Caso Assange: el delito es publicar

Por: Alberto López Girondo

Para Einstein, “Dios no juega a los dados”. Una forma de decir que nada es casualidad en el Universo. Mucho menos en los meandros del poder mundano. En este Día de los Derechos Humanos, mientras en Oslo dos periodistas que recibían el Premio Nobel de la Paz hablaban de honrar a colegas que dieron la vida por su profesión -como pidió el ruso Dimitri Murátov, galardonado junto con la filipina María Ressa por las persecuciones de los gobiernos de sus países-, el Tribunal Superior de Londres autorizó la extradición de Julian Assange a Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden culminaba una Cumbre por la Democracia.

Como se dijo varias veces en Tiempo, el periodista australiano está acusado de publicar documentos militares secretos donde se muestran las atrocidades cometidas por tropas estadounidenses en Irak y Afganistán. Cientos de miles de documentos verdaderos filtrados por funcionarios que creen en los valores que proclama la Constitución de ese país pero que en la práctica, comprobaron, son papel mojado. Y por eso arriesgaron el pellejo para que la población supiera lo que hacen las autoridades.

Las escandalosas revelaciones aparecieron en julio de 2010, por acuerdos con Assange, en los medios más “serios y respetables” de Estados Unidos, Alemania, España, Francia y Gran Bretaña (The New York Times, Der Spiegel, El País, Le Monde, The Guardian), que incrementaron sus ventas y ganaron prestigio por “defender la verdad y la justicia” ante la ciudadanía.

Un poco por el clima de la época -recién asumía Barack Obama con su promesa de cambio que le granjeó también un Nobel de la Paz en 2009- y otro porque se confiaba en una tradición anglosajona de respeto por la libertad de prensa, todos se subieron a la ola hasta que comenzaron las persecusiones a Assange, con denuncias por supuestos delitos sexuales, por presunto maltrato a sus colaboradores o incluso bajo imputaciones de narcisismo y vanidad extremas. Todo sea por desprestigiar al mensajero para enlodar el mensaje bajo un manto de sospecha.

Assange pasó de hacer un prolijo trabajo de recopilación informativa a ser, para esos mismos medios que un día alabaron su tarea, “hacker”, “activista”, y la más sutil forma de “polémico fundador de WikiLeaks”.

Tras recibir el Nobel, Ressa declaró a la tevé que para ella “la filtración al por mayor de WikiLeaks en realidad no es periodismo”. Acto seguido, consideró que “un periodista tamiza los lados y sabe cuándo algo es valioso para la seguridad nacional y se niega a publicarla hasta que pueda verificar que personas como usted que pueden ser puestas en peligro por esa información están protegidas”.

El delito de Assange, confirma la mujer, fue publicar. El mismo argumento del gobierno de Obama, Donald Trump y ahora Biden, para ponerlo en la lista negra. No es casualidad: los críticos, tanto de Ressa como de Murátov, los acusan de que agencias occidentales aportan para los medios donde trabajan. El ruso hasta ironizó: «Si tenemos que convertirnos en agentes extranjeros por recibir el premio Nobel de la Paz, lo haremos».

Otra casualidad: el presidente del Tribunal londinense, Ian Burnett, es amigo de toda la vida de Sir Alan Duncan, excanciller de Boris Johnson, que encabezó la captura de Assange de la embajada ecuatoriana tras tildarlo de “pequeño gusano miserable”.

Compartir

Entradas recientes

La delegación de Cataluña anuncia la jornada Ninguna Butaca Vacía en el Margarita Xirgu

El representante catalán para el Cono Sur, Josep Vives, explica cómo será ese día en…

8 mins hace

Detuvieron a un policía de la Ciudad por el asesinato de Gabriel González

Se trata del oficial Gastón Miño quien fue arrestado en el partido de San Martín…

15 mins hace

Cómo funcionarán el transporte y los servicios en Año Nuevo en CABA

Cuáles son los cambios en los horarios del transporte, las modificaciones en el estacionamiento y…

44 mins hace

Helado y estrenos de la semana: la estrategia ideal para despedir el 2025 y recibir el 2026

Finales épicos, misterios familiares, heroínas improbables y hospitales al borde del colapso. Las plataformas cierran…

3 horas hace

Crecen los reclamos por la vuelta del tren entre Rosario Norte y Cañada de Gómez

Se realizaron convocatorias en varias estaciones del corredor entre Rosario Norte y Cañada de Gómez…

3 horas hace

A pesar de los aumentos tarifarios, casi 15 mil usuarios de Edesur siguen sin luz

Son las cifras del reporte de las 10.55 del ENRE. La mayoría se nuclea en…

3 horas hace

Cromañón: homenajes en el santuario de Once y en La Paternal

Hubo una misa, una marcha y actividades culturales organizadas por familiares y sobrevivientes. El incendio…

4 horas hace

Petro dice que EEUU bombardeó «una fábrica» de cocaína del ELN en Venezuela

El presidente de Colombia corrobora de ese modo a Donald Trump, quien el domingo dijo…

4 horas hace

Rusia afirma que los drones contra Putin salieron de regiones ucranianas

Un alto cargo militar ruso detalló cómo fue el intento de ataque contra la residencia…

4 horas hace

Fin de año con despidos en el Museo Malvinas: “Implica vaciar de contenido una política de Estado”

Afectaron a “cuatro trabajadores y trabajadoras con formación específica y probada idoneidad en historia, geografía,…

4 horas hace

Javier Trímboli y “El virus de lo absoluto”, un libro que aborda las figuras de Héctor Murena y Paco Urondo

Eludiendo los caminos seguros de su profesión, en este texto Trímboli traza el perfil de…

4 horas hace

El 2026 será el Año Internacional de la Mujer Agricultora

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estableció la conmemoración…

4 horas hace