Francisco, los jueces argentinos y el día que llamó a «neutralizar» el lawfare

A lo largo de los 12 años que duró su papado, Francisco no sólo recibió a una cantidad de dirigentes políticos argentinos de todos los sectores, sino que también estuvo con decenas de jueces y juezas de la Argentina, entre ellos miembros de la Corte Suprema y comitivas en representación de la plana mayor de Comodoro Py. Así y todo, con firmeza y lejos de cualquier eufemismo, un día se plantó y llamó a combatir un fenómeno que le preocupaba: el lawfare.

Fue en junio del 2019. Francisco estaba al frente de un encuentro de funcionarios judiciales, en lo que fue el lanzamiento del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y Doctrinarios (COPAJU). En ese marco, el Sumo Pontífice habló en castellano y marcó su preocupación frente al hecho de que «se levanten voces, especialmente de algunos doctrinarios, que tratan de explicar que los derechos sociales ya son viejos, que están pasados de moda, que no tienen nada que aportar a nuestras sociedades».

Sin titubear, el Sumo Pontífice sumó una crítica a los intereses económicos detrás de ese tipo de narrativas. Dijo que apuntaban a confirmar «políticas económicas y sociales que llevan a nuestros pueblos a la aceptación y justificación de la desigualdad y la indignidad».

Pero el momento más álgido de ese discurso llegó cuando habló del lawfare. «Aprovecho esta oportunidad para manifestarles mi preocupación por una nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales. El lawfare, además de poner en serio riesgo la democracia de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes y propender a la violación sistemática de los derechos sociales», pronunció.

El concepto ya resonaba en Argentina gracias a Cristina Kirchner, que por ese entonces sumaba varias imputaciones judiciales. Lo mismo en el Brasil donde todavía faltaban algunos meses para la liberación de Lula da Silva.

Ante representantes judiciales de esos y otros países, Francisco hizo un llamado a la acción para combatir este fenómeno cuya existencia todavía es negada por los sectores dominantes. El Papa señaló que «para garantizar la calidad institucional de los Estados, es fundamental detectar y neutralizar este tipo de prácticas que resultan de la impropia actividad judicial y combinación con operaciones multimediáticas paralelas». Al terminar esa oración, hizo un paréntesis, se apartó de las hojas con el discurso y acotó: «Sobre esto no me detengo, pero al juicio previo, mediático, lo conocemos todos».

Después volvió a su discurso y siguió la lectura. «En no pocos casos la defensa o priorización de los derechos sociales sobre otros tipos de intereses los llevará a ustedes a enfrentarse no solo con un sistema injusto, sino también con un poderoso sistema comunicacional del poder que distorsiona el alcance de sus decisiones, pondrá en duda hasta su honestidad y también su probidad. Incluso pueden hacerles juicios», continuó.

A unos metros, uno de los que escuchó el discurso fue Roberto Gallardo, el juez porteño en lo Contencioso Administrativo que viene de ser denunciado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Su presencia no fue casual: el actual presidente de la Copaju es uno de los funcionarios judiciales más cercanos a Francisco, vínculo que se gestó mucho antes del desembarco de Bergoglio en Roma.

Quienes visitaron a Francisco

Como se mencionó antes, durante el papado Francisco recibió a Horacio Rosatti y a Ricardo Lorenzetti, integrantes de la Corte Suprema. Con el segundo los encuentros fueron varios e incluso cuando Bergoglio aún era Arzobispo porteño, principalmente a partir del interés de ambos en la cuestión ambiental. El supremo estuvo la semana pasada en Roma por cuestiones académicas y pudo despedirlo en la capilla ardiente antes de volar a la Argentina para participar del acuerdo semanal en el Máximo Tribunal.

Por debajo de la cúpula del Poder Judicial, el Papa también compartió encuentros y fotos con integrantes de la Cámara de Casación, como Diego Borinsky, Daniel Petrone, Ángela Ledesma y Alejandro Slokar. Por medio de este último, por ejemplo, en noviembre del 2022 el Sumo Pontífice saludó a los integrantes de la Asociación de Profesores de Derecho Penal y advirtió la «misión» de los jueces «para contrarrestar la irracionalidad punitiva», al tiempo que marcó la preocupación por «el uso arbitrario de la prisión preventiva, la prisión perpetua, el encarcelamiento masivo, el hacinamiento y las torturas en las cárceles».

El papa también recibió al presidente de la Asociación de Magistrados e integrante del Tribunal que condenó a Cristina Kirchner en la Causa Vialidad, Andrés Basso; y a jueces y juezas de la primera instancia de Comodoro Py como María Eugenia Capuchetti, María Servini, Sebastián Casanello, Ariel Lijo y Daniel Rafecas. «Comparto mi profunda tristeza por el fallecimiento de nuestro papa Francisco. Un verdadero humanista que siempre predicó con el ejemplo», escribió Basso en su cuenta de Instagram.

Según supo Tiempo, Rafecas tenía prevista una audiencia papal en mayo, de la que también iba a participar el ministro de la Corte bonaerense Sergio Torres, y jueces y fiscales de otros países. Pese al fallecimiento del Sumo Pontífice, la actividad se llevará a cabo en Roma, Ámsterdam y La Haya entre el 27 de mayo y el 3 de junio próximos, aunque, por supuesto, sin la audiencia. «