
Votar siempre genera un sentimiento de alegría, aun cuando sea en las internas de una comisión menor de un perdido club de barrio. Del mismo modo, el hecho de integrar una boleta, aunque sea un puesto cero expectable de una lista perdedora. Lo es, incluso, con la melancolía del caso, al revisar la desvencijada caja con las papeletas que se utilizaron en todas esas elecciones, colección privada, de inestimable valor sentimental, alimentada con las nuevas, cada noche tras los comicios, luego de revisarlas puntillosamente para intentar reconocer a alguien, aunque sea en las listas menos simpáticas.
Votar siempre genera emoción, aun en estos sufragios primarios, con destacado peso político, pero con aislados conflictos de resolución como para lo que se pensaron estas PASO. Definitivamente sólo hay internas en algunos partidos, en algunos distritos: bienvenida esta forma de dirimir las listas que irán a las definitivas de noviembre. Aun cuando devengan de una campaña teñida de falsedades, insultos, banalidades, utilizaciones desde mechones de pelo hasta de culos para obtener un voto, y condimentos de la más baja estofa, lo que sería menos trascendente si se amparara en un debate serio de ideas y propuestas, que en esta ocasión no superó el subsuelo. Es, de antemano, el gran perdedor.
Una cuestión que aqueja a todo el arco político en estos comicios es el obligado y persistente reacomodamiento de una derecha fascistoide que arrastró a la tradicional, a la neoliberal que gobernó cuatro años con más o menos amor y cercanía con la dictadura. La ultra que vindica sin remilgos los aciagos tiempos militares. La que crece, a los gritos, con embestidas violentas y alocadas propuestas rupturistas. Parece convocar a un electorado joven que históricamente miró hacia la izquierda. Si se confirmara, será una advertencia para el sistema, como en su hora lo fueron las victorias de Bussi, Patti u otros de parecida calaña. Ahora, ese voto ocurriría en los cuartos oscuros del AMBA: no debería ser así, pero la cercanía a la Casa Rosada parece una alarma que suena un poco más estridente.
Son esos personajes que pululan por esas veintitantas elecciones y antes también. Aunque la potencia de los medios y las redes sociales les hayan servido de inoportuno inflador de influencias.
De todos modos, incluso en ocasiones en que los presagios auguran resultados adversos, las elecciones generan una particular emoción para las mayorías. Seguro que no para muchos que no sufrieron los espantos de la dictadura, o que hayan nacido luego y ejercieron el acto de elegir con absoluta libertad y sin restricciones, sin el sentimiento, potente, simbólico y hasta deseable, de que con ese ejercicio se aplasta el bagaje ideológico, tétrico de esa parva de asesinos instalados a sangre y terror para robarnos mucho más que una buena cantidad de millones de billetes.
Para ellos, los que vindicaron que las “urnas están bien guardadas”, para otros también, resultará una carga.
Para nosotros, votar será una fiesta, siempre. Además, porque, de ese modo, volveremos a homenajear, una y otra vez, a los que no están. «
Tras dos años sin respuestas, la Agencia I+D+i dio de baja los Proyectos de Investigación…
Fue durante una protesta contra malos tratos en una sucursal del Banco Patagonia en la…
Lo anunció el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, vía redes sociales.
Dos policías de Córdoba continúan detenidos por el crimen de un joven de 34 años…
Desde el Observatorio Contra la Violencia Institucional y Prevención de la Tortura de la CTA…
En el fallo, la justicia determinó falta de documentación y ausencia de una adecuada valoración…
El anuncio del Acuerdo Comercial y de Inversiones entre Washington y Buenos Aires profundiza aún…
Los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) reclaman la reapertura de paritarias, con…
En el sorteo que se realizó en Washington se definió el camino que realizarán los…
El debut de la Selección será ante Argelia. Además, enfrentará a Austria y Jordania por…
Los investigadores Valeria Edelsztein y Claudio Cormick, estudian movimientos negacionistas desde hace años. "Es absolutamente…
El máximo tribunal desestimó el planteo de Novelli y Terrones Godoy, hombres cercanos al presidente…
Ver comentarios
Vamos indecisos! Que quieren? que vuelvan ellos? Demosle la oportunidad al Frente de Todos!