La estrategia oficial para intentar sortear los frentes que abrieron el DNU y la mega ley

Todavía no han pasado dos meses del resultado de la segunda vuelta del 19 de noviembre. Con la victoria de Javier Milei también se selló el derrotero de Juntos por el Cambio, tras el pacto que selló con Patricia Bullrich y Mauricio Macri después de las generales del 23 de octubre. Esa fecha ahora es recordada como la última victoria del peronismo antes de la derrota, pero de aquella foto sólo han transcurrido dos meses y medio.

El presidente cumplirá su primer mes de gobierno el martes. En esa misma jornada, por pura casualidad de la coyuntura, comenzará en la Cámara de Diputados el debate en comisiones para tratar el mega proyecto de ley que envió hace una semana. Su tratamiento definirá el tono que tendrá la relación con el Congreso y su aprobación o rechazo será determinante para el futuro de la administración de Milei.

En la Casa Rosada comenzaron a afrontar los primeros embates políticos de la batalla judicial por la vigencia del DNU 70/23. La esperanza del procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, de concentrar todos los amparos en el fuero contencioso federal, se resquebrajó. El texto recién entró el viernes al Congreso, en el filo del plazo constitucional, para que sea analizado en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo. Podría seguir a flote en la medida que el oficialismo estire los tiempos legislativos, pero ya llegó al Senado con el capítulo laboral suspendido por la Cámara Nacional del Trabajo, que le marcó los tiempos políticos a la estrategia del gobierno.

A esa debilidad, que en la Rosada consideran «provisoria», se sumó el juez de feria del fuero contencioso Enrique Lavié Pico, que puso en crisis, al menos por ahora, la estrategia de Barra de concentrar todos las demandas en el juzgado de Esteban Furnari. El magistrado de feria le dio plazo hasta el martes al gobierno para que presente sus pruebas. La decisión que salga de esa controversia podría dañar una parte del shock que Milei busca implementar con toda la velocidad posible.

La inquina que el gobierno le dedique a Lavié Pico será también una demostración de la influencia que tendrá el estreno del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, enfocado en abrir puentes con la Corte, junto a Barra en su regreso a la arena judicial.

En el oficialismo vinculado a la Justicia algunas voces sostienen que ambos cuentan con la ayuda de Javier Fernández, integrante de la Auditoría General de la Nación y sindicado como el operador judicial del espía Jaime Stiuso en el fuero federal, con una especial llegada al fuero contencioso.

Una acumulación de poder acuñada durante las décadas que pasó como director general de operaciones de la ex SIDE (AFI) hasta diciembre de 2014. A Fernández le achacaron relaciones con el radicalismo y el kirchnerismo, incluso con el autopercibido empresario Sergio Szpolski, reconocido por el vaciamiento del Grupo 23 y fugarse si pagar los sueldos de sus trabajadores.

En este verano caliente el vínculo con Barra no sería una novedad, pero ahora también es parte del desafío que le endosan a Milei en la Justicia, en un momento donde la AFI, dirigida por Fernando Sívori, volvió a mantener la discrecionalidad total en los gastos reservados del aparato de inteligencia estatal.

A la par del pulso judicial este martes comenzará la otra parte del examen que afrontará el gobierno. Será en Diputados, con el arranque del plenario de las comisiones de Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General para tratar el mega proyecto de ley que envió Milei y redactó el «ministro sin cartera», Federico Sturzenegger.

Luego del pacto con Macri, el extitular del BCRA reordenó todas las reformas jurídicas que venía preparando para el shock que Bullrich habría aplicado si hubiera ganado las elecciones. El texto fue enviado a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, uno de los funcionarios que cerró la semana mejor que como la empezó. Carga sobre sus espaldas la autoría del plan para limitar la influencia de Macri y sumar a Bullrich sin pactar un cogobierno, pero también afronta un frente interno con el núcleo más íntimo del presidente sobre la posibles negociaciones que se podrían abrir para que el proyecto no fracase en comisiones.

Lo más duros son el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, hermana del mandatario. Las diferencias son materia de análsis entre los legisladores de La Libertad Avanza en las dos cámaras del Congreso, donde también dan cuenta de la tensión que hay entre Milei y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien le adjudican una relación cada vez más estrecha con Macri. Hay versiones de un distanciamiento cada vez mayor entre el mandatario y su vice, pero otros conocedores del vínculo aseguran que no empeorará, aunque no desmienten las diferencias.

Ambas escenas fueron el contexto de la reunión que el miércoles mantuvieron 15 diputados del oficialismo con Milei en el Salón Sur de la Casa Rosada. Terminó con hermetismo, pero también con la desazón de los invitados que escucharon a un mandatario descartar cualquier vía de negociación y cargar contra la Justicia por las malas noticias recibidas.

El titular de Interior no estuvo, pero se encontró después con Villarruel y Menem para coordinar, pero también para despejar las versiones de una precoz partida, desempoderado, sin lapicera presupuestaria, a merced del ministro de Economía Luis «Toto» Caputo y, encima, afuera del vínculo con el Congreso. La selfie que se sacó Francos apaciguó una tormenta crítica de versiones que llegaron hasta el vocero presidencial Manuel Adorni, que quedó a merced desmentir rumores.

