El acampe de Télam cumplió 90 días de resistencia activa contra el cierre de la agencia

Las, los y les trabajadores de Télam cumplimos el 1 de junio 90 días de permanencia tras las vallas colocadas en las puertas de dos de los edificios de la empresa en Ciudad de Buenos Aires, en resistencia a la decisión del gobierno nacional de silenciar la agencia, dejando sin contenido federal a todos los medios de comunicación del país.

En estos 90 días, fieles a nuestro estilo, implementamos una resistencia activa que se expresa en el portal somostelam.com.ar, las redes sociales de @somostelam, actos y encuentros en los acampes, actividades varias, marchas, participaciones en jornadas organizadas por otres, y tantas otras acciones.

Sólo en la última semana publicamos en el portal un centenar de notas. Muy lejos de los más de 500 cables o artículos que publicamos diariamente cuando estamos todes juntes trabajando dónde tenemos que estar, dentro de la agencia Télam.

Muchas de esas notas fueron replicadas por medios de comunicación hegemónicos, privados, regionales, zonales, comunitarios.

Pasa con las entrevistas a trabajadores en conflicto en Misiones, en Catamarca, del sector público y del privado. Porque decidimos que el portal sea una ventana de las distintas luchas, de la resistencia a la política que atenta contra quienes viven de su trabajo.

Porque indefectiblemente la falta de Télam es algo que todas las personas que trabajan en medios de comunicación del país reconocen.

Nos llaman, nos cuentan, nos dicen: “Nos falta Télam”.

Aunque haya algún resentido diputado nacional que insista ante cada micrófono que “nadie puede decir que no está informado”, la verdad es que la sociedad está desinformada.

Porque encima de suspender la producción periodística de la agencia de noticias que daba a les periodistas el panorama federal necesario para hacer su trabajo, también silenciaron los medios digitales de Radio Nacional y la TV Pública.

Medidas tomadas por la intervención de los medios públicos que sólo logra fortalecer los lazos de les trabajadores de prensa que, organizados en el SiPreBA, encaramos esta resistencia activa y profesional.

Vale como muestra la vuelta del Noti de los trabajadores de la TV Pública.

Pero en estos 90 días no sólo se fortalecieron los lazos de les trabajadores de los medios públicos.

También se robustecieron las relaciones, los vínculos entre les propios trabajadores de Télam que por tener distintos horarios o trabajar en diferentes áreas, apenas conocían las caras del otre, de ese con quien hoy toma mate, celebra chistes y ocurrencias, organiza actividades, comparte historias y juegos, o camina desde el acampe de la calle Bolívar al de la avenida Belgrano, unas 200 veces por día.

Es que las carpas, cada vez mejor organizadas, se convirtieron en un espacio de encuentro. Un lugar donde recibimos a trabajadores de otros gremios, a dirigentes y profesionales, a vecinos y artistas.

La conversación fluye y reflexionamos sobre lo que pasa en esta Argentina a la que tanto queremos, sobre lo que nos pasa, no como trabajadores de Télam, sino simplemente como trabajadores que, como todos, hacen compras, pagan impuestos y tienen como certeza que cada día vivir es más caro.

Aunque es cierto que los budines, galletas y exquisiteces que preparan Paloma, María, Franco y Julieta le ponen a la charla la dulzura justa y necesaria, para que sigamos creyendo que todo puede cambiar, que podemos transformar esta realidad que nos agobia.

Sólo esta última semana tuvimos en los acampes la visita del coro “Cumpa” que embelleció una tarde de domingo, el locro del 25 de Mayo con un picante apto para los de estómagos más dóciles, y la visita de les economistas Candelaria Botto y Gonzalo Finlez que nos ayudaron a entender por qué pasan algunas cosas en la Argentina de hoy.

También vinieron compañeras del Sindicato de Dragado y Balizamiento y del sindicato de Marina Mercante, y dos grupos de estudiantes de DeporTEA. Todo esto ocurre mientras vamos y venimos de una actividad a otra, siempre con nuestras planillas de firmas a favor de la existencia de Télam y contra la privatización de Radio Nacional y la TV Pública.

Porque aunque empecemos hablando del clima, a la larga terminamos reflexionando sobre cómo impacta en nuestras vidas cotidianas el DNU 70 y cuánto nos afectará la ley Bases, si es que los senadores nacionales no tienen la conciencia democrática de rechazar el proyecto.

Entre actividad y actividad están los grupos de estudio que se formaron a la luz blanquecina de las carpas y los distintos equipos de trabajo que se reúnen para organizar, corregir, mejorar las coberturas y la publicación de las notas. Para compartir conocimiento, siempre pensando en el día que volvamos a ver en marcha la cablera y el portal de Télam.

Porque al fin y al cabo, somos eso. Trabajadores que hoy luchan para volver a trabajar. Porque Télam no se cierra. «