El día que el capitán quiso vernos instagrameados junto con él

Por: Mariana Moyano

Una mirada alternativa al debate sobre la foto en la Casa Rosada que no se produjo. ¿Tenía que ser la imagen tradicional o las nuevas mediatizaciones regalaron la que nadie imaginó?

La foto es mala. Mal sacada, sin edición; mala. Y la afirmación es terminante porque pasó por el ojo avisor de la más dura fiscal y cita de autoridad que jamás haya conocido en mi vida periodística: mi hija de 12, una consumidora experta de publicaciones de Instagram, TikToks y youtubers. La foto es mala. Messi no cuida la expresión, no se preocupa en levantar el teléfono para evitar la papada, no se interesa por moverse para evitar el sol de frente que lo hace fruncir el ceño y no mide el encuadre. Porque la foto no tenía importancia en tanto tal sino como memoria del momento. Y la foto del momento, de la época, era él –hoy el hombre más famoso y mencionado de la tierra– en sus ámbitos habituales, las redes sociales y el fútbol, inmortalizando la excepción: 6 millones de seres humanos como fondo de festejo de la consagración del equipo Campeón de la copa del Mundo.

Ya no es novedad en este Mundial. La Copa América fue el boom de los jugadores como protagonistas y también cronistas de la intimidad. Ese evento deportivo fue el que puso en evidencia el fin de las mediaciones mediáticas (no, no es una redundancia). Veníamos del vínculo casi roto de los miembros de la Selección con esos que no les importa lo que digan, los periodistas y de la relación en crecimiento con los streamers. Pero el fenómeno nos explotó en los ojos, o mejor dicho en los teléfonos, cuando luego de la final personas individuales con conexión a internet y canales de noticias tenían la materia prima, el material soñado, la nota que vale oro, en las Historias de Instagram de los ganadores del partido del Maracaná. Ellos con sus smart phones cambiaron las mediaciones saltando las mediatizaciones. Y Nicolás Otamendi coronándose como el mejor cronista del pre y post pelota. El tiempo llevaría a Sergio el Kun Agüero al Olimpo twitchero y streamer.

Nos gustó. Nos evitábamos la edición de terceros, los comentarios y las imágenes opinadas por la gente de los medios. Quedábamos habilitados a la más absoluta y nunca tan cercana intimidad de los máximos ídolos. Las nuevas reglas llegaban de la mano de los dispositivos en las manos de estrellas de esta época, la era del teléfono inteligente.

No es fácil adaptarse ni a los artefactos ni a los cambios en los modos de mirar que éstos implican. Es demasiado veloz, es puro vértigo. Y es absolutamente normal que, frente a este huracán de permanentes novedades tecnológicas y comunicacionales que nos rompe el paradigma del último siglo y medio en el que nacimos, nos criamos y crecimos, nos aferremos a lo conocido; que pidamos algo del pasado como tabla de salvación en medio del cambio más vertiginoso que la humanidad haya vivido.

Quizás por eso haya habido un movimiento en redes sociales que preguntaba por lo que supuestamente faltaba el día de la celebración principal, el martes 20 de diciembre de 2002 en que un colectivo descapotable salió del predio de la AFA en Ezeiza con la intención ¿inocente, inconsciente? de llegar a la 9 de julio a saludar a la gente que se congregaba ahí desde la madrugada. Ese martes resignificado hubo un movimiento bastante ideologizado que comenzó a preguntar por la foto en el balcón de la Casa de Gobierno, una imagen parecida a la que teníamos quienes vivimos los Mundiales de México 86 y de Italia 90. Hubo quienes dijeron que, en realidad, el pedido, la demanda, el deseo de inmortalizarlos en EL balcón era para exorcizar 1978; o para que otro presidente de la democracia hiciera lo suyo en imágenes para hacerle fuerza a las fotos del Mundial en dictadura.

No discuto con esos argumentos porque pueden tener aristas atendibles. Pero sí me detengo en la testarudez de quienes sostenían o siguen aun sosteniendo que la foto era esa. Que sin esa, faltaba una imagen.

Marcar lo que le falta al presente siempre me deja un sabor a gesto conservador. No es ni bueno ni malo en sí y también soy víctima de eso. Claro que no soy inmune. Pero cada vez que me invade ese comportamiento se me enciende una alarma y se me planta la pregunta: ¿falta y yo pude notar la ausencia o me falta a mí porque estoy deseando desde mi individualidad pasada que quiere que las cosas sean más parecidas a mí que a lo que son en este tiempo y espacio? ¿Es el deseo es de una foto que ya ocurrió y queremos que se repita? Muy bien. Si es eso, ¿por qué es?

Tal vez la foto de ahora no sea aquella sino esta, la de esta época. La de una era que imprime otra forma de mirar porque nuestras realidades visuales hoy se constituyen de nuevos dispositivos.

A la foto del balcón del 86 o la del 90 le falta la multitud en extenso; le falta el dron, podríamos decir. Y rápidamente nos daríamos cuenta, ante este planteo, que hay un error de época, que la pregunta está mal porque no advierte el contexto. Que no le falta nada. Sencillamente era otra realidad visual. Pues bien, volvamos a hoy: ¿entonces por qué hoy faltaría algo que no va de acuerdo a la lógica visual del presente?