Ahora el ministro del Interior parece haber sorteado el muro de la intransigencia presidencial, al menos por el momento. Uno de los aspectos más críticos del mega proyecto pasa por la pesca y derivó en la primera necesidad de control de daños. Cada movimiento de Francos repercutirá directamente en los números que el oficialismo pueda obtener en Diputados. Este viernes acompañó a Milei a Santa Cruz, antes de que partiera para la Antártida junto a su hermana, en una expedición organizada por el Comando Antártico de las tres fuerzas armadas.

Antes del viaje patagónico, el ministro pudo contener la bronca de todos los gobernadores de la región contra la reforma pesquera que incluye el mega proyecto. La encabezó el chubutense Ignacio «Nacho» Torres, que habló como vocero de sus mandatarios vecinos. Se fue con la promesa de «clarificar» los aspectos de la ley que ponen en duda las 200 millas de soberanía del Mar Argentino, aunque el reclamo también apuntó contra la modificación de la obligatoriedad de descarga en los puertos argentinos, la desregulación de los cupos de captura y la obligatoriedad de contratar personal argentino.

Torres no asistió solo al Salón de los Escudos. Fue con el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, que reforzó la advertencia para evitar el «tiro en el pie» y afrontar en dos meses la bronca de 20.000 desempleados del sector. El exjuez federal y exministro completó el planteo proveniente del fuego amigo y su presencia les permitió evitar al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que ya les había dicho con anticipación las consecuencias de la crisis que podrían provocar en la pesca.

Torres y Montenegro deberán confirmar en las próximas semanas hasta donde llega el ánimo negociador que abrió Francos. El compromiso que asumió abre una ventana de negociación que pocas horas antes había resultado vedada para los escuderos legislativos del oficialismo. El conglomerado que debe responder a Milei está sumido en otras internas menos resonantes de poder, como la que retumba entre el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, y el titular del bloque de LLA, Oscar Zago, secundado por su mano derecha, el exlegislador radical porteño Cristian Caram.

Este lunes el gobernador catamerqueño Raúl Jalil también pasará por la romería de quejas y lamentos que se escucha en la amplia mesa central del Salón de los Escudos. Después de Torres y Montenegro, también estuvo el tucumano Osvaldo Jaldo, que alertó sobre la apertura de importaciones de bioetanol a partir de la derogación de la ley del azúcar. Con esos lamentos, Francos construye el inventario de quejas que fortalecen su posición para abrir una negociación.

El flamante secretario de Medios, Eduardo Serenellini, aportó otro indicio en un diálogo con la prensa. Contó que había hablado con Sturzenegger. «Dijo que es posible que haya que revisar lo de la pesca y que si hay algo que modificar, el Congreso lo tratará», sostuvo el funcionario y, sin decirlo, confirmó que el ministro sin cartera tendrá la última palabra ante una posible negociación que provenga del Congreso.

El primer round será este martes, a partir de las 14, y se espera una semana de hiperactividad. «Milei sabe que se viene una curva de 90 grados y ahora estamos cerca. Si no gira ya sabe con lo que puede encontrarse», advirtieron dentro del bloque Hacemos Coalición Federal, el espacio que lidera Miguel Pichetto y que contiene a exmacristas, cordobesistas y socialistas, con 23 voluntades que serán determinantes.

En el PRO están dispuestos a acompañar pero, al igual que los radicales, se resisten a respaldar la declaración de emergencia que le concede facultades del Congreso al Ejecutivo por dos años prorrogables por otros dos. La pesca se transformó en otra piedra en el zapato, pero abrió una expectativa para todos los que integraron Juntos por el Cambio y sostienen que hay que tener fresca la foto del resultado electoral.

«Tenemos un problema de representación porque realmente Bullrich le trasladó los votos a Milei y esos son nuestros votantes. JxC es sólo una narrativa política y sigue igual el escenario que dejaron las elecciones», evaluaron en uno de los bloques que ahora quedaron libres, pero dominados por la fuga de votos por ultraderecha que los llevó a la derrota.

En Diputados ya comenzó la relojería de las extraordinarias. Donde no aparecen señales es en la bicameral que deberá tratar el DNU. Un grupo de seis diputados radicales, encabezados por el exjuez Fernando Carbajal, le envió una carta a Posse para que presente el texto al Congreso. Al día siguiente entró, pero quedó claro que un sector de la UCR no estaría dispuesto a aceptar que los tiempos se extiendan para darle más vida al DNU.

Por ahora es una minoría, pero un dato gravitante ante la estrategia del panperonismo, que cuenta con 102 voluntades en la Cámara Baja y un poder de fuego que podría hacer caer el DNU si suma aliados. En la misma bancada no saben si esa capacidad alcanzará para frenar el mega proyecto de ley.

Tampoco fue una semana fácil para el bloque de UxP, que lidera Germán Martínez, aunque pudieron afrontar con mayor capacidad de respuesta que el Senado la poda de uno o dos lugares en las comisiones que arrancarán el martes. Este sólo fue el preludio de la batalla legislativa que se avecina, un territorio que no pasa inadvertido para la expresidenta y exvice Cristina Fernández de Kirchner.

Después de los gritos que se escucharon en la constitución de las comisiones en Diputados, respaldó a los que reforzaron los cuestionamientos. Pidió más voces que intervengan en el debate. La voz de Cristina no sólo retumbó en los oídos de legisladores. Cuentan que además llamó a varios gobernadores para que salgan del silencio.