Barcelona, el argentino Gerardo Pisarello, quien encabezó en la ciudad española un acto en repudio al fallo de la Corte Suprema que concedió el beneficio de la ley «2×1» a Luis Muiña.

No fue el único. En París, en derredor de la Torre Eiffel, cientos de personas se manifestaron con pañuelos blancos. Había argentinos, claro, pero también un grupo nutrido de franceses y de diferentes países latinoamericanos.

En Roma, frente al Vaticano, un contingente de argentinos también se sumó a las protestas.