Las claves de la reforma educativa en Primaria que impulsa Soledad Acuña para la Ciudad de Buenos Aires

Espontánea, inconsulta y poco fiable. Así resumen docentes y sindicatos la iniciativa de reformar el nivel primario propuesta por la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña. Esta síntesis se basa no solamente en los primeros adelantos que dio a conocer en exclusiva hace unos días Tiempo sino también en una conclusión que llega a partir de diferentes reformas realizadas en los últimos años, todas con las mismas características y en la misma línea.

Desde la cartera educativa afirman que comenzaron a debatir esta reforma en mayo del año pasado, y que participaron más de 15.000 personas de la comunidad escolar. En cambio, los gremios docentes desmienten al gobierno porteño y aseguran que jamás fueron convocados.

Antes de terminar su mandato, Soledad Acuña quiere implementar esta controvertida reforma que gira en torno a la quita de contenidos de los programas educativos y la flexibilización de aprendizajes.

Vedado

De concretarse la reforma, comenzaría a implementarse en 2025. Si bien señalan que el proyecto está en fase de consulta, la Ciudad propone generar estructuras más flexibles; incentivar el trabajo grupal de estudiantes y readaptar la educación «dentro y fuera de la escuela». El punto más polémico es la reducción de contenidos de los programas educativos priorizando solos los «elementales».

«Acuña y Larreta quieren construir una escuela y una formación docente que sea funcional a la demanda del empresariado y los negocios, y nosotros queremos una escuela con formación integral para que los estudiantes puedan entender las distintas perspectivas», remarca Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera).

La docente considera que es necesario que todos los campos del conocimiento estén presentes en los procesos de enseñanza, que tengan similares cargas horarias y abordajes particulares, «porque no es lo mismo el lenguaje literario que el artístico, en todas sus expresiones. Eso es lo que va a estar vedado si esta reforma avanza. Es por eso que consideramos fundamental que se abra un debate profundo con toda la comunidad educativa para que los conocimientos sean discutidos». Y agrega que es necesaria una formación integral «para que los estudiantes puedan intervenir en el mundo, que les garantice tener una apropiación activa del conocimiento, y que les permita también producir nuevos conocimientos».

Imprescindibles

La iniciativa sintetiza que «apostará por una reducción de los contenidos» y priorizará aquellos que considera «imprescindibles y que son transversales a distintas áreas de conocimiento». Al ser consultados sobre qué contenidos serán eliminados, manifestaron que «eso aún está en debate».

«Nosotros tampoco fuimos invitados a debatir este proyecto», revela Jorge Adaro, secretario gremial de Ademys. «Por lo que difundieron, hay un línea general que coincide con otras reformas que realizaron estos últimos años que es la precarización del acceso al conocimiento de los estudiantes en la escuela pública. Lo que está claro es que hay una reducción de contenidos. Y es sumamente grave porque prepara a los estudiantes para ser mano de obra cada vez más precaria y para eliminar fuentes de trabajo de docentes».

Uno de los ítems de la iniciativa oficial se focaliza sobre las estructuras de trabajo que, según lo debatido en los encuentros, «serán menos rígidas». El Ministerio adelantó: «se pudo observar a lo largo de los encuentros que varios actores resaltan la necesidad de mayor dinamismo de los estudiantes, que los motive e impulse a seguir desafiándose y aprendiendo», y de flexibilizar los aprendizajes, «que exceda los límites del aula y llegue a otros espacios dentro y fuera de la escuela».

Desde la Unión Argentina de Maestros y Profesores CAMYP esperan que esta nueva modificación «sea consensuada y no realizada unilateralmente como lo fue la reforma estatutaria. No paramos de escuchar que cada modificación arbitraria que realizan la hacen con el consenso de miles de docentes, pero queda demostrado en el día a día de las escuelas que eso no es real«, afirma Santiago Ferrero, secretario de prensa y organización del sindicato. Menciona como «claro ejemplo» la creación de una carrera horizontal para docentes titulares, cuyos cargos quedan todas las semanas vacantes: «ninguna reforma estructural debe darse sin la participación de docentes y organizaciones sindicales. No hay que temerle a los debates críticos y reflexivos, quizás cuando este gobierno comprenda eso tendremos alguna reforma que no fracase». «