¿No estaremos pidiendo una foto vieja reimpresa en 2022 porque somos vulnerables y nos sentimos inseguros frente a los nuevos modos de ver y de construir imágenes hoy? ¿No deberíamos soltar un poquito nuestras propias imágenes pasadas, esas a las que queremos volver porque fuimos felices y preguntarnos cuál es la foto de hoy?

Estamos en una época de convivencia de analógicos, digitales y anfibios y así como es difícil acostumbrarse a leer en un dispositivo también lo es reeducar el deseo del ojo.

Apenas horas antes del intento de recorrido del micro de los jugadores habíamos presenciado (también vía grabación de un celular de una escena privada) las palabras de Emanuel Macron en el vestuario ante la selección francesa. Inevitablemente eran palabras vacías. Porque lo que se diga enseguida de la derrota sonará a nada pero además porque ¿qué cosa tan importante podía decirle la política a la más importante y movilizante de las artes como es el fútbol?

La foto en el balcón implicaba también abrir la puerta a que la política, en este caso de Argentina, sonara hueca y a que se le robase tiempo a la celebración para dedicarlo a las especulaciones. Sumado a eso y no menos importante: era material y físicamente imposible. Imposible llegar y aun el caso de lograr un traslado en helicóptero de los jugadores, imposible garantizar que los millones no se lanzaran a Plaza de Mayo.

Se dice fácil y los «habría que haber hecho así o asá» salen prontos de las bocas pero ¿tomamos dimensión de lo que implican seis millones de personas en la calle? No teníamos registro de algo igual. Ni el Bicentenario ni los conciertos del Indio Solari y aun así estos dos posibles parámetros son acontecimientos organizados con meses cuando no años antes.

La época pide fotos porque vivimos un tiempo inundado en imágenes; un tiempo tallado en selfies.

Cuando volví ese martes de la calle y encendí la TV pude ver el micro y a los jugadores con sus teléfonos en la mano. Me dio ansiedad y curiosidad. Quería ver ya lo que ellos habían fotografiado y grabado. Quería ver a través de sus ojos. Quería vernos. Quería la foto de ese día, la foto de los observados tomando fotos desde su perspectiva para construir la foto definitiva. Una especie de símbolo del infinito en los modos de mirar. El símbolo de Qatar hecho fórmula de la retina

La foto de la época no era la de los jugadores en la solemnidad sino en la cercanía del relato que ellos construyen en sus historias. La foto era Messi tomando Fernet, en una botella de plástico cortada, cantando arriba de un bondi. La imagen era ellos viéndonos a nosotros desde arriba, cuando le pidieron al piloto que los traía de Qatar pasar por encima de la 9 de julio para vernos. Desde el micro, debajo de un sol abrasador de diciembre, con la poesía de ver el cuerpo transpirar.

Lo que ellos quisieran mirar iba a ser nuestro contenido. La que necesitábamos era la foto mala. Mal sacada, la sin edición. La foto de Messi selfiándose con nosotros; la foto del día que el capitán no quiso tanto ser visto sino vernos y quedar instagrameados todos junto con él . «

Compartir

Entradas recientes

La «Ley de leyes» del ajuste: se aprobó el Presupuesto 2026

La votación artículo por artículo en el Senado también resultó favorable para el oficialismo, logrando…

3 horas hace

Bahía Blanca: perpetua para 16 represores por crímenes de la dictadura

Tras casi cuatro años de juicio, el Tribunal Oral Federal dictó un fallo clave por…

4 horas hace

Murió Daniel Piazzolla, hijo de Astor y referente de la etapa del Octeto Electrónico

Fue tecladista y participó en la etapa más experimental de la obra del mítico bandoneonista.…

5 horas hace

La Justicia imputó a «Chiqui» Tapia por deudas previsionales en la AFA

La decisión judicial también alcanzó al tesorero de la entidad, Pablo Toviggino.

5 horas hace

Luz verde: Alpine recibió un respaldo clave de la FIA para 2026

La FIA avaló la interpretación técnica que permite a Mercedes sostener el diseño de su…

5 horas hace

Gatillo fácil en Lugano: “No es la primera vez que pasa algo así: ellos vienen a matar, no vienen a apaciguar las cosas”

Así se expresó, entre sollozos, la viuda de Gabriel González, quien murió mientras era reprimido…

5 horas hace

Caputo y Bausili enviaron al exterior el oro del Banco Central sin ningún respaldo documental: ¿dónde está, si todavía está?

La autoridad monetaria le contestó a la Auditoría General de la Nación que no hay…

6 horas hace

Ciclo lectivo 2026: el calendario completo en la provincia de Buenos Aires

El Gobierno provincial oficializó las fechas clave tras la aprobación unánime en el Consejo General…

7 horas hace

Presupuesto: advierten que “derogar el artículo 52 de la Ley es darle al corazón de la educación técnico profesional”

El ítem de la Ley 26.058 de educación técnica establece un fondo de financiamiento. Su…

7 horas hace

Murió Perry Bamonte, histórico guitarrista, tecladista y miembro esencial de The Cure

Su fallecimiento fue confirmado por Robert Smith y la banda, que resaltó su presencia cálida…

7 horas hace

La CGT recibió a Kicillof para analizar el impacto en el trabajo del plan económico y la reforma laboral de Milei

El gobernador bonaerense concurrió con su gabinete. La Confederación reafirmó que dará pelea para frenar…

8 horas hace

FMI, la separación entre DDHH y economía

1985 es también el año de unos de los mayores quiebres y entrega de la…

8 horas hace