Esteban Paulón: “con el voto no veo un aval de la sociedad al capítulo anti LGBTIQ+”

El intento de interrupción de los tratamientos de hormonización. El desabastecimiento planificado de medicación antirretroviral. El ataque difamador y estigmatizador –“son pedófilos”- proferido desde atriles globales y medios locales paraestatales. El cierre de programas asistenciales y centros territoriales. El vaciamiento hospitalario, con el establecimiento “Laura Bonaparte” como caso testigo y emblemático. La ofensiva contra la ESI y la figura penal del femicidio. El despido estatal. El crecimiento sostenido de los crímenes y demás acciones de odio.

El crédito social y su consecuente impacto en la ampliación de la representación parlamentaria de La Libertad Avanza tras las elecciones de medio término ciñe una pesada sombra sobre el sostenimiento futuro de algunas de las conquistas y reclamos históricos de las LGBTIQ+.

“Habrá que construir una nueva mayoría parlamentaria y social” para hacer frente a los “tiempos sumamente complejos” que se avecinan, reflexiona Esteban Paulón, activista LGTBIQ+ y diputado nacional por Santa Fe desde 2023. Y si bien considera que pilares de los derechos civiles como el Matrimonio Igualitario y la Identidad de Género no parecen estar entre los objetivos de corto plazo de la “batalla cultural” libertaria, algunas claves de esas y otras leyes -IVE, ESI e infancias y adolescencias trans- sí serán los blancos a eliminar por la actual avanzada reaccionaria.

De cara a la 34° Marcha del Orgullo LGTBIQ+, que se celebra este sábado en el centro neurálgico de la política argentina: la Plaza de Mayo y la de los Dos Congresos, Paulón en diálogo con Tiempo Argentino analiza la situación de la diversidad tras las elecciones legislativas.

–¿Considerás que el triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones de medio término conlleva un aval social al “capítulo LGTBIQ+” de la llamada batalla cultural del oficialismo?

–Creo que el triunfo de LLA en las elecciones legislativas tiene que leerse más en clave de un crédito extra que la sociedad decidió darle al gobierno nacional, un crédito extra de muy corto plazo, vinculado a una expectativa de una mejora económica, vinculada al apoyo de Estados Unidos y a la promesa (de campaña) de que “lo peor ya pasó y ahora viene lo bueno”.

En ese sentido, me parece que ahí está puesto el sentido del voto. No veo un aval al “capítulo anti LGBTIQ+” de la llamada “batalla cultural”. Y no lo veo porque cuando el presidente intentó, él en persona, encararla fue la propia sociedad en la calle, con esa marcha de cientos de miles (de personas) en la Ciudad de Buenos Aires y en más de 100 ciudades del país que le dijeron que no, que no había lugar para eso.

Por lo cual, descreo que en octubre haya habido un aval al capítulo antiderechos de la batalla cultural. A mi juicio, se trata de una batalla perdida para el gobierno nacional.

La sociedad ya dio vuelta la página en los temas vinculados a los derechos civiles y a los valores democráticos, más allá de que pueda tener un poco más de tolerancia en algún momento histórico a ciertos discursos de odio y ciertas situaciones de violencia. A mi criterio, la motivación del voto (hacia el oficialismo en las elecciones de medio término) fue económica.

–Domingo eleccionario mediante, ¿crees que hay riesgo de un reimpulso de discursos como el de Javier Milei en el Foro de Davos y expresiones como las que suelen proferirse en el ecosistema de medios libertarios?

–No veo tal posibilidad desde el presidente. Sobre todo en estos momentos en los cuales quien “nos está salvando” es un maricón (NdR: Scott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos), que está casado, tiene dos hijos, proviene de la Fundación Soros, la cual tiene vínculos con la agenda woke que Milei tanto desprecia.

Sí, lo veo de parte de todos sus seguidores. Por citar un ejemplo, lo observé en comentarios en mis redes sociales y en la vandalización de los carteles de vía pública de nuestro espacio (NdR: Movimiento de Jubilados y Juventud), donde aparecían mensajes tales como “pedófilo”. Antes, cuando yo posteaba contenido vinculado a la agenda LGBTIQ+ casi no tenían reacciones y en la actualidad sí y de modo muy intenso.

En las últimas horas, me pasó con el posteo sobre el eventual futuro primer ministro de Países Bajos, una persona abiertamente gay y en pareja con un jugador de hockey argentino (NdR: Rob Jetten y Nicolás Keenan respectivamente). Y fue tremendo el odio destilado por haber posteado que, en este contexto tan desalentador, aparece en un país importante de Europa un primer ministro abiertamente gay progresista.

–En tu calidad de diputado con mandato hasta 2027 serás parte de los dos períodos parlamentarios que hay por delante. ¿Qué perfil en materia social podría tener el Congreso Nacional a partir de la sumatoria de diputaciones y senadurías obtenidas por LLA y la posibilidad de que el oficialismo consolide y amplíe sus acuerdos político legislativos con gobernadores y dirigentes afines?

–Creo que en el Congreso va a haber discusiones que intentarán hacer efectivos algunos de los retrocesos que pretende imponer LLA en el campo legislativo. No lo veo en (los casos de las leyes de) Matrimonio Igualitario e Identidad de Género, ni tampoco en relación a la figura penal de femicidio. Es decir, anuncios que se hicieron en algún momento.

Sí entiendo que va a crecer la presión para derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, para lo cual la LLA estará relativamente más cerca (de eventualmente conseguirlo) con sus, alrededor de 93 votos propios en Diputados.

También veo un retroceso en términos de la discusión social y de los discursos sociales vinculados a promover el odio, a promover la restricción de los derechos laborales, a promover la agenda de derechos en Argentina. A futuro, creo que los recortes van a ir más por ese lugar, por todo lo que es el mundo del trabajo. Pero no lo observo claramente en términos del feminismo -salvo en la cuestión del aborto-, de la agenda LGTBIQ+.

Van a aparecer en las cámaras discursos muy vinculados a que el Estado se tiene que correr de cualquier cuestión que haga los vínculos sociales, a cualquier acción que reduzca o elimine barreras a la igualdad.

De hecho, también por citar un ejemplo, a la Comisión de Discapacidad se apersonaron algunos referentes libertarios del tema que plantearon que es el Estado el que entorpece todo y reclamaron “resolver por sí mismos” las situaciones familiares relacionadas a esta cuestión.

–¿Pensás que se puede acrecentar la ofensiva contra algunas de las conquistas y demandas del colectivo travesti trans?

–Es posible, sí. Un caso es el eventual intento de restricción de los derechos vinculados a las infancias y adolescencias trans, como ya pretendió hacerlo el gobierno nacional a través de un DNU (NdR: El DNU 62/2025 intentó modificar la Ley N° 26.743, al prohibir tratamientos hormonales para menores de 18 años y restringir su acceso a servicios de salud esenciales. Sin embargo, fallos judiciales lo declararon inconstitucional y ordenaron la continuidad de tales tratamientos).

Mi preocupación es que incluso el sector más liberal del PRO, que no acompañaría la eventual derogación de la IVE, no tiene tan clara la cuestión de las niñeces trans, por lo cual vamos a tener que trabajar intensamente para que lo entiendan.

Ahora, no creo que vayan desde lo legislativo contra el cupo laboral travesti trans en el Estado. No obstante ello, está claro que hubo y hay hostilidad en la práctica contra las personas de ese colectivo que trabajan en la administración pública, muchas de las cuales fueron despedidas.

También puede haber un intento de avanzar en modificaciones a la Ley de Educación Sexual Integral.

–¿Cómo hacer frente a las políticas antiderechos y ajustadoras de Milei luego del triunfo oficialista del domingo pasado?

—Habrá que construir una nueva mayoría parlamentaria y social que permita sostener determinados consensos básicos de la propia sociedad democrática.

Vienen tiempos complejos no sólo por la profundización del recorte de políticas públicas por parte del gobierno, sino por el cambio de composición que tendrá el Congreso Nacional a partir de diciembre. El proyecto de Presupuesto 2026 marca la intención de ir contra temas como las pensiones por discapacidad o de avanzar sobre las partidas del Hospital Garrahan, sino también afectar programas de salud sexual y reproductiva; la compra y distribución de preservativos y de antirretrovirales para personas que viven con VIH; la compra y distribución hormonas. Habrá una presión mucho mayor concentrada en los municipios y en los gobiernos provinciales, los cuales van a tener que dar respuesta a demandas sociales de las cuales busca correrse el gobierno nacional.